Si el origen del cuento se encuentra en la tradición oral, porque en principio, era transmitido de boca en boca y contado para mostrar una lección concreta a personas que escuchaban, y, además, que estaban enfocados en el entretenimiento, aquí en este paquete de historias narradas por Gustavo Olivo Peña, estructurados en formato escrito, trata, además de entretener, enseñar una lección y de transmitir unos valores, girando todo alrededor de unos hechos y acciones de los personajes.

En Un hombre discreto y otras historias hay un aporte significativo que debe resaltarse al adentrarnos en una lectura crítica. Es un referente escritural, y creo no equivocarme, nato del autor Olivo Peña. Pues si observamos en el título del libro, que él intitula “y otras historias” y no, “y otros cuentos”, está la respuesta. Lo que podría llamarse así: Un hombre discreto y otros cuentos. Hecho a plena conciencia de sus actos porque los envió a un concurso literario y no a un certamen de historia, con lo que obtuvo, con mérito de sobra, el Premio Nacional de Cuentos José Ramón López 2022 del Ministerio de Cultura. Que, por cierto, envío mis congratulaciones a los integrantes del jurado por tan hermoso honor al escogerlo como ganador.

En estos cuentos son notables las innovaciones y técnicas narrativas introducidas, creando con maestría esa fusión periodística, detectivesca y de reportero. Creación de fondo y forma en la manera de narrar historia-ficción, fundiendo en su escritura las técnicas periodísticas de reportero con las de investigador policial.

Gustavo Olivo Peña nació en San Francisco de Macorís, el 24 de diciembre de 1958. Estudió Periodismo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Como profesional de la comunicación ha trabajado en la radio, la televisión y la prensa. Fue redactor en las revistas Amigo del Hogar, Rumbo y ¡Ahora!; jefe de redacción de los periódicos Hoy, El Caribe y el Semanario Clave. Cofundador del portal Clave Digital y de Acento.com.do, medio del cual es director adjunto.

Un hombre discreto y otras historias, compendio de cuentos, es su primera producción literaria dada a luz. Inició con buenos pasos, conformando un mundo muy propio al mezclar lo real y lo fantástico de manera fascinante y dinámica. Sus personajes parecen ser tan reales como las historias que narran partiendo de sus vivencias acumuladas en la memoria, de la cuales, el mismo autor es testigo, a fungir como sujeto investigador y reportero.

La obra está estructurada por el mismo autor del libro, Gustavo Olivo Peña, y son once cuentos. El color de la cubierta es morado fucia, con dos muñecas creadas por Ana Almonte, en alusión a la historia de "Esa mujer", uno de los relatos del libro, y la fotografía de Edgar Hernández y Emil Socias.

La edición-corrección está a cargo de Rafael J. Rodríguez Pérez, y la impresión por Editora Búho, S.R.L., con diagramación y diseño de la portada a cargo de Carlos H. Bruzón, Santo Domingo, R.D., en fecha octubre 2023, distribuidos en 126 páginas.

Contiene, además, una página para dedicatoria a dos de sus seres queridos, como Justo y Nina Olivo Peña, sus padres. Además, a especiales amigos, los doctores José Enrique García y Roberto Guzmán, a quienes él llama académicos de la lengua y excelentes escritores, por sus enriquecedoras enseñanzas; un prólogo a cargo del doctor José Enrique García, que abarca desde las páginas 9 a la 17. Luego, en la parte interior de la solapa, una pequeña foto del autor, acompañada de una brevísima biografía.

En la contraportada contiene un pequeño fragmento con palabras de Rafael J. Rodríguez Pérez, como presentación, comentando y ofertado el libro, porque termina diciendo: “No por gusto ostenta el Premio Nacional de Cuento José Ramón 2022, no por gusto es un hermoso honor publicarlo en la Colección Logos de Río de Oro Editores. Un hombre discreto y otras historias es un libro feliz para la literatura dominicana. No de dejes de hacer tuya esa felicidad.”

