Plantear aquí el concepto de "transcrítica", por razones de respeto académico y personal, a mí mismo y a mi público lector, me induce a dar una breve explicación sobre ese concepto, por que, primero,  he recurrido al linguista Mijael Bajtín, y su término sobre "La translingüística". Veamos:

"La translingüística estudia los rasgos externos del funcionamiento de la lengua. Es utilizar la lengua como un dialogo vivo y no como un código; el habla concreta, la vida dialógica de la palabra. Bajtín, critica la lingüística tradicional por su análisis, abstraído de todo significado, de la palabra y la oración, pero considera inexorable la unión de palabra e intencionalidad, su estudio se  centra en el análisis del enunciado (término que engloba palabra y significado).

Liubov Balanutsa, con el autor de esta transcrítica, Dr. Julio Cuevas.

La  translingüística es una concepción del sujeto hablante diferente de la de Saussure, que Bajtin considera una que es una versión muy reducida de la realidad y que desfigura el fenómeno de la comunicación; que no es solo un juego de codificación y decodificación sino un intercambio de papeles, significados y efectos".

Ver: -Círculo lingüístico de Santiago 2009. Estructuralismo y literatura. Recuperado el 21 de Septiembre de 2015 de: http://korovamilk2009.blogspot.mx/2009/05/en-la-palabra-en-dostoievski-mijail.html

-Graciela Reyes. La Pragmática Lingüística. Páginas 131-132, 1994, Barcelona.

Pude acudir a autores nacionales, como el Dr. Manuel Matos Moquete o al Dr. Gerardo Roa Ogando o al Dr. Odalís G. Pérez o al Dr. Bartololo Molina, entre otros; pero ese, hoy no es mi tema.

Bodegón con naranjas.

Llegar a la Facultad de Artes y entrar a una sala de exposición pictórica, conversar con la pintora y establecer una memoria viva de su praxis pictórica, es algo conmovedor, emocionante y divertido, a la vez.

Eso fue lo que viví, al contemplar aquella exposición individual que, previa lectura del catálogo, escrito por el Dr. Odalís G. Pérez, y al mirar algunos de sus cuadros, me interesé en ver cerca esas producciones que, bajo el título de "PAZ al MUNDO", se muestran allí, desde el 8 al 22 de abril del año en curso.

Retrato de mi nieta. Llubov Balanutsa.

Al conversar con la pintora, Liubov Balanutsa, no entendía su acento de mujer domínico-ucraniana, pero en esa dialogía viva, pude dar un recorrido por la sala de exhibición, junto a ella, quien me iba respondiendo cada detalle envuelto en mis preguntas  sobre la memoria de sus producciones,  y, fue ahí cuando pude percatarme de su vínculo directo con los maestros clásicos de la pintura universal, sin perder su voz, su mirada, su huella original.

En sus cuadros se registra una huella a la pintura tradicional del ayer, sin perder su estilo propio, al contrario, en su pragmatica pictórica, la artista aporta a ese acercamiento generacional, un trozo estético de sus genes ucranianos y de su hoy, mirada tropical y caribeña.

Retrato de mi nieto. Llubov Balanutsa.

En ese acompañar, entre diálogos y contemplaciones, alguien entra y, desde una lengua que me era y me es extraña, le externa juicios y ella le responde de manera muy familiar, fue el momento de percatarme que se trataba de su esposo, el reconocido músico y maestro coral, MtroHipólito Javier Guerrero.

Seguimos el recorrido artístico, y mientras conversábamos, recordé que su esposo es  hermano del músico y también catedrático de la Facultad de Artes, Dr. Leini Javier Guerrero, ambos, hermanos del difunto, Leovigildo Javier Guerrero,  ex director de la Banda de música de la UASD, con quienes tengo una vieja amistad personal y que la artista estaba ambientada, emparentada, con una familia de artistas del pentagrama musical en este país. Lo demás  es anécdota del destino y del vivir.

Motzar. Llubov Balanutsa.

Lo religioso o lo místico, son ejes temáticos que se visualizan en la pintura de Liubov Balanutsa, quien, junto con sus bodegones y retratos en óleo y acrílica, va expresando en cada detalle, la marca estética de su potencial creativo, desde la destreza en el manejo del pincel y su pluralidad cromática.

Hay aquí, momentos de introproyección psicológica, donde la creadora se rebusca en el interior de   símisma y se autorretrata, para deleite y contemplación de su público.

Homenaje a Leonardo Davinci.

Lo familiar, entra en el ritual significado de sus códigos cromáticos, de ahí su homenaje a su nieto y su homenaje a su nieta, como la manifestación pictórica de quien hace del arte su vínculo vital con la realidad. De ahí su "retrato a mi nieto" y su "retrato a mi nieta", obras que recogen su entorno filial y su mirada sobre la imagen de su entorno sanguíneo.

Su homenaje a Wolggant Amadeus Mozart,  reafirma el recorrido pictórico de esta artista del pincel, reconociendo los aportes de artistas clásicos, definiendo así la línea de su formación profesional. Desde muy joven, fue instruida en escuelas ucranianas de pintura, hasta alcanzar su formación académica, para bien de nuestro país y del mundo.

Esa exposición marca una huella más, en el historial de sus exposiciones ante el público, porque está representada por un armazón de eventos que confirman su continuidad práctica, en eso de poner sobre el lienzo en tela o en papel, su visiones oníricas, llevadas a un reservado perfil profesional y artístico.

El autorretrato.

Otro maestro homenajeado lo es Leonardo Da Vinci, lo que da testimonio abierto de su reconocimiento a lo universal, como creadora y académica. Se trata de una artista imbuida en proyección de su simbología cromática, desde el lienzo y el pincel.

Ya fuera del espacio de la exposición, seguí su conversación, desde el colorido de sus obras, y seguí aprendiendo de su arte, dialogando con sus cuadros, desde el catálogo que recoge sus datos, escrito por el hermeneuta, poeta, pintor, lingüista y crítico literario, nuestro amigo, Dr. Odalís G. Pérez, de quien he elegido un párrafo de sus notas del catálogo, para concluir esta transcrítica, sobre Liubov Balanutsa y su simbología cromática. 

"(…) 

"El ojo de la artista se apropia del modelo y el detalle para crear sentido acercándose al espíritu de época de cada maestro elegido para esta expoindividual, donde los títulos y formas son reveladores de cada detalle y formas que la propia artista trata como seguro valor de homenaje asumido con devoción y seguridad de la imagen y sentido iconográfico".

(…)

(Ver tercer párrafo del texto que aparece en el catálogo de la referida exposición".).

Hay aquí, una organización temática, representada de un relato de sentidos, recorriendo cada trazo gráfico-visual de Liubov Balanutsa. Su pintura recoge un narrar de hechos y huellas que ritualizan su hacer pictórico, a partir de los clásicos, redefiniendo su praxis simbólica y estética, con la pertinencia y agudeza creativa.