La tradición cristiana celebra la Semana Santa para conmemorar la pasión y muerte de Jesús, símbolo de su sacrificio para salvar al mundo. Cada religión contiene una serie de preceptos, ritos y celebraciones. Los mismos varían conforme al país y sus tradiciones. En República Dominicana, por ejemplo, confluyen una serie de costumbres y ritos ancestrales con otros incorporados por medio de la transculturación y el mercado de consumo. Cada persona de acuerdo con su edad, condición social, creencias y lugar de procedencia disfrutará de esos días, primando siempre, la tradición del encuentro familiar.

Cada iglesia celebra la Semana Santa según lo dictan sus preceptos, ceremonias, cultos y alabanzas conforman sus agendas. La iglesia católica, por ejemplo, inicia desde la cuaresma con misas y viacrucis que recuerdan la pasión y muerte de Cristo. Así como, recogimiento y la costumbre de no comer carne ciertos días de la semana, hasta concluir con el domingo de gloria y la celebración de la resurrección de cristo y la pascua. Las demás tienen ritos comunes y diferentes.

Una costumbre dominicana es la de salir de la ciudad. Visitar su lugar de origen, las playas, montañas, hoteles y villas forman el conjunto de lugares preferidos para disfrutar; aunque una franja de la población se queda en la ciudad o cualquier lugar donde vive. Generalmente el viaje se hace en familia, aunque en muchos casos se unen amigos y relacionados. Son frecuentes las paradas a establecimientos de comidas para disfrutar de los platillos típicos y propios de la temporada. Para los que viven en las ciudades principales están abiertos museos, plazas y monumentos históricos para su disfrute.

La República Dominicana cuenta con una variada cultura culinaria propia de esta festividad, diferentes platillos son elaborados para el disfrute de la familia. El pescados y los mariscos son protagonistas, cocinados de diferentes formas, en muchas regiones el coco cuenta como ingrediente adicional. Los guandules, el moro, los buñuelos, el chacá y el postre por excelencia; las habichuelas con dulce que se disfruta en el país completo.  Este último sirve para compartir con vecinos y allegados.

Las reuniones familiares representan un factor importante de este tiempo. Las familias aprovechan para juntarse y compartir. Son comunes las charlas durante el desayuno y el café, chistes, bromas, rememorar el pasado, recordar los que se han ido. Revisar viejas fotografías para poner al tanto a los más jóvenes y pequeños sobre sus ancestros, padres y tíos en su época de juventud, hacer las paces con la nostalgia; es algo divertido y sanador. Esta es una ocasión propicia para encaminar a los niños hacia la conformación de su identidad.

En fin, dichas festividades representan una oportunidad para las familias fortalecer sus vínculos, ya sea por medio de la religiosidad u otros factores culturales. Los amigos de siempre se reencuentran, los que están lejos se desplazan hacia la patria chica, los creyentes reafirman su fe. Una auténtica fiesta de la cultura, la religión y la familia.

 

Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do