Leer a Priscilla, es un regalo para los sentidos y para quienes amamos la palabra. Puede disfrutarse su pasión por la escritura y la mirada que tiene de la vida, de honrar y reconocer sus raíces, de resaltar a través de sus líneas la historia de todos como si fuese solo suya.

Priscilla Velázquez Rivera, nació en Santo Domingo, República Dominicana, es escritora y economista. Dedicó dos décadas a ejercer roles corporativos en multinacionales, época de su vida donde tuve el honor de conocerla. Desde ese momento se convirtió en una mujer referente para mí; rol que solo ha hecho más que validarse con el paso del tiempo.

Decidió convertir la pasión de su vida: la escritura, en su oficio. Ha escrito dos novelas. La primera, La valiente piconera, obtuvo el Accésit mujer novel XVII Concurso de Narrativa Femenina Princesa Galiana, España, 2018. Esta obra también quedó finalista en el Premio de Narrativa Camilo José Cela 2018 de Guadalajara, España. Igualmente por su valor literario y comercial recibió el sello talento de Caligrama (segunda edición, diciembre 2019), Penguin Random House.

Su relato Tía Pura, quedó finalista en el Premio Mujeres Inspiradoras 2018 de la Embajada de Francia en Santo Domingo (Mujeres inspiradoras, Relatos Dominicanos. Editorial Santuario). Ha producido y codirigido junto a importantes dramaturgos colombianos, dos obras de microteatro en Bogotá, Colombia: La valiente piconera (2019) y Detrás de la cortina (Obra flamenca, Teatro Odeón, 2018).

Su segunda obra, La cuna del escorpión ha obtenido el Premio de Novela Manuel de Jesús Galván 2021, otorgado por el Ministerio de Cultura de la República Dominicana. “Por su prosa que tiene el vigor y el sabor de las narraciones maduras; por su musicalidad propia de los ritmos del Caribe, con frases largas y sonoras, como salidas de tambores; por la novedad en el ángulo mágico-realista del relato que permite reflexionar sobre una figura política latinoamericana desde otros puntos de vista, un mérito innegable de esta novela”, ha sido publicada por Ediciones Destino del Grupo Planeta, un sello de prestigio, de muchos años de trayectoria con un catálogo de autores emblemáticos de la literatura universal.

Si compartiese con ustedes nuestras conversaciones escribiríamos una novela nueva, pero me atrevo a seleccionar solo estas preguntas porque en ellas podemos darle una probada a su nuevo libro y a su proceso creativo.

Angela Suazo: Priscilla ¿Cómo nacen las historias?

Priscilla Velázquez: Igual que la vida, Ángela. Las historias son embriones resultantes de la unión de nuestra memoria, el mundo que nos ha tocado vivir, y la imaginación. Desde pequeños almacenamos en nuestro inconsciente sensaciones, conocimiento, cultura, experiencias y, sobre todo, las reacciones que nos provocan. Un día cualquiera, algo: una noticia de un terremoto, alguien: la pérdida de un ser querido, todo: la sonrisa de un niño, o nada: el tedio, por mencionar algunos ejemplos, fecunda a una de esas células allí guardadas, y se enciende la vida (musa), nace la idea, se gesta el embrión.

A partir de ese inicio vital comienza el desarrollo de ese cigoto. El silbido de una greca te conecta con la madrugada en que tembló la tierra y el pánico que sentiste. El olor de la cabecita de un bebé, con la nana que canta una madre y la certeza del amor. Y ya solo debes confiar en tu intuición y alimentar con disciplina, voluntad, y mucho entusiasmo, sobre el papel, esa vida hasta que nazca. Porque mientras no vea la luz te pateará las entrañas.

AS. El proceso de escritura puede abordarse desde varios lugares cuentame de tu proceso ¿Eres una escritora de brújula o de estructura? ¿Tienes toda la trama en la cabeza antes de empezar a escribir, o la historia va creciendo a medida que vas escribiendo?

PV. Ahora que lo pienso, digamos que soy una escritora de Waze. Ocupo mi mesa de trabajo que mira al mar y escucho la voz geolocalizadora de mi cabeza: “Estamos listos. Escribe con cuidado. Tomemos el capítulo 1”.

Claro que tengo el mapa de la obra en detalle y la ruta lista antes de emprender el camino. Hace poco dije en una entrevista, que conozco el título, principio y final de mis novelas antes de escribirlas, esto es como los faroles que alumbran la autopista. Sin embargo, el desarrollo de la historia puede cambiar, es cuando la misma voz del GPS me advierte: “En cinco páginas toma el capítulo 4, en lugar del 2, el camino es más largo, pero más bello. Continuemos” y obedezco. Cada vez más me doblego ante los personajes y giros inesperados, que intuyo, van al servicio de la novela.

