"Ayer", es un término que nos expresa la temporalidad de un pasado reciente. Hay pasados que, recientes o no, son imborrables y se mantienen por siempre en el presente, porque recogen una panorámica de nuestra vida y nos aproximan al otro y a nosotros mismos.

Es algo así como un auto-consultarnos, o como dice el doctor Manuel Matos Moquete, es un relatar… relatándonos… (Les debo la cita bibliográfica, o le preguntan a una maestra-escritora, llamada, Dra. Cándida Díaz o a un Mtro. escritor, amigo mio, llamado Carlos Enrique Cabrera : (Encuentro personal realizado el 17/5/23, frente al mar Caribe, en Guibia, D.N., R.D.).

Ayer pasó y se quedó un imborrable encuentro con un autor, poeta y narrador que no cabe en el canon lineal y farandulero de nuestra actual literatura contemporánea, en la mayoría de los casos, no en todos, enmarcada en lo que puede ser denominada como, una "literatura chatarra".

Hablamos de la ineludible misión que tiene el escritor de "aperturarse", y de poner en libertad su memoria, sus identidades. Con gente así se aprende y uno descubre que, a la vez, también "enseña".

Mientras ese episodio de esa narración cotidiana pasaba, había un libro esperándome (¿Y los libros espera?). Sí, el título número treintiseis (36) de las obras publicadas por este médico-escritor, como diría el amigo, médico e historiador, Dr. Santiago Castro Ventura.

Me refiero al Dr. Alejandro Pichardo Pantaleón- (1947. Salcedo, provincia "María Trinidad Sánchez", "Hermanas Mirabal"). Ex-Vicerrector docente de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), autor del libro titulado "Reflexiones Íntimas" (Diseño y diagramación: JBCD, Publicidad y más SRL, jbcdpublicidadymas@gmail.com.
1era. edición, diciembre del 2022).

Y justamente, la lección dejada por ese gurú del decir del signo y del ritmo de la palabra oral y escrita, versaba sobre las cotidianidades de nuestras identidades, como sujetos provenientes de un tronco familiar, sin el cual carecemos de carnet de identidad, como personas.

Parece que ya Pichardo- Pantaleón, por su años poniendo a mujeres a parir, con cierta calidad humana en esta sociedad, en el Hospital "La Altagracia", ya tenía aprendida la lección, porque, desde sus "Reflexiones Intimas-Un recorrido por el imaginario vivir" (2022), en 209 páginas, nos suelta lo que ha sido su mirar, su recuerdo, su memoria o su vivir en la intimidad familiar, desde su niñez, hasta la fecha, cuando se médico, partero, poeta y narrador, ha pasado ahora a ser bioético, abagado, antropólogo y museógrafo, síii, no es por hacerlos reír, es una verdad latente que él goza, como parte de su existir.

Lean esta cita que les he querido dar a conocer, a pesar de la trampa que, como lector, me ha tendido el autor y, por suerte, no caí en ella: Me citó a mí en este libro, en el tercer párrafo de la página 36 y nunca me lo dijo. Como esperando que en algún momento tratáramos sobre este libro y así verificar si lo leí o no. (194).

En fin, con ganchos o sin ganchos, en esta obra el sujeto nos relata y se relata, nos dice y se dice, nos da a descubrir más allá de "Ojo de agua", y se dice…convertiendo esta obra en una memoria histórica de aquella, sin la cual no es posible hablar de nuestra nación, no sólo por "Las hermanas Mirabal", no, sino por la historia misma de Salcedo, en lo que hoy es la República Dominicana, como pueblo Caribeño.

Me permito presentarles esta cita del ya mencionado libro. Veamos:

(…)

"Cuando yo nací en 1947, mi campo era un villorrio y Salcedo era una ciudadela. El grueso de los dominicanos era pobre y mucho más pobre se era en los campos, poblados por gentes carentes de los más elementales servicios públicos. Por lo tanto, los hogares se alumbraban con gas kerosene, se cocinaba con leña se tomaba agua de pozo de los ríos Cenoví o Agua Fría. La mayor parte de los productos alimenticios eran agropecuarios producidos localmente en minifundio".
(Obra citada, pág. 194).

(…)

Leyendo esta obra, me miro a mi mismo, recuerdo mi niñez sobre un asno peludo, saliendo del conuco, rumbos a la casa, desde "La cien", hacia "La Cubana", atravesando los pelados caminos de "Cachón Seco"…

Yo espero que este contar, sea parte del decir de nuestros más renombrados autores, y que, como bien recomienda el doctor manos Moquete, le quites las sogas o las amarras a los personajes de nuestra literatura dominicana, que hoy lucen opacos y amordazados.

Empecemos a narrar y a narrarnos, a poetizar o a poetuzarnos, a dramatizar o a dramatizar nos, como aqui hace Pichardo- y han hechos otros autores, y démosle vida a nuestra lengua, para salir de este universo literario chatarra, inmóvil, que, como afirma el maestro Matos Moquete, no trasciende, está congelado y hay que darle el calor de la gente caribeña que somos, sin seguir fingiendo y findiéndonos.

Es lo que falta en nuestro rediseño escolar dominicano, poner al sujeto a expresarnos, expresándose. Diciéndonos su vivir…para que se redescubra y nos descubra, como sujetos creadores…pensantes.

Esta no es la obra maestra que usted esperaba, pero es un punto de partida para conocerte y darnos a conocer tu entorno, lo que eres y sin lo cual, nosotros, como colectividad, no somos, como ha hecho este simple partero que ha tenido la suerte de traer al mundo amucha gente, pujando y poniendo a pujar, aportando así al desarrollo del mundo, con la gente.

Su obra es una autobiografía que no es chatarra, tampoco es obra de la literatura ckasica, pero sirve para poner un simple ejemplo y hacer que en las escuelas, desde preescolar, los niños sepan contarse, saber de dónde son y poder saber hacia dónde quieren ir.

Esa simple tarea ha de ser puesta en práctica también en nuestras academias, para que cada sujeto conozca nos diga y conozca su yo, su otro, y así nos ayude a reencontrarnos con él, y con nosotros mismos, desde nuestras identidades, al decir, diciéndonos…desde la lengua dando vida, saber, imaginar y movimientos.

Así de simple, hay que "enseñar" enseñando a nuestros niños, desde la casa y más allá de las escuelas, sin más pretensiones que las de ponerlos a hacer o a decir, desde sus propias "reflexiones íntimas", más allá del recorrido de este partero, filósofo y creador, construyendo senderos, desde su imaginario vivir, por una sociedad democrática, solidaria y participativa.

 

Julio Cuevas en Acento.com.do