Él me agarró. Hizo que me acostará en el suelo y me chupó los labios. Entonces sobre mi sacó su órgano genital y lo puso en el mío.  Trujillo no me trato como gente. En Los Llanos me ofendió él como si fuera una vaca, como una bestia en la sabana. Trujillo puso sus manos sobre mi cuerpo y una noche me llevó a la iglesia del pueblo de Los Llanos. Tuvo relaciones conmigo tres veces: una vez en el campanario, una vez en la calle y una en la casucha. Entonces me levantó la falda y me ofendió en la calle. Lo acepté porque le tenía miedo y por lo que me pudiera hacer a mí y a mi familia. Yo no lo quería hacer. (Estos son fragmentos de las respuestas dadas por Isabel Guzmán en los  interrogatorios a que fue sometida durante el consejo de guerra a Rafael L. Trujillo Molina, en enero de 1920, y de la declaración ofrecida al periodista Félix Servio Ducoudray en 1973).Rafael L. Trujillo ataviado con la banda presidencial

Sobre Rafael Leonidas Trujillo, como presidente-dictador de la República Dominicana (1930-1961), se ha escrito mucho. La mayoría de los textos publicados, están cargados de anécdotas y sesgados, principalmente, por los intereses políticos. Otros, investigaciones basadas en fuentes de incalculable valor y credibilidad, sustentadas en documentación histórica incuestionable.

Un caso que fue comentado por la sociedad de la región oriental en el primer cuarto del siglo XX, y socorrido para mostrar las crueldades de Trujillo y los actos delincuenciales a que estaba acostumbrado, sucedió en julio de 1919 en la comunidad de Los Llanos, una localidad perteneciente a San Pedro de Macorís: la violación “con la felonía y a la fuerza, y contra su voluntad” a la adolescente Isabel Guzmán, la que tenía entre 15 y 17 años de edad, según las autoridades militares americanas. Se recuerda, que al momento de Trujillo cometer el hecho, el país se encontraba bajo la tutela del ejército norteamericano, al que servía como segundo teniente de la Guardia Nacional Dominicana. La  situación que envolvió a la niña Isabel Guzmán, guarda relación con la persecución de los militares contra los mal llamados “gavilleros”.Soldados norteamericanos durante la ocupación militar americana de 1916

La agresión  sexual contra la menor, utilizando la violencia y el miedo, se mantuvo oculta durante décadas, por lo menos hasta 1972, cuando los historiadores norteamericanos Richard Miller y Marvin A. Soloman, localizaron el expediente relativo al consejo de guerra (juicio militar), a que fue sometido el segundo teniente Rafael L. Trujillo en enero de 1920, lo que destapó  a la luz pública el escandaloso hecho delictivo.  El expediente en cuestión se encuentra depositado en los Archivos Nacionales, Washington, D.C. Grupo de Record 80, Legajo 16870-47:477. El texto, que fue dado a conocer en una revista especializada en los Estados Unidos (1972)*,  puede ser consultado en español gracias a la publicación del historiador Bernardo Vega, de su libro Trujillo: ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920.

Por otro lado, en 1973 el periodista Félix Servio Ducoudray entrevistó a Isabel Guzmán. Esa entrevista salió de manera continua en ediciones de la revista Ahora! del referido año. Habían pasado 54 años del crimen cometido contra su honra y dignidad, pero eso no evitó su denuncia y que la verdad surgiera de los documentos conservados en los  archivos norteamericanos.

En el expediente aparecen los interrogatorios de varios testigos, incluyendo a la agraviada, a sus familiares y a varios oficiales de la Guardia Nacional Dominicana, de la que Trujillo fue oficial, quienes trataron de justificar el delito cometido. Entre los oficiales interrogados en el consejo de guerra se encontraban Manuel de Jesús checo y Miguel Ángel Paulino. El primero destacado oficial durante los años de dictadura y el segundo cobró notoriedad en 1930 por ser el jefe de una pandilla de delincuentes conocida como “La 42”, que Trujillo utilizaba contra los opositores.

Uno de los testimonios hace constar que Trujillo obtuvo las llaves de la torre de la Iglesia de Los Llanos y llevó a ese lugar a un grupo de damas para que miraran la vista que desde allí se veía. Esto hizo que algunas de las muchachas alegaran que en esa ocasión  el militar “se había comportado de una forma muy alejada de los sagrados del recinto”,  que recordemos era una iglesia católica.Portada del libro de Bernardo Vega en que aparece el expediente contra Trujillo.

En la acusación contra Trujillo, la comisión responsable del juicio se consignó que en el mes de julio de 1919, en el lugar de los Llanos el oficial “cometió un rato con felonía y a la fuerza y en contra de su voluntad, asaltando a la nombrada Isabel Guzmán,  mujer soltera  y de unos 17 años de edad con la intención de cometer el crimen de rapto y sin permiso de la nombrada Isabel Guzmán”; pero además, también se le acusó de conducta escandalosa tendente a destruir las fuerzas de las costumbres dominicanas, y de cobrar ilegalmente la suma de 150 dólares como rescate o soborno para dejar en libertad al nombrado  José Núñez y a su hija, contra la que cometió la escandalosa violación sexual.

Los declarantes en el juicio militar, dijeron que Trujillo, a sabiendas de lo que estaba haciendo, indujo a Isabel Guzmán para que entrara a una iglesia, para dedicarse a la comisión de relaciones sexuales “impropias para escándalo y desgracia de la Guardia Nacional Dominicana y del gobierno militar de los Estados Unidos”.

El texto del expediente, redactado en idioma inglés y  reguardado en los archivos de Washington, es una prueba fidedigna de la manera en que Trujillo actuaba, lo que se hizo recurrente durante los treinta años de su larga tiranía. El libro que contiene la traducción al español  del expediente, fue publicado por Bernardo Vega con el título: Trujillo ante una corte marcial por violación y extorsión en 1920, en 1995.

Es casi seguro que el referido volumen impreso en República Dominicana, ya no pueda ser localizado en las librerías del país. Pero es muy posible que los interesados puedan consultarlo en el Archivo General de la Nación, institución que conserva varios ejemplares del mismo. Por igual, puede ser localizado en la biblioteca de la Academia Dominicana de la Historia. Ojalá y estas emblemáticas instituciones pusieran a disposición del público la referida obra a través del internet, para que todos podamos tener acceso a ella  y conocer uno de los más espeluznantes crímenes cometidos por el  dictador dominicano.

*Richard Millett y Marvin Soloman, “The Court Martial of Lieutenant Rafae L. Trujillo”. Revista Interamericana, Fall 1972, Vol. II, No. 3, pág, 396-404. Véase también: Félix Servio Ducoudray, “Isabel Guzmán está viva y quedó loca por la ofensa de Trujillo”. Revista Ahora, Nos 522  y ss., noviembre de 1973.