El voto está en la ranura, herida o gruta es la boca de urna por donde se deslizan las boletas electorales. ¿De quién es la mano que sostiene ese pequeño futuro, el frágil paraíso, la raíz de la esperanza, el desaliento, encanto, desencanto, espejismo, realidad virtual, o terrible infierno, que es eso que se llama un voto.
Detenido en el aire. Suspendido, ingrávido ¿hacia cuáles abismos, cielo o infierno, están cayendo estos votos? ¿A quién eliges cuando eliges?
“La esperanza se encuentra en ocasiones desasida como flotando sobre todo acontecimiento, sobre todo ser concreto, visible, ella sola la esperanza sin más” …, escribe María Zambrano en el capítulo octavo que lleva el título de Raíces de la esperanza, en su último libro publicado en vida: Los Bienaventurados.
…Desasido, sin monstruos ni fantasmas, la oscuridad besa los labios.
El que escribe dibuja signos sobre el cristal del agua.
…“En la historia tal modo de esperanza, pura, desasida, librada a si misma o entregada a la inmensidad, se produce a veces por el languidecimiento en pueblo o raza oprimida y mas que oprimido , desamparado”, salmodia la Zambrano.
…Siempre se tropieza con la misma piedra. La buena suerte nos dio la espalda y se fue callando..
De revolución en revolución, el dedo en la llaga, desconfiado de toda resurrección y de todo redentor, escribe el que lee a María Zambrano, en los bordes de una boleta electoral que está cayendo en ninguna parte.
….“Hay una esperanza que nada espera, que se alimenta de su propia incertidumbre, la esperanza creadora, la que extrae del vacío, de la adversidad, de la oposición, su propia fuerza sin por eso oponerse a nada, sin enarbolarse en ninguna clase de guerra…
Es la esperanza que crea suspendida sobre la realidad su desconocerse, la que hace surgir la realidad aún no hablada, la palabra no dicha, la esperanza reveladora que nace de la conjunción de todos los pasos señalados, afines y concertados al extremo, la que nace del sacrificio que nada espera de inmediato, más sabe gozosamente de su cierto sobrepasado cumplimiento.
Es la esperanza que crece en el desierto, que se libra de esperarnos…
La esperanza como un puente nace en los caminos, al señalar, la otra orilla, escribe el que lee, apuntes y variaciones al borde de la página de María Zambrano.
…Asombro oscuro, el ladrido del perro en la madrugad fría…. ¡A quién le ladra?… A las sombras?.. o a la pequeña muerte que ya llega, a la suya, a la de la ciudad, la del país,, la del mundo, a la de todos.
Asombro oscuro el ladrido del perro en la mañana.
Elijas a quien elijas, ya no hay nadie. Cae el voto en un mañana sin mañana…
Hay una esperanza creadora, una raíz sin término que atraviesa todas las edades, raíz de los bienaventurados, corona de los seres, abrazo del místico, respuesta de la filosofía, raíces de las esperanza , presencia luminosa, de la María Zambrano.
En estos tiempos neblinosos, en los cuales nadie elige a nadie, más allá de la certeza de que, gane quien gane, el país siempre es el que pierde.