En el libro, siete relatos del compendio narrativo que contiene la obra andan por caminos de la realidad cotidiana. Es decir, son realistas. En ellos, las historias suceden en terrenos cargados de amoríos, recuerdos inolvidables, crudas añoranzas, encargos secretos, encubrimientos, expedientes perdidos y entrañables contextos que marcarán huellas imborrables en cada sujeto lector. Es tal como dice Rafael J. Rodríguez en la contraportada, que “los cuentos de Olivo Peña conforman un cosmos literario muy propio, un terreno minado de recuerdos, amores, alegorías y entrañables contextos que dejarán una marca indeleble en la mente lectora”. Los cuatro restantes circulan por el campo de lo real-fantástico. El cuento de trama fantástica, procedimiento técnico que inició con el siglo XX, y ahora, dentro del presente siglo XXI continúa como abanderado, cargado de innovaciones y técnicas que hacen la lectura cada vez más hermética y muy compleja. Es decir, de difícil asimilación en el lector común. Ver, por ejemplos, el universo poético de la cuentística de Jorge Luis Borges. En el libro de Olivo Peña estos son: El reino del silencio (Págs. 124-126), La bailarina Aidyn (págs. 61-79), El monumento (págs. 57-60) y Esa mujer (págs. 42-56).

Muñecas creadas por Ana Almonte, alusivas a la historia "Esa mujer", uno de los cuentos del libro "Un hombre discreto", de Gustavo Olivo Peña. Fotografía de Edgar Hernández y Emil Socías.

Los otros cuentos, ocurre como dije antes, trabajan temática del realismo y, en algunos de ellos se mantiene el mismo patrón de la discreción a través de sus personajes. Siete en total, y son: Un hombre discreto (p.19), La profesora Campos (p. 35), Decisiones (p. 80), El encargo (p. 87), Y, ellas dos (p. 71) y El expediente diez (p. 103), El monumento (p.57) y El reino del silencio (p. 124), recorren lo fantástico y los restantes ambos mundos. “El monumento”, nos expone un caso curioso y extraño apoyado en la numerología. Al leerlo parece que estamos leyendo un trabalenguas. Ver algunas pinceladas de contenidos y pequeños fragmentos como ejemplos:

“Sonrió, se sentó y, como si se tratara de un ritual, contó el número de sus acompañantes. De nuevo 21 personas, que sumadas a él completaban el 22.

En una especie de juego de sortilegio, decidió que completaría 22 días tomando el tren a la misma hora, quería comprobar si repetía el número de pasajeros.

Cada noche ocurría lo mismo. Caminara con lentitud o rapidez, justo a la hora 22 se detenía el tren, le correspondía el vagón 22 y los pasajeros sumaban 22”. (p.58)

Un hombre discreto (págs. 19-35), que nos refiere la historia de un veterano de guerra que, asediado por los traumas, la soledad, el duelo, la muerte de su esposa y otros parientes, decide suicidarse, entonces como se siente incapaz en hacerlo, convence a tres niños para que colaboren con él y así lograr su objetivo. Ellos lo hacen y en el momento de la investigación todo aparenta un suicidio. Se cuenta con la discreción del investigador del caso que prefiere el silencio para no arruinar la vida de los muchachos.

“-Fue muy extraño lo ocurrido, se decía que el cubano no pudo hacerlo por sus problemas de artritis. Y el caso nunca se cerró.

-Es que se sabe que otros participaron de esa muerte. Siempre se supo.

-¿Está usted seguro Ortiz? ¿Y por qué nunca se acusó a nadie?

De nuevo el viejo oficial en silencio. Hizo un leve movimiento de cabeza, buscó mirada, y dijo.