AS. ¿Los personajes obedecen o tienen vida propia?

PV. Algunos son muy juiciosos y no dan guerra. Pero otros se rebelan, en ocasiones hasta con delicadeza, como ocurrió en mi primera novela. Tenía planeado matar a un personaje, lo imaginé como un pivote de la historia y dije, este tiene que morir en algún momento, pero terminó siendo tan entrañable que sobrevivió a todos. ¿No es maravilloso?

AS. Hablemos sobre La cuna del escorpión. ¿En qué género se desarrolla esta novela?

PV. Es una novela de realismo mágico con un pretexto histórico, pero, ¿sabes?, en el fondo es más que eso. Es una reflexión inusual para comprendernos como sociedad, como los seres duales que somos. Parto de la muerte de ese escorpión, cuya alma espera en una esfera luminosa su vuelta a la vida bajo otra forma, la humana. Desde la visión de este ser aún no nacido y que nacerá pronto, vemos la vida de cada uno de los miembros de la que será su familia para demostrar, que él será la encarnación de toda una sociedad, una sociedad que pudo ser cualquier otra, esa que antecede a un tirano, lo acuna, lo contempla asombrada, lo aúpa, y luego se aterra ante semejante monstruo.

AS. ¿Qué peso tuvo el proceso de documentación para la escritura de esta historia? ¿Te documentas antes de escribir tus historias, o estas llegan primero y, a medida que las desarrollas, vas a acudiendo a fuentes de documentación?

PV. En mis dos novelas honro los hechos históricos y su cronología, eso da coherencia a la obra, credibilidad. En La cuna del escorpión sí hubo una metodología de investigación más robusta. Para comprender, y vivir como si hubiese estado del lado de los restauradores, o cabalgando con los españoles en la guerra de la Restauración, tuve que volver a los libros. Leer documentos que escribieron, en la vida real, algunos personajes de mi historia. Investigué a los ancestros del árbol genealógico del escorpión, estudié sus biografías, revisé lo que habían escrito algunos de los escritores dominicanos y extranjeros de la generación que me antecede sobre el tema. Pero, aún así, no es una novela histórica.

Parto de una historia real y creo la ficción. Me inspira y divierte imaginar, el romance entre Silveria y el teniente canario, en aquella galería llena de trinitarias. Intento recrear la humanidad que hay en las pasiones de cada uno de los personajes, jefes de estado, soldados, amas de casa, cocheros del parque de Marabunta (cuna del escorpión), usando mi memoria, que es un cofre con todas las historias y leyendas que escuchaba los domingos, en la galería de casa. Contadas por papi y mami, por mi tata, o por algún vecino, quienes alzaban sus vasos de cerveza con clamato en un “¡salud, salud!” infinito, mientras el vinilo de Los Panchos y su Toda una vida nos mecía el oído.

AS. ¿Qué aspectos tuviste que estudiar más a fondo para escribir esta historia?

PV. El árbol genealógico del escorpión implicó recurrir a bibliografía de la época. La vida del abuelo canario y la rama materna del escorpión conllevó a reconstruir la genealogía de los apellidos con empresas especialistas y traducir en los casos que aplicaba, del francés al español, lo encontrado.

AS. ¿Alguna anécdota durante el proceso de escritura?

PV. Muchas, te cuento esta. Toda mi vida he temido a las cucarachas, de tal forma que antes de dar el “sí” a un potencial gran amor preguntaba: “¿Qué haces si un lunes cualquiera, en la noche silenciosa de nuestra habitación, irrumpe una cucaracha voladora? Y de su respuesta dependía nuestra vida. Imagina entonces, cuánto es mi pavor hacia el escorpión, al arácnido emperador que protagoniza mi obra, no a su encarnación, que no deja de ser tremenda. Cuando tenía que estudiar su anatomía, como se apareaba, como atacaba, sus sonidos, me levantaba de la mesa y corría por el salón de la casa, gritando: ¡es horrible, es horrible! Le pedía a mi hijo y a mi esposo que por favor no me dejaran sola con el bicho. Luego, gracias al milagro que hace siempre el tiempo, nos entendimos el alacrán y yo.

AS. ¿Alguna escena favorita?

PV. Muchas, pero mencionaré dos. Me quedo con el velorio de Taurino, es un retrato de la falsa moral que aún vestimos, es quizás una de las escenas más cómicas, por lo cual, entre otras, a la novela la encuadran en el realismo mágico, sin embargo, es tan verídica. He asistido a dos funerales como ese. La segunda, la escena erótica de Silveria y el teniente, en la galería, sobre la hamaca.

