Hoy, he querido compartir a través de Enecultura el escrito que hiciera el gestor cultural y poeta Mateo Morrison, Premio Nacional de Literatura, para presentar la primera antología del taller literario Virgilio Díaz Grullón. La misma se realizó dentro del marco de nuestro trigésimo aniversario, en el Reconocimiento Anual 2024, el pasado viernes 28 de junio, en Santiago de los Caballeros. Séame permitido agradecer a Mateo por desplazarse desde Santo Domingo. Para tal motivo, la antología fue dedicada a él, por ser la luz que iluminó este camino de crear y fundar nuestro taller en el Recinto Santiago de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Dicha gratitud es para cada uno de los homenajeados en esa formidable noche; también al grupo de escritores y gestores culturales que recibieron sus distinciones, los cuales vinieron de la capital.
Mateo Morrrison.

Presentación de la Antología del taller literario Virgilio Díaz Grullón en su 30 aniversario (Mateo Morrison)

La comunidad literaria dominicana extendida a cualquier espacio en este mundo tan interconectado debe celebrar la publicación de esta antología que reúne trabajos tanto en poesía como en narrativa de un taller literario cuyos frutos, aunque sintetizados en este libro se pueden constatar alrededor de 30 años de fructífera labor, pero esta no es una antología más, esto toda una enciclopedia del quehacer literario de un grupo que se ha ido construyendo en una interacción lectura-escritura que parece haber escuchado el mensaje de nuestra Camila Henríquez   Ureña   en  su  libro “Invitación a la lectura”, donde con profundidad, pero también con sencillez nos habla de esa aventura creativa que une a la lectoescritura como un quehacer humano imprescindible, sin olvidar que no siempre existió la escritura, se señala que hace alrededor de 3,500 años, probablemente medio oriente, y que hace seguro los intercambios comerciales donde fueron surgiendo signos que en un proceso evolutivo se convirtieron en letras constituyéndose las diversas formas de hacer llegar el pensamiento a través de la grafía.

Y otro libro es "El infinito en un junco" de Irene Vallejo, que se ha constituido en un texto esencial para entender el papel de los libros desde la antigüedad. En esta puesta en circulación tomo dos citas que me parecen esenciales para consolidar este mundo a que ustedes nos invitan con esta obra singular. "Parecen dibujos, pero dentro de las letras están las voces. Cada página es una caja infinita de voces".

Mía Couto, Trilogía de Mozambique

“Los signos inertes de un alfabeto se vuelven significados llenos de vida en la mente. Leer y escribir alteran nuestra organización cerebral”. Siri Hustvedt, Vivir, pensar, mirar.

Existió lo que los antropólogos comenzaron a llamar, creándose quizás una contradicción, en señalar la existencia de la literatura oral, que aunque viene en términos de la literatura de letras o literaria, sabemos que desde inicios de la humanidad ya encontrábamos la poesía y el relato. Naturalmente, con este gran invento que fue la escritura y el más reciente, el de Gutenberg, sin duda que la litera-tura y la cultura en general dieron un salto hacia lo que denominamos democratización de la cultura, pero no nos vayamos tan lejos, situémonos aquí y ahora ante una obra que no es una antología más. Desde el prefacio, en una prosa precisa y con datos contundentes y con una evidente honestidad, se nos prepara para el manjar que vamos a disfrutar.

En el capítulo 1 están incluidas las poesías, autores y autoras que han ido desplazándose en estos 30 años, algunos por un periodo más corto y otros durante todo el tiempo. No solo nos muestran una parte de sus obras, sino que se señala de manera muy clara acerca del proceso que los llevó a la escritura en una sesión denominada experiencia. Los y las poetas incluidas son los siguientes:

Arelis Albino;

La sombra del milagro

 

Vientre asustado

en los cuerpos de la noche muda:

tus labios desnudos

regresan a la sombra del milagro.

Carlos Arroyo;

Amargura del ser

soy luz, soy penumbra

también quietud y tempestad

todo, creo ser, y tal vez soy nada.

José Almonte;

**Demiurgos**

Infinita fruta de olvido;

donde la voz de todos

cantó a sí misma

una preñez de versos.

