En la entrega pasada pusimos en perspectiva una de las temáticas abordadas por Freddy Bretón en su antología poética: Poesías completas. La habíamos dividido en tres macro temáticas, de la cuales denominamos a la primera Canto a la naturaleza. corresponde a esta aquella que explora el mundo circunstante del autor, representado por diferentes seres humanos. Que, si bien es cierto, una presupone a la otra, también es cierto, que cada una cuenta con su propia intencionalidad, radio de acción y características estéticas y estilísticas.
En esta categoría Freddy Bretón va desbrozando distintos caminos para no dejar ningún aspecto de su entorno por sondear.
Utiliza una serie de recursos retóricos que imprimen ritmo y musicalidad a sus versos, los mismos coinciden con la intención y el contenido a comunicar. La palabra es sabia que alimenta el canto a la vida y se manifiesta en distintos acordes. Coincide con lo planteado por Pope en su poema Sonido y sentido, quien critica a los poetas que priorizan el sonido y la métrica a los valores artísticos y al contenido.
Ningún ser humano es ignorado por este autor en su poesía, los siguientes fragmentos así lo confirman, Una sana ironía se advierte en la siguiente estrofa que reclama a los poetas por su aparente inutilidad ante tantos males que enfrentan los inquilinos del mundo hoy, pero, que al mismo tiempo su palabra es aire que aporta el equilibrio ante la asfixia producto de estos. Asimismo, el hombre común, muchas veces olvidado, tiene su lugar en su canto, sin ser ajeno a su dicha y su dolor; es evidente en los versos subsiguientes, donde la metáfora y la alegoría cubren la bondad, el arrojo, el valor y el dolor vistos desde sus ojos.
Estos poetas
Traigan la balanza: pasaré los sueños.
Aporte valioso presentan al mundo:
Frente al hambre, cantos
¡Qué dirá la historia de estos pobres muertos ¡
Honoris y Causa
Pide reconocimiento para el hombre común.
Para las manos callosas
Para el pensador
Al mártir oculto
Para el corazón limpio
Que nunca aprendió a odiar
Para el pobre que no tiene
Y comparte hasta su alma
¡Honoris causa ¡
Asimismo, brota una analogía entre la niña maltratada y una barca, suena como un lamento testigo del dolor ajeno que se convierte en empatía.
Niña carita de pena
Para quedar siempre atada
Siempre en las garras del hambre
¿Quién te amarró a la tristeza?
¿Quién te hizo esclava, pequeña?
Sé que has perdido el norte
O el norte a ti te ha perdido…
Alguien te deshojó
La rosa de todos los vientos
El mismo que destrozó
La tierna flor de tu risa
El que por la borda echó
La alegría de tu canto.
Por eso no anda tu barca.
Entra la religiosidad sin dogma, sin amenaza, ni falacias adbaculum, como parte del mundo, de concebir la vida, de la cotidianidad, lo espiritual que ronda la existencia de cada ser. Aquella que forma parte de su cosmogonía junto con la poesía y el canto.
La última cena, la negación de pedro a Jesús, la búsqueda de un ser supremo, la bendición a Cristo, la palabra divina confluye con temas tan aparentemente triviales como son la oscuridad de la noche, el fuego, las sombras. Parecen decir, Dios está en el entorno donde se mueve el hombre, en el mundo circundante en la propia vida, más que en el cielo es parte de su propio ser.
La cena
A la mesa del mundo
Se ha sentado el maestro
Rodeado de los suyos
Los suyos que son nuestros:
El polvo
El trueno
Los corderos y el lobo
Entre mar y montaña
Por manteles, el prado
Auriga
Voz de la negra noche
Que llama a la carne dormida;
Tropel de sueños que vuelven
Con la rueda de la vida.
En fin, las metáforas, epítetos entre otros recursos, en la pluma de Fredy Bretón, sirven para ratificar la idea de que la literatura es un lugar común en el que cabemos todos de manera atemporal. Que la poesía nuca desaparecerá, ni podrá surgir de algoritmo alguno, porque es hija de la propia vida. Que no hay tema exclusivo para hacer poesía, ni palabra inútil. Esta parte de la antología sitúa al lector en su propio entorno, lo presenta como su prioridad, si quiere partir a un estadio de plenitud en su interacción con él. Si quiere por medio de la sensibilidad y los valores humanos y estéticos propios de la poesía sondear su realidad a fin de transformarla en su beneficio y el de los demás.