Criollas

A ti…

 

 

Yo quisiera, mi vida ser burro,

ser burro de carga,

y llevarte, en mi lomo, a la fuente,

en busca del agua,

con que riega tu madre el conuco,

con que tú, mi trigueña, te bañas.

 

 

Yo quisiera, mi vida, ser burro,

ser burro de carga,

y llevar, al mercado, tus frutos,

y traer, para ti, dentro el árgana,

el vestido que ciña tu cuerpo,

el pañuelo que cubra tu espalda,

el rosario de cuentas de vidrio

con Cristo de plata,

que cual rojo collar de cerezas

rodee tu garganta…

Yo quisiera, mi vida, ser burro,

ser burro de carga…

***

Desde el día que en el cierro del monte

cogida la falda,

el arroyo al cruzar, me dijiste

sonriendo: ¿me pasas? …

y tus brazos ciñeron mi cuello,

y al pasarte sentí muchas ganas,

de que fuera muy ancho el arroyo,

de que fueran muy hondas sus aguas,…

desde el día que te cuento, trigueña,

yo quisiera ser burro de carga!…

y llevarte, en mi lomo, a la fuente,

y contigo cruzar la cañada,

y sentirme arrear por ti misma,

cuando, a vuelta del pueblo, te traiga,

el vestido que ciña tu cuerpo,

el pañuelo que cubra tu espalda,

el rosario de cuentas de vidrio,

con Cristo de plata,

que cual rojo collar de cerezas

rodee tu garganta…

***

Yo quisiera, mi vida, ser burro,

ser burro de carga!

 

Arturo Bautista Pellerano Castro, quien usó el seudónimo de Byron, nació en Willemstad (Curazao) el 13 de marzo de 1865 mientras sus padres se encontraban exiliados, destacado escritor. Murió en Santo Domingo el 5 de mayo de 1916. Se encuentra hoy sepultado en el templo Regina Angelorum. Sus padres fueron  Manuel María Pellerano Bonetti y Teresa de Castro.

Casó con la poeta cubana Isabel Amechazurra (1868-1953), cuyo padre era propietario de un ingenio azucarero  “Angelina” en San Pedro de Macorís.

A principios del siglo xx fue redactor del periódico  Listín Diario, publicando entonces numerosos trabajos humorísticos, de prosa y versos regularmente en: “Los Lunes del Listín” y en la revista “Letras y Ciencias”, “Revista Ilustrada” y  “La Cuna de América”. Las Criollas, de casa, 1907, que fue la primera de criollismos literarios no folklóricos, del país. Su obra poética completa fue editada en 2013 por la Fundación Pellerano Castro con el título de “Canto a la Dominicanidad”.