AS. Si pudieses escribir un libro a dos manos con otro escritor, ¿a quien elegirías?

PV. De los escritores de mi panteón, lo escribiría con Virginia Woolf. De los vivos, con una amiga franco- colombiana que es una maravillosa escritora, pero aún no lo sabe y si lo sabe, es tan modesta que no lo reconoce.

AS. El mejor consejo que te han dado como escritor.

PV.“Sabio es el escritor que conoce su inconsciente y lo deja hablar al mundo, como solo ese inconsciente lo ha sentido y modelado, como verdad propia”. Un consejo de Ray Bradbury.

Me sirve cuando he dudado de mi obra, ¿sabes cuántas veces me pregunté, a quién le va a interesar un narrador escorpión? Pero fíjate, ¡era la historia que había que contar!

AS. ¿Qué escritor o libro te ha influido en tu trabajo como autor?

PV. Me traicionaría si te digo un solo nombre cuando debo tanto a muchos. Ellos: Dostoyevski, Tolstoi, Victor Hugo, Stendhal, Stefan Sweig, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Saramago, Fernando Vallejo, Javier Marías, Leonardo Padura. Ellas: Virginia Woolf, Margarite Yourcenar, Elena Garro, Muriel Barbery, Carmen Imbert Brugal, Olga Tocarczuk.

AS. Hay muchos sueños que se pierden con los años, pero muchos otros que se afianzan. ¿Cuáles son los suyos literarios?

PV. Que la educación y la literatura de República Dominicana sean marca país, que ambas áreas de nuestra cultura sean tan reconocidas mundialmente como nuestra alegría, como nuestras playas, como nuestra música, como la pelota. Creo que será posible.

AS. ¿Renunciarías? ¿Entiendes la vida sin la escritura?

PV. Sí, por mi vida o la de los míos, sin duda. La verdadera vocación está en el alma y mi propósito es vivir, crear, inspirar, sentir y compartirlo. Ahora lo hago a través de la escritura que es un oficio, poco lucrativo todavía, pero que me llena plenamente y no hay moneda que pague eso. La vida y sus sorpresas podrían arrebatarme mi pluma, pero la musa, jamás. Encontraría otra forma de servir al mundo.

Una página a la vez es un espacio para hablar de libros, de la magia de leer,  del reto de escribir, de compartir, de contar, de transmitir. Hoy los invito a leer La cuna del escorpión

Sinopsis La cuna del escorpión

“Esta es la primera mañana que no veré. He muerto. Heme aquí, incorpóreo, deambulando en lo alto de un fulguroso cielo azul, sin asomo de nubes, desde donde contemplo mi muerte más reciente. Sí, he muerto varias veces. Acabo de morir, otra vez, un caluroso 24 de octubre de 1891”. Naceré este mismo día, en Marabunta, mi nuevo pesebre, en medio de un funeral. Justo antes de mi nacimiento, el reloj de la torre se detendrá un minuto, el que tardaré en nacer después que mi madre, Julia, rompa aguas. En este pequeño y yerto espacio de tiempo, desde mi habitáculo, me asomaré al mundo que me espera y repasaré el pasado de mi futura y deslumbrante familia. Te contaré siete historias rodeadas de luz y de tinieblas, de odio y de amor, de cordura y locura, de sabiduría e ignorancia, para demostrarte una sola cosa: que todos ellos, mis personajes conforman uno último, grandioso y soberano: yo, el tirano.

Llámame escorpión, bestia humana o Leónidas. Soy algo insólito, una rara avis en estos tiempos. Trátame de Dios. No me amarás, pero tampoco me odiarás hasta que sepas quién soy. Una vez me reconozcas, te dejaré un tufo opresivo y angustioso en la garganta. Sé tú, lector, quien me adivine.

UNA PÁGINA A LA VEZ es un espacio radial y virtual de transmisión semanal, que promueve la literatura. Se transmite cada martes a las 6 de la tarde, con una retransmisión los miércoles a las 8:30 de la mañana a través de RFI Santo Domingo 90.9 f.m y queda disponible en todas las plataformas de podcast.

ANGELA SUAZO Poeta. Gestora cultural. Egresada de las carreras de mercadeo, administración de empresas y finanzas corporativas con experiencia en el mercado de valores y banca. Gestora de la fundación Te Reto a Leer, creada con el objetivo de incentivar la lectura en República Dominicana. Conductora del espacio radial y digital Una Página a la Vez.