Muchos sitúan el siglo XX como el siglo de las confrontaciones. También es calificado como un siglo de guerras. No conforme con las dos guerras mundiales, ni con las confrontaciones interiores y las crisis económicas de ellas derivadas; la bipolaridad capitalista-socialista impuso la Guerra Fría hasta el colapso de la URSS a partir de 1989. El armamentismo, la competencia por mejores satélites espaciales, las guerras de Vietnam y de Corea, y la crisis de los misiles soviéticos en Cuba, figuran entre los hitos de la guerra congelada que, durante el decenio 1960, provocaron la explosión de la juventud conocida como la Nueva Ola. De manera espontánea, la rebeldía juvenil mostró su rechazo a una agenda mundial que sólo prestaba atención a la confrontación y a la violencia. Su Ola balanceó una ruptura generacional que ponía en primer plano valores como la libertad en su sentido más amplio, la honestidad y la creatividad, sin que faltara la llegada de nuevos códigos de vestimenta y de recreación.

Ataques de militares de EE.UU a niños de Vietnam.

El mundo de hoy está permeado por verdades construidas al gusto, muchas veces separadas por distancias enormes de la realidad; y por amenazas como las que hicieron del 20 un siglo de guerras. Esto indica que la juventud del siglo XXI debe trabajar por otra Nueva Ola. No para sucumbir ante el culto al individualismo, como sucedió en la primera, sino para impregnar un sello que marque la diferencia en términos generacionales. Si como dicen, los hijos son más hijos de su tiempo que de sus padres, entonces no hay tiempo que perder, muchachos, procedan. Háganlo con las miradas puestas en la construcción de un mundo mejor. Para eso cuentan con herramientas como la capacidad de soñar, la intrepidez y la claridad mental propias de la escasez de sus años. Sin saberlo, han ganado mucho en el ambiente familiar. Entonces, que para bien, también cuenten sus iniciativas contra las carencias del colectivo social. Trabajen por lo que ha de ser la otra Ola, no se detengan, que los padres y abuelos que hemos sabido ver pasar con donaire el tiempo de la juventud estaremos agradecidos.