El filósofo dominicano Edickson Minaya ha publicado un texto titulado Simbolismo e implicación. Contribuciones a la hermenéutica simbólica de Andrés Ortiz-Osés.  El texto es el producto de varios años de investigación que se iniciaron con una tesis doctoral por la que obtuvo el título de doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco.

El sujeto del estudio, Andrés Ortiz-Osés, fue discípulo del filósofo alemán Hans Gadamer y colaborador de un grupo intelectual inspirado por el psicoanalista Carl Jung conocido como el Circulo Eranos, formado por la teósofa Olga Fröbe-Kapteyn y que agrupó a figuras como el poeta Ludwig Derleth, el historiador de las religiones Mircea Eliade y el mitólogo Karl Kerenyi.

La obra de Ortiz-Osés se inscribe en la tradición del pensamiento hermenéutico. La hermenéutica filosófica representa uno de los movimientos filosóficos más significativos del siglo XX cuyo signo distintivo es el reconocimiento del carácter interpretativo de la existencia humana y la dimensión lingüística de toda comprensión.

Si la hermenéutica constituye una propuesta interesante desde el punto de vista de las sociedades democráticas contemporáneas, se debe al rol que el autor de Simbolismo e implicación asocia con el enfoque en cuestión: el de mediador, función extensiva a toda autentica filosofía, pero que en la tradición hermenéutica contemporánea se radicaliza al tomar distancia de la actitud monológica de la metafísica tradicional y partir del supuesto de que la comprensión requiere de un diálogo entre horizontes, culturas y tradiciones de saber.

Este modo de entender la hermenéutica trasciende el viejo ideal metodológico que pretende reducirla a una explicitación de reglas para la interpretación de los textos asumiéndola más bien como un esfuerzo por comprender las relaciones de sentido que los seres humanos construyen en el mundo.

Desde este enfoque, Edickson Minaya escudriña el pensamiento de Andrés Ortiz Osés. Delimita sus fases de producción y se adentra en la estructura de su pensamiento. Resalta la dimensión simbólica de su obra acorde con una concepción del mundo que concibe la comprensión humana como metafórica.  También subraya su aspecto implicacionista, acorde con una visión de la realidad entendida como una red compleja de relaciones.

A la vez, el autor de Simbolismo e implicación se adentra en la perspectiva intercultural de Ortiz-Osés. Un enfoque intercultural es abierto al diálogo entre culturas y esto lo convierte en una mirada más acorde con un mundo interconectado donde las sociedades constituyen comunidades integradas por individuos que responden a tradiciones espirituales disímiles cohabitantes en un espacio concreto y que, para su propia sobrevivencia, deben llevar a cabo un proyecto de ciudadanía común.

Simbolismo e implicación es un aporte a la literatura filosófica dominicana. Muestra a un filósofo poco conocido en la cultura intelectual de nuestro país y abre una mirada que recupera dimensiones de la cultura latinoamericana tradicionalmente concebidas como no filosóficas.

Solo queda que ustedes realicen el ejercicio hermenéutico de adentrarse en un diálogo con este libro y definan su trayecto, confirmando la sentencia de Terentianus Maurus: Pro captu lectoris, habent su afata libelli (“Según la interpretación del lector, tienen su destino los libros”).