Arlyn Abreu;

Quién ha dicho que quiero hablar

Supe desde entonces que la planta

era un invento de mis. Sueños

un holocausto son memoria

una espina sin aliento.

Cristóbal Rodríguez;

Te pierdes en la noche

Ya se han desvanecidos las pisadas

bajo cielos hambrientos de tu rastro

una tranquila sombra.

Noel Rodríguez;

Yaque

Tus aguas: néctar divino

que endulza el corazón mío.

Tú me preñas de amorío,

de regocijo infinito.

Faustino Medina;

Estos no son ruegos

No creas

que estos versos

salen del hinchado vientre

de mi soledad,

solo pensé que al leerlos (quizás)

sus líneas salvajes

te obligarían

a regresar.

Alejandra Vásquez;

Aroma

Eres tú, sol a quien sin mirar he sentido.

¿Cómo quisiera penetrar en tu esencia?

Aunque en el instante moriría de suspiro.

Luisa Martínez;

Dejándome

El infinito

sugiere tu cuerpo,

dejándome

me llevas al firmamento.

Francisco Chevalier;

Mamá, dame tu voz…

Mis dedos

dibujarán siluetas

difusas y fugaces.

Llovizna sin truenos

en el amanecer sin rostro.

Ella brilla en la luz

de mis recuerdos.

Manuel Ureña;

Cansancio

Esta piel cansada y sin olor

rebusca en el olvido sus pesares.

Se empeña en la tristeza

del recuerdo que hiere.

En el capítulo 2, en la sesión de microcuentos, se continúa la misma metodología con los siguientes autores;

Ryan Santos; Portales de gusano

Cristal Pérez; Señora F

Juana García; Por una mujer

Como el buen vino, en la leyenda bíblica, deje para el final dos menciones imprescindibles, Enegildo Peña y Virgilio Díaz Grullón; el primero es, sin duda, uno de los gestores, poetas y animadores socioculturales más emblemáticos que tiene el país y permítanme la inmodestia de decir que lo conozco, conozco sus acciones, conozco su literatura, conozco sus ensayos y lo conozco a él y en una selección muy pequeña de personas que le ha dedicado décadas en forma continua, sistemática e incansable a la cultura es Enegildo Peña. La duda con él y sus aportes no lo tiene solo Santiago, sino el país y más allá. Unir en ámbito literario a los dos Santiago, el de Rep. Dominicana y el de cuba, es una estampa que forma parte de la tradición que instalaron José Martí y Máximo Gómez, pero este es solo un ejemplo, el tiempo no me permitirá contar las hazañas de este caballero andante, aún juvenil de la identidad cultural dominicana.

Enegildo Peña;

En la flor de la vida

En la flor de la vida

el cuerpo se abre

y muestra en la piel

su deseo de carne.

El otro aspecto sumamente relevante, es que se honrara a don Virgilio Díaz Grullón, designado el taller con su nombre y con su presencia en el inicio para rendirle homenaje como se debe en vida a un narrador que junto a Juan Bosch y a Marcio Veloz Maggiolo se constituyen en la trilogía de nuestros momentos más altos en el género narrativo, pero, si a eso sumamos la trayectoria de dignidad de don Virgilio como ciudadano y como una persona de una gran calidad humana, entendemos que no debemos cansarnos de repetir, lo acertado de tener un taller literario con su nombre.

Tuve el privilegio de solicitar al consejo universitario un reconocimiento para él, que como era tradición fue acompañado de la excelente artista y dama de la cultura Doña Aida Bonelly de Díaz, y cuando le fui a informar a su casa de la decisión del consejo me dijo: "Mateo, no voy a leer en esa ocasión, ni discurso, ni cuento, voy a leer poesía, que considero el género por excelencia" y así fue. El salón del consejo universitario lo acogió en un memorable acontecimiento de justicia que continúa en forma permanente a través de este taller que lleva su nombre.

Gracias por darme la oportunidad de estar en este momento y dirigirme a ustedes, reiterando la felicitación no solamente a los incluidos en esta antología, sino también a la TNeditores. ¡Muchas gracias!