El premio Nacional de Literatura es el reconocimiento más importante en ámbito literario que una nación le puede conceder a un escritor o escritora que ha logrado cultivar una ejemplar y significativa obra de toda una vida; es por ello que dichos ganadores deben de ser personas que gocen de la admiración de una comunidad de lectores e intelectuales que les dan valor a sus creaciones. No puede haber un premio más importante que este en los países que lo den, porque es el único que premia toda una vida de creación literaria; es por esta razón que cuando alguien que lo merece es premiado, todos debemos celebrar.

República Dominicana es uno de esos países que lo otorga. Recuerdo que años antes, las redes sociales, los grupos culturales, talleres literarios, etcétera, hablan sin descanso del posible ganador del año entrante. Lamentablemente y por razones que todos conocemos, el Premio Nacional de Literatura de la República Dominicana ha caído en un oscuro abismo. Uno podría preguntarse por qué, pero todo aquel que de alguna manera esté relacionado a este complicado mundo que llamamos literatura dominicana, sabe muy bien qué es lo que ha llevado a que, un premio, que años antes era tan comentado, callera en el oscuro abismo que hoy está, en donde nadie lo menciona y ni se le da el valor que merece.

Este fenómeno de desprecio y duda venía dándose desde hace unos años, muchos seguidores de la literatura dominicana manifestaban abiertamente en las redes sociales, grupos culturales, etcétera; el disgusto a varios autores que en su momento lo ganaron y que, quizás su obra general, en ese momento no estaba lo suficientemente madura como para ganarse el premio más importante del país, pasándoles por encima a otros escritores que por su casi agotada obra lo merecían primero.

Recuerdo muy bien y creo que fue el año en que más atención logró atrapar el premio Nacional de Literatura: en los meses finales del 2020, todos, incluyéndome, pedimos a gritos que el premio correspondiente al 2021 fuera otorgado a un escritor o escritora que en verdad lo mereciera por su casi terminada obra de toda una vida de trabajos meritorios; entonces el 26 de enero los jurados dieron el golpe de gracia y le otorgaron el dichoso premio, correspondiente al 2021, al destacado escritor Manuel Mora Serrano. Celebramos por días ese premio, porque una persona que en verdad lo merecía lo ganó.

Hay varios escritores y escritoras que forman parte de la famosa quiniela de este premio y año tras año no son tomados en cuenta y no es porque no lo merezcan.

Con los ánimos elevados seguimos proponiendo nuestros posibles candidatos para el año entrante y finalmente lo ganó la poeta Soledad Álvarez; fue una sorpresa para todos porque en las posibles mujeres que podrían ser las ganadoras su nombre nunca fue mencionado, aun así, me sentí contento con ese premio porque habían pasado cinco años desde la última mujer que lo había ganado. En fin, con este premio los ánimos ligeramente se vieron afectados por el tema que otros lo merecían primero; pasada la tormenta la esperanza empezó a florecer y llegaría la quiniela más intensa proponiendo los posibles ganadores del 2023 que finalmente concluyó el día 26 de enero cuando todo el mundo supo quién era el nuevo premio Nacional de Literatura (de este tema se habló lo suficiente, así que no volveré a meter el dedo en la herida).

Podemos decir que es una desgracia ser parte de quienes se mencionan para los premios en general en todo el mundo, la historia nos enseña que los autores más mencionados y aclamados por la crítica para que les otorguen X premio, finalmente no lo ganan. Por ejemplo, en la República Dominicana (que en este artículo es lo que nos compete) desde hace unos años hay varios escritores y escritoras que forman parte de la famosa quiniela de este premio y año tras año no son tomados en cuenta y no es porque no lo merezcan, (porque en verdad lo merecen), sino porque en este país todo se mueve en base a quién sea tu amigo o posiblemente tu preferencia política.

No quiero mencionar nombres de los que en verdad merecen este jodido premio nacional, porque caería en desgracia con el simple hecho de mencionar a cualquiera. PERO TODOS SABEMOS QUIÉNES SON ESTAS PERSONAS QUE MERECEN SER TOMADAS EN CUENTA.

Tengo la esperanza de que el 26 de enero del año entrante, se repita la alegría que causó Manuel Mora Serrano cuando fue premiado. Quizás los dioses del Olimpo a la hora de depositar sus votaciones para el próximo Premio Nacional, tengan en cuenta no repetir la barbaridad de este año y hagan que el Premio Nacional de Literatura salga un poco del lodo en donde está sumergido PREMIANDO A UN AUTOR/RA QUE YA LO TIENE GANADO.