Trataremos el tema de la sensibilidad desde el aspecto lingüístico en los textos poéticos y prosaicos. Se centra la atención en el uso sensible de la lengua y el lenguaje desde diversas perspectivas. Por ejemplo, al leer un poema de Víctor Hugo escrito en francés y después traducido a otro idioma, nos enfrentaremos a múltiples situaciones de carácter analítico. Esto puede incluir las connotaciones de las palabras, la arquitectura de los versos, el ejercicio intelectual, racional y lógico; la decodificación y la traslación de los estados sensibles del autor pretendidos o no en el poema.

Por eso se escucha decir que en las traducciones de los textos poéticos y prosaicos se pierden esencias artísticas. Hay una fuga de elementos de la identidad de la lengua original y una segmentación o variación de los estados vibratorios de las palabras y versos. Esto tiende a bloquear la connotación del contenido textual al ser absorbido desde las percepciones intelectuales y sensibles por parte de los lectores y traductores. Con certezas, hay excelentes traductores y Jorge Luis Borges lo supo, como también conoció a otros muy malos. No importa cuál sea el alto nivel de la traducción, siempre habrá sesgos.

Todos los textos lingüísticos tienen características sensibles, como sensibles son los autores, lectores y traductores de forma muy particular. Hay una interacción de sensibilidades que a veces se entrecruzan, se omiten, se reproducen, se sustituyen o se crean nuevas. Nadie podría traducir la hondura del dolor expresado por César Vallejo en sus versos. No existen códigos, palabras y estructuras lingüísticas en otros idiomas, que no sea el español, capaces de arrancar del interior del texto poético de Vallejo el dolor que en él se expresa.

El traductor y el lector

Existen diferencias funcionales entre el traductor y el lector. Al traductor se le exige el dominio de las lenguas intervinientes en el ejercicio. El lector solo requiere de una como condición necesaria y suficiente. El traductor tiene una importante responsabilidad ética no solo con el manejo de los idiomas, sino con los autores de la obra y los lectores. Aquí se enfrentará a relevantes desafíos evolutivos de las lenguas en cuestión, a las variaciones lingüísticas, a los contextos sociolingüísticos y las metodologías utilizadas en el trabajo de traducción. Para el lector las exigencias son menores, porque tiende a leer en una sola lengua, pero no lo descarga de su responsabilidad ética frente al autor. No podrá decir que dijo “Diego” donde dijo “dijo”. El traductor debe tener una intención diferente a la del lector.

Elementos sensibles

Es sensible el texto, el traductor, el autor y el lector. Si se toma un texto poético o en prosa, el universo de características que posee es insondable, partiendo, por ejemplo, de cualquiera de sus categorías, dimensiones y aristas. Si abordamos la sensibilidad como una cuestión de respeto por la comunicación literaria, el traductor de poesía o prosa tendría que poseer no solo competencias, sino el desarrollo de la sensibilidad para respetar el texto, al autor y al público que sería lector. El traductor asume una gran responsabilidad que va más allá del conocimiento y acatamiento de la cultura y las lenguas intervinientes. No pasa lo mismo necesariamente con el lector.

Los individuos humanos poseemos sensibilidad, pero no todos en la misma medida, por las diferencias individuales, biológicas, psicosociales, culturales, espaciales y temporales. Así, el lector no tiene la misma sensibilidad que el que realiza la función de traductor.

Existen aquellos con gran desarrollo de los sentidos y la intuición. Ante un autor de texto con alta sensibilidad y capacidades en el dominio de la lengua y el lenguaje; el traductor, tendría que trasladar al nuevo texto las impresiones del autor. Intentaría entonces trasladar esa carga “sensible”, “emocional”, “intelectual” al nuevo texto. El traductor se encontraría con varios obstáculos que tendría que salvar: la lengua, el lenguaje y la sensibilidad, son los primeros.

Contextos y textos

Existen múltiples diferencias entre las lenguas propias de los contextos sociolingüísticos, la evolución y los niveles con que se utilizan: fonológico, morfológico, sintáctico y léxico-semántico. Al ser traducido un verso, no existe la certeza de trasladar, en el sentido equivalente, la carga emocional, intelectual y lingüística que de él se desprende.

Tomemos otros ejemplos, ya no en la poesía, sino en la prosa. Emilie Blomgren (2011) en su texto La traducción del español argentino en Rayuela, de Julio Cortázar, explica algunas de las dificultades a las cuales se enfrentó en su ejercicio. Ejemplo, los que aluden a los rasgos típicos del dialecto argentino, donde, para “entender” el sentido, la significación y las connotaciones, tuvo que analizar varios ejemplos antes de empezar las traducciones y se valió de algunos amigos y del diccionario del dialecto argentino. A pesar de esto, las limitaciones estuvieron presentes. Lo mismo debió de haber sucedido con el libro The Brief Wondrous Life of Oscar Wao (La maravillosa vida breve de Óscar Wao) (2007) de Junot Díaz, que la lectura para el público inglés no es la misma que para el público dominicano. Algunos reportan cuanta diferencia en el texto con la traducción al español, a pesar de que el tema tenía un origen dominicano, incluyendo vocablos del dialecto criollo.

La relación autor-texto-traductor-lector, siempre tendrá sus limitaciones. La sensibilidad intencionada o no por el autor tiene sus barreras por el dominio que tendría de la lengua y el lenguaje. El texto siempre estaría incompleto por la versatilidad de la lengua y los alcances estéticos del lenguaje. El traductor lleva la peor parte. Siempre será difícil para él inhibirse de su sensibilidad al interpretar la obra, y sobre todo, ser conocedor de la evolución de ambas lenguas intervinientes. Su parte más crítica dentro de los esquemas connotativos son los procesos pasados y presentes de la socialización lingüística en determinados contextos. (Continuará)

Domingo 20 de octubre del 2024

Publicación en Acento No. 123

Virgilio López Azuán en Acento.com.do