Día 18, mes del teatro. Restan nueve días para la meta. La recepción y selección de mensajes se reduce y complica, pero el intercambio continúa. Las colaboraciones encuentran uniones desconocidas que nutren la mensajería whasaappística teatral.

El teatro es comunión y en él profesamos. Donde sea que estemos los teatristas, sin vernos nos conocíamos, sin saberlo lo sabíamos, desconocidos nos reconocemos, solo por ser teatreros uno en el otro creemos. Porque nos une esa omnipotencia teatral que rige ese choque y hace que comulguemos teatralmente. ¿Diosidencia dionisíaca?

Desde Santiago a Santo Domingo, las actrices Astrid Gómez y Karina Valdez, respondieron a ¿por qué teatro? En ambos mensajes, podrá observarse que en la diferencia hay coincidencia.

AG: «Teatro porque una de las acciones más apasionantes que experimento es el juego en escena. Teatro porque implica una acción divina: CREAR. Pero crear en escena y con inventiva. Y eso es disfrute, es reto, es desafío personal y trascendencia. Teatro también porque cuando estamos juntos en el patio de butacas, se apagan las luces, se abre el telón, aparecen los actores e inicia la historia, implica un encantamiento, una complicidad humana real, viva y única. Es observación, disfrute y pulsión.»

KV: «El teatro es mágico, una explosión de emociones que te permiten ponerte en el lugar de otra persona y jugar siempre jugar, es transformador, transgresor, poseedor de momentos únicos y atrevidos, es adrenalina, subirse a un escenario es más riesgoso que lanzarse en paracaídas, es vulnerabilidad, es dolor, es amor, es enseñar, es aprender, es alegría, risas, llanto, es hacer diabluras, atreverte a hacer y decir cosas que no serias capaz, es sanador, donde nos atrevemos a vivir esa vida dentro muy adentro que deseamos fuera y para fuera.

¿Por qué teatro? Porque no sé qué sería de mí sin él.»

Por un sí mágico o por circunstancia dada de quien sabe qué, algo nos une formidablemente. En esta mensajería teatral las “Teatrodencias” suceden.