Resulta difícil encontrar un escritor que con apenas tres libros haya cosechado inmortalidad literaria como lo hizo el escritor mexicano Juan Rulfo (1917-1986). Este insigne autor, premio Príncipe de Asturias de las letras 1983, siendo el creador de El llano en llamas (cuentos,1953) Pedro Páramo (novela, 1955) y El gallo de oro (novela, 1980) ha perdurado al tiempo y cada día sus obras son más leídas y reproducidas, y por supuesto: traducidas a diversos idiomas.

Aunque en sus inicios no gozó de este éxito literario, como suele suceder con muchos escritores, hoy en día sus obras son lecturas obligatorias… Libros que, sin lugar a duda, deben ocupar un espacio en cualquier biblioteca. 

Juan Rulfo.

En una entrevista en el programa español A fondo, realizada por el periodista Joaquín Soler Serrano, Rulfo expresó lo difícil que fueron sus inicios en el turbulento mundo de la literatura. Manifestó que escribió su primera novela en el año 1941, la cual trataba de manifestar la soledad de un campesino trasplantado a una gran ciudad moderna como era la ciudad de México de ese momento; la misma resultó ser un fracaso; relata que en una ocasión la envió a un crítico para una valoración y el resultado fue tan funesto que no recibió respuesta, finalmente consciente de que la historia no valía la pena, porque era muy mula, según sus propias palabras, terminó destruyéndola. 

Los dos libros que lo inmortalizaron como un Titán de la literatura latinoamericana y universal y como uno de los maestros del realismo mágico, fueron: El llano en llamas y Pedro Páramo. Rulfo explicó en la entrevista que cuando dichos libros fueron publicados, nadie los quería leer, y de que los pocos ejemplares adquiridos fueron porque él mismo lo había regalado. Así fue el endeble inicio de este importante escritor.

Cuando el tiempo se encargó de darle mérito a su trajo: sus obras fueron tan influyentes que escritores de la talla de Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes expresaron que Rulfo había sido su maestro y que gracias a sus libros pudieron desarrollarse aún más en la literatura. 

Lamentablemente Juan Rulfo dejó el mundo en el año 1986 dejando una escasa, pero rica producción. Por alguna razón que solo él pudo explicar, pero que no hizo, dejó ha generaciones de lectores deseosos de seguir leyendo otros títulos.

En el programa A fondo, cuando le hacen la pregunta de que, si estaba trabajando en una nueva obra, sus palabras fueron positivas, expresó que estaba escribiendo un libro que contendría una novela corta y varios cuentos y que, si encontraba la paz necesaria, dicho libro, podía ser concluido ese mismo año; sé que esta noticia para la época fue digna de celebración, aunque con el pasar del tiempo se darían cuenta de que finalmente Rulfo murió y ese mencionado trabajo nunca salió a la luz.

Me pregunto, ¿qué pasaría con las obras ya escritas del mencionado libro? Tal vez con el tiempo su familia encuentre archivados por ahí algunos borradores de ese libro y nos den a todos una gran sorpresa póstuma, aunque este pensar es más una utopía. La realidad es que debemos conformarnos con lo poco que tenemos del padre de Pedro Páramo y seguir aprendiendo de su inmortalizada pluma.