Siguiendo su dinamismo, el Museo de Arte Moderno logra un triángulo expositivo exquisito: Clara y Gausachs con Conexión G, Iván Tovar Retrospectivo y Leopoldo Maller, HERA0RA, este último, artista argentino residente hace muchos años en nuestro país, que ya aplatanado, dice sentirse tan dominicano como el que más, lo traiciona la bella entonación del español argentino.

En fin, se logró combinando tiempo, calendarios, y ajustando compromisos, poder hacer posible que los artistas y sus representantes, pudiesen darnos ese placer contemplativo que, como triángulo, posee miradas y ángulos distintos.

De un lado nos encontramos con un arte clásico enmarcado en la dimensión académica con Clara Ledesma y Josep Gausachs, donde el retrato, el dominio de las formas y los trazos, los pauta el rigor de la academia, y combinados en un grandioso dialogo explicado en la línea de tiempo, disfrutamos de una exquisita museografía, una excelente curaduría y un pormenorizado dialogo entre ambos artistas en su Línea de tiempo, trabajo a cargo del especialista Juan José Mesa y quien junto a Ana Angelán, fue parte de la selección curatorial de 72 excelentes muestras.

Por una parte, Iván Tovar y su retrospectiva, nos permitió, gracias a la bondadosa iniciativa de su  Fundación y de su familia, en colaboración con destacados coleccionistas nacionales, que el país y los visitantes del MAM, disfrutáramos de tan magnífica exposición en el segundo piso de este museo, reuniendo obras del artista desde 1958 y apoyado por el Voluntariado del MAM, siguiéndole los pasos a la inmersiva: Tovar Surrealismo Vivo, recientemente realizada en nuestro país con más de 75,000 visitantes, con la responsabilidad curatorial de Ana Angelán, Orlando Issac y Raúl Morilla, acompañados en la dirección artísticas, de María Castillo, con más de 200 obras expuestas.

Con una intensa dinámica de visita, Iván Tovar atrae grupos diferentes como escolares, artistas, coleccionistas, estudiantes, jóvenes y público en general, como las demás muestras,  que se deleitan con más de 200 obras que dan una visión de más de 60 años de trabajo, entrega y dedicación al oficio del arte de Iván Tovar, donde las figuras geométricas del triángulo, círculo, cuadrado, rectángulo, se entremezclan con conceptos y definiciones sugeridas desde el interior del artista que, desde su psiquis, nos transfiere un lenguaje codificado, dibujado y desdibujado en sus formas, en que los colores, las figuras, las esculturas, los temas, nos transportan a esa realidad desfigurada que muchos tenemos y que a veces no encontramos cómo explicarlas, mostrando esta selectiva curaduría, el rigor del Maestro, la fuerza de su obra, y por qué es un representante fiel del surrealismo.

Leopoldo Maller, HERAORA, es una exposición retrospectiva que conjuga obras escultóricas (2), instalaciones (12), construcciones pictóricas (20) Instalaciones escultóricas (5), y pinturas sobre tela y madera (2), vídeo, y una revolucionaria manera de explicar cosas, momentos, circunstancias, situaciones, valiéndose de su talento, ingenio creativo y calidad artística en sus más de 60 años de labor intensa en el arte y que hoy el MAM, nos permite ordenar en el tiempo esa trayectoria de cada momento de vida artística en un recorrido agradable y a veces llamativo en las formas que reconstruye el artista su trayectoria, al ser muchas, obras plasmadas, redefinidas y recreadas para la ocasión.

Desde una atrevida denuncia sobre el deterioro del medioambiente y las malas prácticas humanas, atravesando por situaciones de dolor del individuo, y sugerentes instalaciones con desafiantes recursos pictóricos y museográficos, con lenguajes estéticos complicados, hasta llegar a simples formas de representar cosas de lo cotidiano con la elegancia del artista para transmitir la realidad con mimetismo.

Obras como El Caballo en el piso (La interferencia de los siglos), el vehículo en un conjunto expositivo llamado (Q tres escenas por el tiempo perdido), tal vez llama la atención, el auto desfigurado que recibe al visitante a la izquierda del inicio del recorrido, todas son un atractivo permanente e impactante de quien la visita, hasta la maquinilla (HOMAGE), que no detiene el fuego de su rolo, muy impresionante como visualidad y técnica museográfica.

En fin, en HERAORA la manecilla del reloj gira de un lugar a otro, de una experiencia y una técnica a otra, de un estilo a otro en un arte profundamente conceptual, atrevido, desafiante, pero cargado de simbolismo, interrogantes para el visitante, de denuncias y quejas, valiéndose el artista tan solo de su talento, de una narrativa propia, para comunicárnosla, con una muy buena curaduría y montaje museográfico de Ana Angelán y Josefina Pichardo, siempre con la compañía del artista, celoso de su obra, y de cómo se ha de representar su narrativa estética, visual y espacial, como todo gran artista.

Carlos Andújar Persinal en Acento.com.do