“La tempestad que desató el silencio aún no se detiene”, de esta manera inicia, este gran escritor, su libro de poemas titulado: Tempestad del silencio. Tempestad y silencio, dos palabras que, por sí solas, no guardan un lazo de similitud, pero que, al unirlas y llevarlas al plano literario, conllevan al lector a múltiples concepciones e interpretaciones. Tempestad del silencio fue el revuelo que desató la ausencia de la voz, al no poder expresarse. Recordemos que, Mateo Morrison, pertenece a la Generación de Posguerra, como consecuencia de la Guerra de Abril del 65.

Tempestad del silencio realmente tiene mucho que decir. Es una colección de 31 poemas cortos, versos libres que no tienen límite. Su lírica está orientada en una serie de emociones y sentimientos para cautivar a cada lector en particular.  Durante la lectura, el estado anímico que perduró en mí ser fue el de nostalgia: ese sentimiento de anhelar un acontecimiento del pasado. Un ejemplo de esto podemos evidenciarlo en este fragmento del segundo poema:

Todavía siente las caricias

de la superficie que recoge sus pisadas…

 

En este caso, el personaje principal, conocido como la anciana, extraña algo que ya no tiene, lo que causa tristeza en su ser, y cada día se siente más solitaria y vacía. El contenido del poemario está estructurado con la introducción “Tempestad del silencio", seguido por la numeración de cada uno de los poemas. Cabe destacar que, a esta recopilación, Morrison la llamó “Textos innombrados” ya que, tal y como lo expresa el título, dichos poemas no gozan de un nombre en particular.

Un aspecto que me pareció muy sorprendente y peculiar, fue el hecho de que en algunos poemas, el autor insertara un epígrafe para dar inicio a cada poema. Estos encabezamientos, que aparecen al principio de solo seis poemas, expresan parte de la idea que el autor plasma en cada verso. Me parece muy interesante cómo otros poetas, tanto hombres como mujeres, han servido de inspiración para la creación de tan admirable obra. De igual modo, esto le permite, al receptor, interpretar mejor el mensaje que hay detrás.

Por otro lado, el escritor aborda los principales temas de la literatura: el amor, la vida y la muerte. Otros que destacan son: la soledad y la sexualidad. Estos contenidos son expuestos con un estilo literario formal y poético, de una manera sutil y abordada con elegancia. A continuación, presentaré ejemplos donde podrán certificar lo antes dicho.

El tema de la soledad es notorio en el segundo poema:

 

 La anciana se desplaza en su hábitat.

Comparte su supervivencia

con insectos que van migrando

 hacia lugares más propicios…

 

En este escrito, el autor menciona a una señora de avanzada edad, que en un punto de su vida, está sola y conviviendo, quizás, con bichos —de manera literal—, los cuales habitan su hogar. La anciana está deseando el más mínimo contacto humano, ya que recordar su juventud la entristece.

Reza, pero su iglesia es la calzada

donde antes los muchachos fisgaban

su cuerpo…

 

El tema de la muerte, lo encontramos en este fragmento del primer poema:

 

Él, percibirá

en su extraño mundo

que la muerte merodea

cómo incendio voraz

su anatomía…

 

Al tratarse de un hombre longevo, el autor da a entender que su muerte está cerca y que consume velozmente su cuerpo.  De igual forma, en el octavo poema, aunque Morrison no hace alusión al amor como tal, es evidente la extrañez hacia un ser que amó, o tal vez, aun ama:

Ninguna de estas imágenes se parecen a ti.

Son máscaras burlándose de mis mañanas,

vacío en que navega mi ser.

Pensativa parecías desaparecer en otro sueño

y dejas tu recuerdo colgando en una duda.

Permite que me quede con alguna de tus formas,

la más tenue quizás,

la que se desvanece con el solo intento de mirarla.

 

En esta parte, manifiesta ese deseo de no olvidar ese amor que significa tanto para su alma. Otro aspecto que indudablemente realza este escrito, son las figuras literarias que lo adornan con expresividad y belleza. Es muy importante que el lector vaya descifrando y analizando cada verso, para lograr una comprensión idónea del texto.

Mi poema favorito fue el siete, cito:

No abandones tus alas,

no importa que te ofrezcan el cielo en cada abrazo,

ni que sientas un ardiente temblor en cada orgasmo.

Toma tu pulso colocado en el orificio

donde se oxigena el amor.

A lo mejor ya debes trasladarte

a otra galaxia.

 

Este poema me cautivó, porque nos expresa que no nos dejemos guiar por las pasiones, sino que aprendamos a ser más racionales. No es un secreto que, en un momento de efusividad, el ser humano es capaz de muchas cosas por un poco de placer. Aquí, Morrison establece que, sin importar que te ofrezcan todo, así sea el punto máximo de placer sexual, debes recapacitar en tus decisiones y evaluar si son convenientes o no.

Mateo Morrison, una vez más, logra deleitarnos con sus escritos. Sin lugar a duda, con la lectura de esta gran obra poética, he quedado maravillada, ya que pude conectar con el libro al apropiarme de cada verso e ir aplicándolo en diversos aspectos de mi vida y situaciones cotidianas. Admito que no soy admiradora de la poesía, pero ¿quién puede resistirse a tan magnífica lírica?

Es una colección que recomiendo a todos leer, ya que como dije al principio, no tiene límites. Estoy convencida de que logrará cautivar tanto como a mí, y, sobre todo, reflexionar en cuáles silencios causan una gran tempestad en nuestras vidas.

Shanil Ivette Rodríguez es estudiante de la Licenciatura de Lengua y Literatura orientada a la educación secundaria en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.