La poesía no ha sido creada para limitarse a los temas universales. Este género tiene el poder para impactar la cotidianidad del hombre y le da, a los aspectos de la vida diaria, colores y matices completamente distintos a cómo podemos percibirlos diariamente.

Con esta breve acotación, introduzco un comentario sobre una de las publicaciones del reconocido autor y ganador del Premio Nacional de Literatura de la República Dominicana en el año 2010, Mateo Morrison. Este escrito se titula Tempestad del silencio y fue publicado en 2014. Es una colección poética que se compone de treinta y dos poemas. El primero “Tempestad del silencio” y el resto “Textos innombrados”, enumerados en orden. En este poemario no solo hacen presencia los versos de Mateo Morrison, sino también contiene epígrafes de reconocidos autores como: Francisco Brines, Yolanda Pantín, César Vallejo, John Keats y Joseph Corner.

Tempestad del silencio es un libro que demuestra que la poesía es diversa en todo su esplendor y que puede profundizar, sobre temas cotidianos, sin perder la estética aun cuando es presentada mediante el versolibrismo. En él se tocan temas universales, pero abogando por la naturalidad en la que el ser humano los experimenta. Tal es el caso del poema “26”, que es introducido con un verso sencillo, cargado de naturalidad y cotidianidad, que luego pasa a convertirse en una exquisita creación poética, donde un acontecimiento, desdichado para el ser humano, se convierte en una pieza merecedora de ser llamada creación artística:

La herida que comenzó en el meñique

se extiende hasta el otro extremo.

Ahora son diluvios de sangre.

No detendré este flujo porque los cuerpos

como ríos necesitan desbordarse

e inundar la tierra cada cierto tiempo.

La herida que inició en el aire

tiene vocación de mares.

Por otra parte, es propicio destacar que, los versos y estrofas presentes en este poemario, están ausentes de los lineamientos tradicionales de la métrica; lo que demuestra que la poesía se reinventa y evoluciona con los tiempos, y que los autores tienen libertad para transformar sus poemas conforme a sus propios criterios estéticos y no siempre a los parámetros formales establecidos. Este texto recuerda que no importa cuál tema se aborde, sino cómo el autor lo opera según la corriente en la cual desea enmarcarlo.

En el poemario se evidencia una gran diversidad de temas, tales como: el dolor, la soledad, el tiempo, la vejez, el ser humano, la muerte, la naturaleza, entre otros. Es por esto que se puede precisar que no tiene un tema en específico, sino que va tejiendo un hilo conductor a través del orden de los poemas, que no necesariamente se interconectan entre sí. Esta característica deja un universo posible de interpretaciones, dando así cabida a la Teoría de la Recepción, donde el lector interpreta lo que lee a partir de sus realidades. Como todas las creaciones poéticas, se ve caracterizada por la subjetividad, debido a la extensión de los poemas y a las metáforas que allí habitan.

En el primer poema titulado “Tempestad del silencio”, se evidencia, en gran manera, la habilidad de Morrison para abordar temáticas que no se circunscriben en los temas universales de la literatura. “Tempestad del silencio” se siente como la narración del despertar de la humanidad en medio del caos, de la destrucción y el fin de su hábitat, donde el ser humano no encuentra sentido a su vida, pues ha perdido su esencia. Se siente como un despertar en medio de una catástrofe donde nos hacemos conscientes de que no hay vuelta atrás y de que nuestra existencia ha llegado a su fin, pues vislumbramos residuos de sol convertidos en bosques y territorios enormes poblados de animales perseguidos.

Por otro lado, a pesar de la corta extensión de la gran mayoría de los poemas, se enmarcan dentro de la corriente existencialista, donde, de forma indirecta, y directa en algunos casos, se tocan temas que aluden a las cuestionantes y preocupaciones existenciales que rodean al ser humano durante toda su vida. En las creaciones poéticas de este tan reconocido autor, se puede palpar una evidente preocupación por la naturaleza que, en la posmodernidad, es uno de los temas más discutidos por ser de gran importancia para una gran parte de la población. Esta intranquilidad se hace presente en los poemas “23” y “30”:

23

Quienes encienden este bosque de cristales

¿Son nuevos habitantes del planeta?

Ellos quieren saber cómo en realidad eran las arboledas.

Inventan con su nuevo instrumental

jardines de metal

y lluvias de ceniza).

 

30

Recorrer estos mijares

hace más pesado el camino,

boscajes de vidrio parece ahora la ciudad.

Sé que en mi ruta están las garzas,

pero no las veré jamás.

Déjenme degustar

los tallos de las matas caídas.

 Morrison, en sus poemas de corta extensión, dirige una crítica a la sociedad actual, destaca cómo lo artificial ha ido capturando todo, hasta la existencia misma, y cómo los actos y gestos de amor se han convertido en patrones repetitivos:

Lo natural se volvió artificial hace un instante. No sabemos si es mejor regalar flores o decoraciones plásticas para consumar rituales amorosos.

A su vez, en uno de los poemas, Morrison, nos hace un llamado de atención para que seamos conscientes de cómo la postmodernidad con sus avances, el consumismo y el individualismo, en cierta forma, destruyen cada vez más la esencia de los seres humanos, sin que sean conscientes de lo que realmente pasa:

Ellos no resistieron

la nitidez de los televisores.

Conocieron

las nuevas joyas

y los tenis de marca.

Lo heroico ahora es consumismo

tenemos en los bolsillos

una receta de sueños.

En definitiva, se puede precisar que este poemario no solo tiene el propósito de adornar, con el encaje literario, los acontecimientos cotidianos y temas universales. También busca hacer un llamado de atención y una crítica a la sociedad de hoy que durante los últimos años, se ha dejado influenciar por el consumismo, restándole importancia a su hábitat y a la otredad, que es lo que realmente importa. Morrison posee la característica de los grandes escritores y es, a partir de todos los géneros literarios, poder concienciar. Espera que, en algún momento, el curso de la humanidad pueda cambiar para bien.

 

GREYSI DE LOS SANTOS MONTÁS es estudiante de la Licenciatura de Lengua y Literatura orientada a la educación secundaria en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.