Una universidad canadiense adquirió a través de donaciones una valiosa primera edición de "William Shakespeare’s Comedies, Histories and Tragedies", también conocido como "First Folio" por los expertos, publicada en 1623 y de la que solo se existen unos 235 ejemplares.

El volumen contiene 36 de las 38 obras teatrales conocidas del escritor inglés y fue editada por amigos, otros escritores y actores en 1623, siete años después de la muerte de Shakespeare.

Se calcula que la primera edición contaba con unos 800 ejemplares de los que únicamente han sobrevivido algo más de dos centenares.

El ejemplar de "First Folio" empezó a ser exhibido este miércoles en Vancouver Art Gallery junto con otros tres ejemplares del mismo volumen, aunque de ediciones del siglo XVII posteriores a la de 1623.

La Universidad de Columbia Británica (UBC, en inglés) explicó este miércoles en un comunicado que adquirió el "First Folio", que estaba en posesión de un coleccionistas privado en Estados Unidos, a través de la casa de subastas Christie’s y con financiación proporcionada por donantes de toda Norteamérica, así como del Ministerio del Patrimonio de Canadá.

UBC no ha desvelado el precio de la compra. Un ejemplar fue vendido en octubre de 2020 por un coleccionista privado por alrededor de 10 millones de dólares.

La llegada del libro a Canadá fue posible después de que la responsable de colecciones especiales y libros únicos de la Biblioteca de UBC, Katherine Kalsbeek, fuese informada en 2021 de que uno de los escasos ejemplares de "First Folio" que todavía permanecen en colecciones privadas saldría al mercado.

Kalsbeek declaró que la adición de "First Folio", que calificó "una de las piedras angulares" de la literatura inglesa, a la colección de la biblioteca de UBC supone un "hito" para la universidad canadiense.

La mayoría de los ejemplares de "First Folio" que existen se concentran en Estados Unidos y el Reino Unido. La copia adquirida por UBC es la segunda que existe en Canadá.

La universidad dijo que la adquisición está ligada al compromiso de asegurar "el acceso público" al volumen, para lo que recurrirá a tecnologías como la realidad virtual y realidad aumentada.