Sobre el arte de leer de Gregorio Luri es un libro basado en su conferencia pronunciada el 5 de julio de 2019 en el marco de IV Fórum Edita. En este ensayo se plantean diez tesis sobre la lectura, demostradas con argumentos bien razonados y cargados de humanismo. Concibe la lectura no como una habilidad de predisposición natural, sino, que amerita de una didáctica, más plena conciencia de que su aprendizaje y sus niveles de comprensión en la niñez son fundamentales para el futuro intelectual y desarrollo profesional en la adultez. De aquí que se puede afirmar que para el desarrollo de dicha habilidad tiene una gran responsabilidad el maestro.
“Para aprender a leer necesitamos la ayuda de un maestro que conozca su oficio, que nos anime a leer y hacernos lectores, es decir, alguien que nos contagie su pasión y un medio culturalmente rico.” Esta tesis explica las diferencias entre los niños con respecto a la lectura. Aquellos que han tenido maestros en contextos sociales deprimidos, agobiados por necesidades perentorias, desmotivados ellos mismos por la lectura; contra los pertenecientes a contextos con alta calidad de vida, con salones de clases adecuados, bibliotecas; maestros bien preparados, motivados por su oficio y la lectura, maestros que también son buenos lectores. Explica las diferencias de resultados en las mediciones sobre competencia lectora de país en país.
También sostiene que hace falta una didáctica de la literatura, que abra camino a través de esta y en todos sus formatos, que capacite a los jóvenes para dichos fines. Lo que vemos en muchos planes de clases es lo contrario; la literatura no está para aprender con ella, sino, al servicio de la lengua, generalmente ocupa en último lugar tanto en los planes como en los libros de texto y de formación.
Otra de sus tesis dice que el maestro debe hablar mucho en clase y sobre todo bien, ya que es necesario hablar bien para leer bien. Esto así, porque los niños que no tienen libros en casa llegan a la escuela con una gran pobreza lingüística, si no hay buena intervención del maestro terminarán su escolaridad con un retraso cognitivo de año y medio con respecto a los que tienen. Estos al leer se encuentran con lo que Luri llama vacíos fácticos, falta de referentes, palabras que no conocen, frases o giros que no entienden. Por lo tanto, el maestro debe hablar de mitología, de leyendas, geografías lejanas, historias, biografías, refranes, juego de palabras, chistes entre otros. Todo esto implica que, el maestro si quiere enseñar a leer debe ser el primero en conocer de todo; de esa manera ayudaría a subsanar los vacíos fácticos e inspiraría a los alumnos. Esto también implica menos tiempo de trabajo y un tiempo y espacio para lectura en sus salones de clases y sus planificaciones.
Plantea además que la enseñanza de la lectura y su comprensión es de carácter dialéctico y el conocimiento. Hay que entender que esta es una relación de sentido entre partes y todos; entre letras y palabras, palabras y oraciones, oraciones y párrafos. Párrafos y texto; en fin, entre texto y contexto. La ampliación de los contextos, además de facilitar la comprensión de los textos, proporciona libertad creativa. Asimismo, si se quiere facilitar la comprensión de textos complejos hay que evitar el mayor número de vacíos fácticos y aligerar así la carga cognitiva de la comprensión. Estas tesis llevan a la conclusión de que cuanto más se conoce el contexto más alto es el nivel de comprensión del texto.
Finalmente, esta parte del texto muestra la importancia del maestro en la enseñanza de la lectura. Así como, la necesidad de una didáctica para la literatura, es decir, enseñarla con ella misma. El texto es recomendable para todo maestro, especialmente los de lectura y para aquellos pertenecientes a los países pobres, puesto que, deben enseñar a niños que vienen de hogares que carecen de libros y con una gran pobreza lingüística.