Bileisy Reyes, discípula de Mateo Morrison, nos presenta su primer libro de poesía: "Selva de palabras cortadas". Al iniciar su lectura, recordé a aquella estudiante que me cautivó con un profundo ensayo leído en mi clase de análisis de la obra literaria, se autoinvocó también la Bileisy dueña de la voz sensible y eficiente en la Semana Internacional de la Poesía. Posteriormente, adopté una mirada académica y consideré que en este primer libro se aprecian los desafíos a las convenciones lingüísticas, explorando nuevas formas de expresión, donde la introspección brinda una renovada perspectiva de la feminidad.
En su primer poema, "Toda forma, todo vértigo sucumbe ante el poema: la mano que tiembla, se encoje", aborda la escritura desde la esencia misma de la misma, y su relación con el cuerpo y la identidad.
Quiero destacar cómo utiliza las imágenes, en fragmentos como "la carne palpita siempre empleando palabras simultáneas" y "mi cabeza me hace esos jirones, las peripecias, la introvertilidad", donde lo corpóreo se convierte en poético y lo que se siente físicamente puede ser traducido en palabras.
Además, los temas de poder, justicia y opresión están presentes en "Donde se congrega una muchedumbre diluida en hierro fundido" y "La derrota se presta para cosas grandes (cosas supuestas) dentro de las otras". Aquí se cuestionan las estructuras sociales y patriarcales que limitan la libertad y la voz de las mujeres. Podemos encontrar ejemplos en frases como "ninguna palabra será borrada de este pedestal" y "soy un ave: un puñado de cenizas entumecidas sobre los sellos de la noche que reclama". Aquí se aborda la identidad y la construcción del yo.
La autora examina cómo el lenguaje, como diría Calsamiglia, reproduce e influye en la forma en que nos percibimos y nos relacionamos con los demás. Fragmentos como "el lenguaje es una cámara dormida es una máscara de agua en gratinada radiación" y "es esa marca asentada en el vuelo de una gaviota mezclándose en la basura", revelan la complejidad de la comunicación y las máscaras que utilizamos para ocultar o revelar nuestras verdades internas.
Desde un enfoque feminista, los poemas de Bileisy Reyes exploran la experiencia y la lucha de las mujeres en una sociedad patriarcal. La voz poética reclama su poder y su voz en fragmentos como "me he convertido en muchedumbre" y "la compañera habla con voz chillona". Estos poemas desafían las expectativas impuestas y reafirman la importancia de la autonomía y la liberación femenina.
Podría asegurar que el libro contiene todo esto. Pero mientras leía el manuscrito, mi hijo Eidan David Méndez, recostado a mi lado, interpretó uno de los poemas como el grito ahogado de una persona ante las múltiples pérdidas de la vida, palabras más, palabras menos. Tiré mis notas a un lado y dejé fluir los latidos de mi corazón, liberé la compuerta de mis retinas para dejar escapar esa lágrima que exigía trazar su propio camino hacia el vacío. Y así, la lectura del poema se reveló en su plenitud al llegar al último verso. Leer a una joven poeta oxigena la esperanza y, si además esa poeta cultiva la palabra desde una sensibilidad comprometida solo con la transparencia del poema es una celebración, un brindis por la palabra.