Hay hechos históricos, que por la magnitud y trascendencia que han tenido, cobran tanta notoriedad que se convierten con el tiempo en símbolos y referentes.
Es muy probable que cuando a una persona le llegue a su pensamiento la palabra holocausto, cuando le mencionen la palabra eugenesia o esterilización, de manera automática las galerías de su memoria registren las imágenes de las innumerables y espantosas atrocidades cometidas por el régimen nazi de Adolfo Hitler, también conocido como Tercer Reich. No es para menos, pues lo que sucedió en ese período, específicamente desde que comenzaron en Alemania a crearse los campos de concentración hasta la derrota nazi, todavía a la fecha de hoy, estos hechos no dejan de producir en la conciencia espanto y dolor.
Tanto la supuesta superioridad de la raza aria, la eugenesia y la esterilización de personas consideradas de raza inferior o deficientes mentales, ninguno de estos hechos tienen su origen, por lo menos como doctrina o teoría en el nacionalsocialismo alemán.
Fue el diplomático y filósofo francés Joseph Arthur de Gobineau quien en el siglo XIX escribió el Ensayo sobre la desigualdad de las razas, un voluminoso libro donde sostuvo la superioridad de la raza aria. Con el mismo, de Gobineau se convierte en el verdadero fundador de lo que en esa época se denominó racismo científico. Otro pensador que defendió la superioridad de la raza aria, y que tuvo una gran influencia en la configuración de esta especie de doctrina nazi, fue el británcio Houston Steward Chamberlain. Este autor fue un defensor del pangermanismo, movimiento que abogaba por la unidad de los pueblos de origen germánico para el dominio de Europa Central, y defendía a su vez la superioridad de la raza aria. El fervor de Chamberlain a favor de los alemanes, despertó en él tanto interés y entusiasmo, que en el año 1916 se nacionalizó alemán.
Otro personaje de mucha relevancia en cuanto al racismo y la eugenesia, fue el abogado, conservacionista, historiador, zoólogo y antropólogo estadounidense Madison Grant. Autor de La caída de la gran raza, no de los trabajos más significativos sobre higiene racial y racismo científico. Un verdadero promotor de la superioridad racial, y de la idea de apartar a las personas de rasgos indeseables en guetos.
En el año 1906, se realizó en el zoológico del Bronx la exhibición junto a un orangután amaestrado, de un pigmeo traído del Congo Belga de nombre Ota Benga. En términos económicos, esta exhibición fue rentable, pero el lado más absurdo fue lo que significó en todo lo que tiene que ver con la condición humana. El propósito de dicho espectáculo, fue dar a entender que el ser humano evolucionó del mono y también para apoyar la teoría eugenesista y el racismo científico. Y lo más deprimente de este hecho, es que la exhibición del espectáculo en el zoológico del Bronx fue patrocinada justamente por Madison Grant. El desdichado Ota Benga terminó suicidándose en el año 1916 después de pasar por un verdadero infierno.
Para robustecer lo afirmado, cabe destacar otro hecho bochornoso. En el año 1927, Carrie Buck, una joven estadounidense había sido violada y salió embarazada. Después de alumbrar su hijo, fue obligada a esterilizarse en razón de una ley existente en el Estado de Virginia por ser considerada débil mental. ¿Dónde estaba recluida? En una colonia para débiles mentales y epilépticos. En el fondo, dicha colonia era lo mismo que un campo de concentración para la época.
Carrie Buck se opuso a que la esterilizaran de manera forzosa y demandó. Su caso llegó a la Corte Suprema de Estados Unidos, pero ella no tuvo ganancia de causa y de todas formas fue esterilizada.
Cuando las potencias aliadas vencedoras en la Segunda Guerra Mundial, juzgaron en la Alemania derrotada en los Juicios de Nuremberg, tanto a los jerarcas nazis civiles y militares, a los doctores que esterilizaron cientos de miles de personas amparados en las leyes de eugenesia de 1933, las leyes de Nuremberg de pureza racial de 1935; así como a los fiscales y jueces del Tercer Reich que aplicaron justicia fundamentados en dichas leyes, ya la eugenesia y la esterilización habían sido realizadas en Estados Unidos.
En el año 1907, el Estado de Indiana es el primero en crear una ley de eugenesia para personas consideradas inferiores, aparte de otros que también las aprobaron. Fue el influyente juez de la Corte Suprema de Estados Unidos Oliver Wendell Holmes, al mencionar la demanda de Carrie Buck, en la motivación del fallo de esa infame sentencia, refiriéndose a la criatura que había alumbrado, y a su madre que también estuvo recluida en la misma colonia que Carrie Buck, justificó la esterilización diciendo que tres generaciones de imbéciles eran suficientes.
Alemania tuvo en el médico Alfred Ploetz un gran exponente de la eugenesia, higiene racial y la superioridad de la raza aria, fue miembro del Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán, y sus ideas y programa fueron llevadas a cabo en Alemania en ese nefasto período de la historia del siglo XX.
Con esto no se pretende negar las atrocidades cometidas en la Alemania nazi; no es negacionismo histórico. Lo que se pretende es puntualizar que, si tomamos en cuenta de manera parcial los hechos, la semilla primigenia de la superioridad de la raza aria, la eugenesia y la esterilización, está sembrada en terreno de Francia, Inglaterra y Estados Unidos. No son de origen alemán. Ahora bien, la ejecución de forma masiva de ese programa, sí fue llevado a la práctica por la Alemania Nazi. Basta recordar un ejemplo: el campo de exterminio de Auschwitz. También lo marca una gran diferencia: los pensadores que sostuvieron la superioridad de la raza aria, la eugenesia y la esterilización no sostuvieron posturas en contra de los judíos. La mayor tragedia fue el antisemitismo y la solución final. Una hecatombe que todavía hoy produce horror.