Según el hemisferio, marzo es el primer mes de otoño o de primavera. Pero en ambos, es también el mes en que se celebran los días de la mujer, del agua, la felicidad, de los bosques y hasta de la cefalea. Además, quizá por acuerdo entre los demiurgos Apolo, San Simeón y Dioniso, cada 21 de marzo coinciden el Día Mundial de la Marioneta, con el Día Mundial de la Poesía. ¡Teatro, poesía y títeres, el mismo mes! ¡¿Teatrodencias?!

Al igual que para el teatro, también existe un mensaje del Día Mundial de la Marioneta (o del títere), convocado por la Unión Internacional de la Marioneta, UNIMA. Este 2024 le tocó a la titiritera bosnia, Ines Pasic. En nuestro país, los representantes de UNIMA-RD, dieron el turno al titiritero Rafael Antonio (Tony) Gómez, con su mensaje “Los títeres cambian vidas”.

El títere, con desprecio dicen que es un género “menor”, “infantil”. NO. Al nacer a la par que el teatro, el títere (marioneta, figura animada o muñeco), es mucho más: es inocencia, franqueza, honestidad, es hermosa brutalidad, es metáfora y abstracción del ser humano. Es un arte completo en sí mismo y como tal, es el único “medio eficaz y capaz de llevar a la colectividad humana a trascender su realidad inmediata”. ¿O también lo es la poesía?

Pero continuando con la búsqueda de más mensajes, desde su taller, el titiritero y docente Ernesto López, respondió a nuestra cuestión de ¿por qué Teatro?

«El teatro es símbolo de vida, convivencia, comunicación, tradición, transformación, empatía, es humanidad y universalidad. Es pensamiento que vive en la palabra y en la acción. Es soñar despierto.»

Hagamos entonces como aquel poeta dramático granadino que, entregado al verso y al teatro, evocó la inocencia que llevamos dentro. Animemos nuestra escondida niñez, mientras los adultos rotos buscan cómo arreglarse y en completa libertad, acudamos al arte para soñar un mundo mejor, que soñar no cuesta nada. Porque el valor de la poesía, del teatro, del títere o de cualquier arte, es el mismo, dar sentido a la vida.