-No queríamos arruinarles la vida a tres muchachos”. (p. 34)

La profesora Campos (págs. 35-42) gira en torno a una maestra brillante, culta y rica, que queda embarazada a los 33 años, de Pablo, que es su empleado. “Hombre rústico, con la educación básica, pero leal y bondadoso” (P. 39). Ella con resignación prefiere abandonar su profesión antes que enfrentar la humillación y el qué dirán de la gente a causa de un embarazo siendo soltera.

“A sus treinta y tres años, estaba embarazada. No quería dar explicación a nadie de su vida privada, pero tampoco convertirse en el foco de las miradas morbosas cuando su vientre comenzara a crecer. A quien sí lo informó fue a Rafael Marrero, director de la escuela… “Que tome la decisión que considere conveniente”. Lo hizo convencida de que su carrera en la educación terminaría con la maternidad.

Nada ocurre con los colegas que tienen esposas amantes, y embarazan a cuantas mujeres puedan seducir”. (p.38)

Decisiones (Págs. 80-87), nos refiere la común historia del hombre que vive doble vida entre esposa y amante; El encargo (págs. 87-99), ambientado en los años de la tiranía, relata la vida de una mujer, cuyo novio, un joven militar, es obligado a casarse con otra muchacha que fue abusada por un alto oficial. Este hecho impide a la joven protagonista de la historia estar junto al joven militar, quien recibe amenazas para que se aleje de la que fue su novia. Ambos sueñan con poder casarse, y en la larga espera ella vive un apasionado romance con un sacerdote, que está dispuesto a colgar los hábitos para casarse con ella. La mujer le cuenta lo ocurrido con su novio militar, y el religioso sabe que ella nunca podrá ser su esposa.

“Teniente Héctor Robles Rodríguez, usted se casará mañana. Todo está arreglado y se le dará lo necesario. Sabe que una negativa significaría el fin de su carrera”. No pudo más hacer el saludo, tragar en seco y obedecer. El autor del abuso, tal vez para aplacar sus escrúpulos, le consiguió un nuevo rango: primer teniente”. (p. 96)

El expediente diez (Págs. 103-124) es la historia de un joven rico, de una familia que hizo fortuna con una legendaria oficina de servicios legales, pero que también es un apasionado del cine. Decide trabajar en investigación judicial. De ese modo, busca lograr su propósito que es vengar a su madre y a otras mujeres víctimas de violencia de pareja. El joven desempeña su rol con mucha responsabilidad y eficiencia. Una serie de asesinatos, todos con las mismas características, hombres con el cráneo destrozado, llevará al joven investigador y a su jefe, el fiscal principal, a un desenlace que sorprenderá al lector.

Y, ellas dos (págs. 71-80), nos cuenta la historia de dos mujeres que dan muerte al hombre que las abusaba tanto física como psicológicamente; Resurrección (págs. 99-102), es un caso muy extraño de un amante de la lectura que comienza leyendo los libros de su padre y termina reconociéndose en el poeta que él mismo construyó.

En síntesis, recomiendo este armazón de cuentos de Gustavo Olivo Peña porque aglutinan nuevos recursos y técnicas innovadoras al género narrativo, fusionando con excelente maestría la trama y técnica detectivesca-policial en la cuentística de la literatura dominicana. Puedo decir también, que no en vano resultan las ponderaciones del prologuista José Enrique García, quien es un versado intelectual con conocimientos bastos como escritor y sobre técnicas de escribir cuentos.

Los cuentos están escritos con párrafos cortos, oraciones y frases brevísimas, con léxico variadísimo y buena prosa, por lo contribuye a enriquecer el panorama literario de nuestra cuentística. Es una obra digna de una lectura amena, dinámica, que no aburre y que las nuevas generaciones que gustan de la buena lectura necesitan mantener viva, y deben conocer y disfrutar con deleite, porque produce seguidilla. No cansan, todos distribuidos en solo 126 páginas. (Santo Domingo, D.N., 24 de febrero 2024)