El delegado permanente de la República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Andrés L. Mateo, afirmó que una guerra es la negación de toda posibilidad del uso de la razón.

Al representar República Dominicana durante la 214 Sesión del Consejo Ejecutivo de la Unesco, donde el país participa en su calidad de Estado Miembro, el diplomático dijo: “no nos cansamos de mirar hacia la curiosa dicotomía del siglo XX, cuando ya el siglo XXI se nos torna brumoso e incomprensible”.

Afirmó que el siglo XX fue de amarguras extremas, de reordenamiento del mundo, de dos grandes guerras mundiales desplegadas, fundamentalmente, en territorios europeos, y de una concentración polarizada de la riqueza y el saber.

Destacó que, “un siglo de revoluciones como la rusa o la china; guerras de liberación nacional en áfrica y Asia; de guerras de guerrillas en América, de conversión y ampliación del papel de la ciencia en las estrategias de desarrollo y en la construcción de armas de exterminio, y en la mejora de las condiciones de existencia material, un siglo de combate ideológico, de filosofías escudriñadoras de la gratuidad de la existencia, y de incertidumbres sobre el destino”.

Mateo refirió, además, que “a todo el entorno del pensamiento filosófico, antes y después, de la segunda guerra mundial, los pensadores del período le llamaron “La ascensión de los peligros”.

Explicó que ONU surgió con la preocupación de que la humanidad no repitiera la experiencia azarosa de otra guerra, y “la Unesco es hija de esas aspiraciones de paz y justicia universal. El siglo XXI abrió con el Covid, una pandemia que diezmó más de cinco millones de seres humanos, y desarticuló todo el tinglado de la organización social en el mundo. Y ha continuado con una ruptura evidente del sistema mundial aceptado al final de la segunda guerra mundial, y parecería que se está creando un nuevo orden”.

Consideró también que con ese telón de fondo se iniciaron los debates de la 214 Reunión del Consejo Ejecutivo de la Unesco.

“Con muchos temas apremiantes, particularmente en las condiciones actuales, porque con solo echarle un vistazo a las grandes tareas que nos aguardan en la agenda de este organismo , nos percatamos del papel umbilicalmente unido al progreso y a la paz que la Unesco tiene”, puntualizó el delegado permanente dominicano”, puntualizó.

Andrés L. Mateo sostuvo que solamente la UNESCO puede proclamar, en un contexto de gran incertidumbre, la necesidad de un nuevo contrato social para la sobrevivencia del género humano; que solamente la UNESCO puede interrogarse sobre la instrumentalización de la ciencia, y elaborar un código de ética que alerta sobre la manipulación perversa de la Inteligencia Artificial.

"¿No es la UNESCO el instrumento de la difusión de la neurolingüística y sus aplicaciones positivas para la optimización de los resultados de los sistemas educativos? ¿Quién da un seguimiento sistemático al estado de la educación a nivel mundial? ¿No es la UNESCO la que se cuestiona sobre el deshielo del permafrost, y adelanta resultados catastróficos para el clima de la tierra? ¿No es la UNESCO la que levanta cartografías sobre la sostenibilidad de los océanos? ¿Quién es la precursora en la protección de la diversidad de  culturas? ¿Quién empuja a nivel mundial la integración de la educación para el desarrollo sostenible? ¿No es la UNESCO la que evalúa y mide el cumplimiento de las metas para alcanzar el ODS 4?", reflexionó el embajador dominicano y laureado escritor.