En la tradición literaria de un país, hay escritores que tienen estampado un sello que los distingue y una imagen que los representa.  Por lo regular, son autores que forman parte de un determinado canon, o que han adquirido una dimensión relevante.

Hablar de literatura estadounidense, es pensar en escritores de la talla de Walt Whitman, William Faulkner, Ernesrt Hemingway, Saul Bellow, Sherwood Anderson, Carson McCullers, Paul Auster o Don DeLillo, para solo citar algunos ejemplos. Sin embargo, es muy posible que si se habla de

, comparándolo con los arriba mencionados, su nombre pase desapercibido. Más que todo, su fuerte no está en la literatura.

Irving D. Yalom es un psicoterapeuta estadounidense de origen judío ruso, el cual ejerce de profesor de psiquiatría en la Universidad de Stanford. Ha escrito ensayos notables sobre temas de su área profesional. Sin embargo,  también ha publicado narrativa, siendo las más conocidas El enigma Spinoza y la primera  de ellas El día que Nietzsche lloró. Esta novela se publicó en el año 1992, logrando ocupar en Israel el primer lugar en ventas.

Dos elementos la caracterizan: lo primero, es que Yalom estructura una obra donde casi todos los personajes son verdaderos, lo segundo; es que el eje que mueve la trama es imaginación. Sin embargo, la forma como está elaborada, da la impresión de un universo real. Esta consiste en que el reconocido médico y psicólogo austríaco Josef Breuer, cuando se encontraba en Venecia recibe una enigmática cita de parte de una bella y desconocida mujer cuyo nombre es Lou Andreas-Salomé. Al acudir a la misma, esta le expresa que lo convoca para tratar de salvar la vida de un joven filósofo de nombre Frederich Nietzsche, el cual está atormentado con tendencias suicidas. Según ella, su objetivo es salvar el futuro de la filosofía alemana. Por esta razón, le solicita que lo psicoanalice sin que Nietzsche se de cuenta. Medio confundido por la duda, este le responde a manera de pregunta: ¿Por qué su amigo y usted no se han dirigido a mí de un modo más directo? ¿Por qué no han escrito a mi consultorio de Viena pidiendo una cita?

El doctor Breuer acepta el reto de psicoanalizar a Friederich Nietzsche auxiliándose de la nueva teoría de Sigmund Freud, un joven protegido de él. En el curso del tratamiento se establece entre ambos una especie de discusión, llegando Nietzsche a preguntarle cual es su motivación. Ejerzo mi profesión, el zapatero remienda zapatos y el panadero hace pan. Mi vocación es ser útil, aliviar el dolor, le responde Breuer tratando de inspirar confianza en su paciente. No son respuestas satisfactorias, no habla de motivos, si no de hábitos, le responde Nietzsche, estableciéndose entre ambos un vínculo donde afloran argumentos de filosofía y psicoanálisis.

Es de interés destacar el vínculo que tuvieron Andreas-Salomé y Nietzsche, puesto que ella fue su consejera, amiga, incluso ella ejercía de crítica antes de ser publicadas sus obras. Otra situación que se dio entre ellos, fue que Nietzsche llegó a proponerle matrimonio, ya que él entendía  que ella era la única persona capaz de entenderlo. Ser amantes no pudo ser posible, pues Andreas-Salomé se unió a Paul Ree, también filósofo alemán y compañero de ambos en el trabajo intelectual. Ahora bien, lo que ella sí admiraba, era la inteligencia de Nietzsche y así se lo expresó.

De otro lado, un dato interesante en esta novela, es el hecho de cómo su autor, por medio de la ficción caracteriza un personaje tan difícil como Nietzsche. Lo que indica que hace una buena combinación de elementos de psicoterapia y pensamiento con ingredientes filosóficos. En ese contexto, es evidente que Yalom, aparte de psicoterapeuta, es conocedor del pensamiento filosófico occidental. Digo esto, porque en el continente americano, él es uno de los mayores representantes de la psicoterapia existencial, un enfoque terapéutico concentrado más en la filosofía fenomenológica y existencial que en la medicina.

Otro acontecimiento relevante que se aborda, es el caso Anna O, seudónimo usado por Josef Breuer para tratar a la feminista austríaca Bertha Pappenheim en un caso de histeria. Es de sobras conocido, que con esta paciente el doctor Breuer crea el método catártico para la cura de ese padecimiento, el cual fue el antecedente del psicoanálisis freudiano. Es decir, que Irving D. Yalom no solo reúne filosofía y psicoterapia en su obra, también ubica los personajes en su verdadero contexto histórico y relata hechos que hoy son parte de la historia. Además del caso Anna O, Lou Andreas-Salomé se relacionó bastante con Sigmund Freud, y  es reconocida la trilogía Nietzsche, Andreas Salomé y Paul Ree.

Josef Breuer y Nietzsche no se conocieron; tampoco Lou Andreas-Salomé visitó a Josef Breuer. Sin embargo,  1882 es el año en que se sitúa la trama y coincide con las fuertes depresiones de Nietzsche. Tal y como se narra en la novela, Freud visitaba frecuentemente al doctor Breuer, parte del epistolario entre Nietzsche y Andreas-Salomé, el cual Yalom transcribe literalmente, también son reales. Independientemente de que Irving D. Yalom no sea un literato en sentido estricto, o de que tal vez Nietzsche nunca lloró, esta novela tiene material suficiente para ser estudiada desde un ángulo distinto a lo tradicional. En el año 2007 fue llevada al cine.