El pueblo de Masatepe amaneció este jueves arrastrando por todas sus calles a Judas Iscariote, el discípulo que traicionó a Jesús por treinta monedas de plata, en una escena que es interpretada por cientos de jóvenes nicaragüenses cada Semana Santa.
Los judíos de la antigua Jerusalén salen a las principales calles en busca del discípulo traicionero, disfrazados con vestimentas de la época, gorros multicolores, máscaras, medias y faldas, en una festividad denominada “Los encadenados”, que se celebra desde hace más de un siglo en Masatepe, situado a 48 kilómetros al sur de Managua.
“Entonces el papel de nosotros es hacer pagar a judas por la traición que él cometió en ese tiempo hacia nuestro señor Jesús”, explicó a Efe, Darwin Gaitán.
Gaitán, de 24 años de edad, lleva más de la mitad de su vida participando en “Los encadenados”, interpretado en ocasiones a Judas. Sin embargo, este año decidió ser judío porque así siente que puede hacer justicia por Jesucristo.
Los jóvenes católicos desfilaron por la ciudad arrastrando las pesadas cadenas, de regular tamaño y grosor, con las que atan y halan por el suelo a Judas, hasta subirlo al atrio de la iglesia donde lo levantan mientras cuentan, en voz alta, 10 segundos.
Acto seguido, el apóstol es llevado siempre por el suelo, hasta llegar al cementerio del pueblo para “colgarlo” en un árbol, constató Efe durante un recorrido.
Por diversión, para pagar una promesa o por tradición, el discípulo de Judas es representado por varios lugareños que visten con doble pantalón, camisas, chaquetas gruesas y traje impermeable para evitar quemaduras de fricción mientras es deslizado por el pavimento.
Mientras Judas avanza remolcado por la multitud, sobre su cuerpo también se lanzan al menos dos hombres para acrecentar el castigo.
“Yo interpreto a Judas. Esto se hace con fines culturales, por devoción o algunos que pagan promesas”, señala Mario Gaitán, de 15 años de edad, 7 de los cuales los ha dedicado a participar de la 'judea' como pago por una promesa.
Aunque en los textos bíblicos no se refieren a un castigo violento hacia Judas luego de su traición a Jesucristo, los tradicionalistas de “Los encadenados” afirman que la tergiversación es parte de la algarabía de la celebración.
Como parte de la tradición, algunas familias reparten chicha, una bebida preparada a base de maíz, a todos los participantes de “Los encadenados”.
Esta tradición se lleva a cabo el Jueves y Viernes Santo, donde el estridente ruido de las cadenas es el sonido predominante junto con los gritos eufóricos de los participantes. EFE