“…lleva una vida apática hasta que despierta a la vida a través del amor, llegando al mundo terrenal, al de los sentimientos encontrados.”

(Miguel de Unamuno)

La novela Good Morning, Mr. Morrison tiene una pluralidad de aristas o elementos relevantes que impacta a los lectores, pero hay tres de ellas que subyugan y fascinan por las emociones encontradas que suscitan. Se trata del conocimiento, la resignación y el amor. Estos tres elementos cobran ribetes particulares   en un personaje singular que proyecta su vida hacia la aventura del ser, hacia la literatura, hacia la historia independentista y hacia un amor desdoblado. Mediante el uso de la prolepsis, el autor pronostica el destino y los distintos roles actanciales que desarrollará el personaje principal, en el universo ficcional de la obra citada: “sé que tu horizonte será el mundo”. Aunque el personaje se revela (al estilo Augusto Sánchez, de Niebla) no puede vencer ni cambiar el destino que ha sido  trazado de manera inexorable por el autor.

El conocimiento, la resignación y el amor sirven de anclas, ante la incertidumbre familiar y escolar que atraviesa la atmosfera en la trama. Una incertidumbre fruto de las muertes de inocentes, de los prejuicios y de las malas prácticas políticas que prevalecen en el mundo ficcional de la novela.

Respecto al conocimiento, este se muestra de dos maneras. La primera es indirecta, por medio del didactismo. Podemos constatar esta premisa en los diálogos del entramado textual, ya que en ellos, Egbert, el personaje principal, junto a otros personajes,  enseñan de cultura, de historia y otros conocimientos generales de suma importancia, sin la necesidad de explicarlos;  o sea, todo este saber se muestra como un canal que está vivo y caudaloso. La otra manera se muestra como actante, ya que es el deseo que busca el sujeto.  Crece en el personaje la sed de conocer para salvaguardar con la justicia a los otros.  Sus   pensamientos navegan por el marasmo que trae consigo la   libertad colectiva. El sujeto conoce, manosea el conocimiento, se alimenta de él, vive aventuras, para al final resignarse y dedicar su vida a la familia.

Es precisamente de mano de la resignación que el amor se erige como una de las columnas del entramado textual. El sujeto actante en esta obra, se resigna ante las eventualidades inesperadas y sobre todo, ante aquellas en las que no pudo tener un papel protagónico. Lo que inicia como una cooperación independentista para Egbert, personaje principal, con los años queda en segundo plano; el olvidar lo que entendía prioridad lo sume en un abandono emocional, en la culpa de la ausencia; y todo,  por poner en primer plano un amor paralelizado. O sea, un amor compartido, ubicado en dos naciones caribeñas, en dos familias dispares, un amor que se va consumiendo y que elige: se vuelve perenne, se queda en una sola isla, en una sola mujer: “En la madrugada lo sorprendió otra ola de sueño. Iba y venía a través de un hilo conductor entre República Dominicana y Jamaica”.

Ese amor por el que dejó todo pierde vitalidad terrenal, ya que abandona su plano existencial, sus más profundos deseos.  Su ausencia, consume, llena de pena y  vacío al personaje principal,  lo  internaliza en el sueño del olvido:Good morning, Mr. Morrison; Good morning, Mr. Morrison, se esparcirá en los aires. Que este momento, empujado por la brisa, se extienda y se convierta en lo que realmente él siempre fue”.

En la novela Good morning, Mr. Morrison, se entrecruzan el conocimiento o erudición, la resignación y el amor. En ella  se presenta a un ser  preñado de sueños, como un niño que necesita liberarse así mismo por medio de los estudios. En su trajinar, en sus peripecias, crece, pero  no logra liberarse, ni liberar a los otros, porque su sueño es muy ambicioso;  sin embargo, puede ver cumplido una parte de lo que había soñado en las manos de otro, aunque no lo haya realizado u obtenido con sus propias manos, se conforma, se resigna porque en parte se concreta una independencia nacional deseada, un amor sacrificado y un conocimiento infinito. Toda una simbología alegórica a los sueños revolucionarios del personaje principal. Uno puede terminar de leer esta novela, pero esta experiencia lectora nos marcará para siempre por las emociones encontradas que nos concita y por la exquisitez de la prosa del autor.

Semblanza de Elena Ramos Grullón

Elena Ramos Grullón es poeta, cuentista, ensayista.  Nació el 6 de noviembre de 1986. Sus padres le inculcaron desde pequeña un espíritu de lucha y resiliencia. Sus primeros estudios los realizó en Ciencias Sociales. En esa área, cursó una licenciatura en Educación Mención Ciencias Sociales y una maestría en Historia Dominicana. Luego la literatura la sedujo, en ella encontró su verdadera pasión y vocación. Desde pequeña, sintió fuerte atracción por el discurso bien elaborado, las imágenes literarias y los mundos oníricos. Llegar a la literatura era inevitable, en sus genes estaba escrito que sería escritora. Además de escribir asiduamente, sigue estudiando.  Terminó una maestría en Literatura y cursa la carrera en Letras Puras. Ha realizado talleres de locución, oratoria, teatro, narrativa, poesía, etc.

Ha obtenido varios premios y reconocimientos y ha sido antologada en varios libros. Ganó el primer lugar de ensayos literarios 2016, auspiciado por el Ministerio de Cultura. También tuvo una mención de honor en el concurso literario de cuento Premio Joven de la Vigésima Feria Internacional del Libro, y un primer lugar de cuento en este mismo certamen en el 2019. Obtuvo un primer lugar en  el concurso de Poesía en vivo del Décimo Encuentro Internacional Literatura al Mar, Colombia, 2022. Tiene varios libros inéditos, ensayos publicados en revistas y periódicos nacionales y cuentos y poemas antologados.