Milagros German, ministra de cultura, se propuso dejar atrás la vieja mala práctica. El lunes recién pasado concluyó la Feria Internacional del Libro 2023 con un despliegue de creatividad en el fomento de la lectura y el amor a los libros.

La citada FILSD2023 se convirtió en un derroche de promoción de los valores del libro como fuente de generación de conocimiento. Un derroche de intercambios culturales para abonar el camino hacia la imaginación. Un derroche de artistas, escritores y artesanos paseándose por los stands junto a los visitantes del centro ferial.

La ministra de cultura dio inicio —con la recién finalizada FILSD2023— al proceso de recuperación de lo que debería ser una Feria del Libro como espacio de encuentro de saberes y de conocimientos.

Milagros German rememora —con la celebración de esta Feria— el trabajo de la primera Comisión Permanente de organización de las ferias del libro en el país. Esa primera comisión la presidió don Rafael Herrera, director del Listín Diario. Acompañaban a Herrera, el doctor Jorge Tenas Reyes y don Julio Postigo, creador de la idea. Además, Emilio Rodríguez Demorizi, Pedro Troncoso Sánchez, Julio Jaime Julia, Virgilio Hoepelman, Fabio A. Mota, Pedro René Contín Aybar y el doctor Anaiboní Guerrero Báez.

La ministra German se fijó entre ceja y ceja restituir el carácter solemne de la Feria del Libro. Por eso hizo coincidir la celebración con la Bienal Nacional de Artes Visuales.

El Bono Libro

La novedad del Programa Bono Libro surge como una alternativa al espíritu comercial tradicional de los libros y las editoriales. No en valde las voces estudiantiles se preguntan: ¿por qué aquí sale tan caro leer?

Por añadidura, comprar libros en este país se convierte en un golpe duro para el presupuesto de una familia promedio. Por ello, el propósito del programa consistió en donar libros sobre el requisito de participar en actividades vinculadas al libro.

Es probable que —en el pasado— la mayoría de visitantes a las ferias del libro regresaban a sus casas sin el ejemplar del libro preferido. En esta reciente entrega aconteció todo lo contrario.

¿Cuáles eran los requisitos para adquirir un bono libro?

El procedimiento según Ysabel Florentino, coordinadora del programa, consistía en solicitar un pliego en la caseta de Bono Libro, luego participar en tres actividades de su interés en el recinto ferial, solicitar a los organizadores de la actividad que le sellen el pliego.

Con el documento sellado volvía a la tienda de Bono Libro, presentaba el pliego lacrado y en cambio le entregaban un cupón que podía ser canjeado por el texto de su preferencia. Sin importar el precio.

Héctor Santana, de la Dirección Nacional del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura agrega un requisito de mayor interés para el incentivo de la creatividad.

— El niño que escriba una carta a un personaje de un libro o al autor de una obra, la presentaba en la caseta de Bono Libro y a cambio se le entregaba un bono.

Santana explica que los portadores de bonos podían escoger el stand donde cambiar y adquirir el libro que guste.

El Programa Bono Libro, es impulsado por el Ministerio de Cultura con fondos del Ministerio de Educación. los visitantes podían adquirir sus ejemplares sin poner en peligro el presupuesto familiar. El objetivo era fomentar el hábito de la lectura.

La novedad amerita, según muchos de los beneficiados, que el Ministerio de Cultura gestione convertir la iniciativa en un programa permanente. Los fondos podrían ser agenciados por las diferentes instituciones del gobierno, los bancos comerciales, las cooperativas, las empresas y los comercios.

Por fin los estudiantes, profesionales y estudiosos pudieron llevarse un libro a sus casas. Porque el lema de la Feria Internacional del Libro —Que nadie se quede sin un libro— se hizo realidad.

Este el milagro de Milagros German.

 

Nota: Las informaciones fueron gestionadas por Denis Mota Álvarez y Miguel Peña, ambos funcionarios del Ministerio de Cultura.