De profesión museógrafo, Pedro José Vega, (Pilito), Vida, museografía y narrativa, es el título del libro de reciente publicación y puesto en circulación en un homenaje a su obra y calidad humana en el Centro León.
No sabría cómo definirlo, pues Pilito era arquitecto de profesión y menos de ejercicio, pero también lo fue, era artista premiado, y por último museógrafo destacado. Por tanto, su ubicación en el concierto de competencias profesionales que ejerció, son variadas y familiares a la vez y por eso supo bien articular un marco laboral y vocacional, construyendo una mirada holística del oficio y sus proyectos museográficos a través del Centro León, tuvieron impacto y presencia internacional. Su carrera en este campo se inicia en 1972 con el proyecto de museo arqueológico de Manuel García Arévalo.
Convertida en marca institucional que le dio a esta exigente institución -Centro León-, un posicionamiento en el mundo de la cultura en el país y fuera, y Pilito acompañó ese crecimiento como parte del elenco profesional y técnico-laboral y de gestión, que hasta hoy se mantiene con respeto y reconocimiento de todos y la línea de trabajo, aun en su ausencia, siempre nos recuerda su impronta. Un gran legado tal, que museografía del Centro León, era sinónimo a Pedro José.
La obra: De profesión museógrafo, Pedro José Vega, (Pilito), Vida museografía y narrativa, es la síntesis de todo lo anteriormente contado en esta presentación, que aprovecho y me disculpo de nuevo, por el peso personal y particular de ella, convertida en apología a una gran amistad. La estructura del libro es para presentar las diferentes facetas de este hombre dedicado a la museografía como pasión y oficio.
El enfoque de esta obra hoy puesta en sus manos circula todos los espacios y ejercicios de la vida profesional de Pedro José Vega, por tanto, es una buena selección temática que nos permite abarcar sus mundos, aunque no tanto sus angustias y dinámicas de vida intensa: bohemia, amical, jovial, divertida y frugal, pero sobre todo intensamente humana y vital.
Quienes asumieron los roles de textos, tuvieron vínculos estrechos con Pilito, y desde sus profesiones y razones vinculantes con él nos entregan una mirada más universal y polifacética de su trabajo, de su rigor, de su apasionado amorío con la museografía y de su entrega total al trabajo, en la que combinó, arte, arquitectura y museografía. Por eso, en esta selección de autores y temas, hay de todo, que nos permite describir su universalidad, sus afanes y sus capacidades profesionales, bien llevadas, bien expuestas y fundamentadas.
Los autores que han tenido participación, me merecen todo el respeto, reconocimiento y son fieles exponentes de los temas seleccionados en este libro para sus escritos que a la vez ponderan con buenos argumentos esas cualidades profesionales y de personalidad de la persona a quien hoy dedicamos esta obra: Bernardo Vega, Fernando Ottenwalder, Rafael Emilio Yunén, quien fuera el director en esa oportunidad del Centro León, Marianne de Tolentino, Myrna Guerrero, Sara Hermann, Juan Miguel Pérez, José García Cordero, Camilo Venegas y quien le dirige la palabra. Cada uno desde su experiencia y competencias, además de sus vivencias humanas con Pedo José.
La cercanía de estos escritos y sus autores con Pedro José Vega, desborda la experiencia de la amistad misma, para transformarse en un testimonio fiel de la calidad humana, intelectual, artística y familiar de este hombre que vivía a destiempo, a su ritmo, en sus mundos, viendo la vida como un poema de lo cotidiano, y que tenía venas de poeta y nos atrevemos a decir, que vivió como un poeta del diseño, del montaje, del objeto museal, del color, la luz, los tonos de los detalles, para brindarnos en cada exposición, un deleite estético, visual y conceptual.
Este libro: De profesión museógrafo, Pedro José Vega, (Pilito), Vida museografía y narrativa, quedará como homenaje y declaración de memoria de su obra, respeto y cariño, de una de sus casas, el Centro Cultural Eduardo León Jimenes, donde hoy nos acoge para recordar, reconocer y valorar a un hombre y su obra, y la valoración justa de un ser humano que, solo supo transmitir amor, ternura, conocimiento, alegría y experiencia talentosa, sino también, vivencias y afectos, queremos agradecer la iniciativa de la Familia León-Asencio, a la doctora María Amalia León Presidenta de la Fundación León Jiménez, María Luisa Asilis, directora Ejecutiva del Centro León, la familia Vega, a los amigos y compañeros de vida, por entregarnos este libro y reconocimiento, que es una lección de vida como legado, y una siempre presencia en nuestros corazones y en su obra.