De los aventureros autollamados “descubridores del Nuevo Mundo”, en su mayoría eran analfabetos, los académicos y los intelectuales llegaron después.  Eso significa que la “poesía popular” estaba presente primero que la “poesía Culta”, al igual que en la música.  Antonio Mojica, conocido como Meso Mojica, un negro criollo nacido en el barrio de Santa Clara en la ciudad de Santo Domingo en la última fase del siglo XVIII, fue realmente extraordinario y en opinión de Emilio Rodríguez Demorizi, “el más grade repentista y poeta popular en la isla de Santo Domingo en toda su historia”.

Muchos años después, surgió la inmensa figura de Juan Antonio Alíx como el más impactante poeta popular de su época (1849) en Santiago de los Caballeros.  Dada las  limitaciones de la educación pública y de los medios de comunicación social, se importantizaba la oralidad y dentro de ella a  la poesía popular que con Alíx se convirtió en crónicas de la cotidianidad y en nuestra época en la región Oriental  desempeñaba igual labor “el cantor de Hato Mayor”,  el cual,  reproducía  y vendía el mismo sus poemas  a los sectores populares   en “hojas sueltas” impresas.

En todos los pueblos y comunidades rurales, donde estaban los decimeros, allí florecía la poesía popular.  En el poblado de Baní, las manifestaciones más importantes se expresaban en la teatralización del “Peroleño”, traído de España, presentado a nivel popular en el parque central.  En esa época, Doña Edna Garrido de Boggs,  afirmaba que la  poesía épica no estaba  presente en el folklore dominicano al igual que la poesía dramática y que la poesía lírica era aquella que podía ir acompañada de música, existente en varios lugares del país.

Para ella la métrica más utilizada a nivel popular, en primer lugar era la copla y en segundo lugar  la décima y que en muchos lugares la encontró acompañada de música, mientras  que en diversas comunidades rurales de Baní, el “Chuin” era a capela y en porfía, como los “cantos de toro” del Este, y la media tuna en el Cibao, pero algunos investigadores no dudan inicialmente de su musicalización.  Los “Chuines” son coplas formados por cuatro versos, donde el segunda ritma con el cuarto, quedando libre el primero y el tercero, los cuales tienen un carácter de improvisación, espontaneidad, cuyo contenido está en la jocosidad, la hilaridad y la ironía.  Por ejemplo: “Si me consigo esa rubia/vivo lleno de alegría/a mí las mujeres ajenas/me gustan más que la mía” o “Si me vas a querer/tendrás que quererme ahora/pues no hago na con un bate/cuando ya no vea la bola”.

Su interpretación es grupal, a capela, donde se alterna un solista con un coro, el cual repite siempre para comenzar el último verso del solista.  Para Ismael Díaz Melo, el investigador más acucioso sobre los Chuines, la estructura del mismo se asemeja más a la cuarteta y a la seguidilla que a la redondilla en lo que se refiere a la ritma, afirmación que sostiene también doña Edna Garrido de Bogg.

Chuineros en el Convite Banilejo

Para algunos de los investigadores de los Chuines, los mismos, a pesar de sus contenidos criollisados, son una herencia andaluza traída por los canarios fundadores de Baní.  Pero ¿cómo es posible que los canarios que tenían su propia poesía popular la cambiaran y adoptaran la andaluza? ¿Cuándo ocurrió ese proceso?  ¿Cómo es posible que los canario, distribuidos en diversos lugares  del país, como en San Carlos o Sábana de la Mar, no existan los Chuines y si en las comunidades rurales de Baní?  Incluso ¿Por qué son inexistes en la misma ciudad de Baní  en las  Islas Canarias como comprobó el sociólogo Walter Cordero ni en Andalucía?

Yo creo que los Chines no fueron traídos por los canarios a Baní, sino que son el resultado de un proceso creador de los mismos, fundamentados en la poesía popular española vigente  y  su imaginario popular.  En realidad, la cultura es un proceso vivo, creador y no un proceso automático, mecanicista.  En la creatividad cultural dos y dos no son cuatro necesariamente, porque la cultura no es una simple suma o resta, sino el resultado de la adaptación y la sobrevivencia, de lo nuevo y de diversidad de variables que inciden en el surgimiento de lo inédito y de la identidad, porque cada proceso social es singular y particular.

Chuineros en la isla de Mompó, Colombia

En estos, se descarta el sello,  la repetición mecanizada o grabada como un cidí y nunca simple fotocopia,  porque  la creatividad es una  respuesta y una propuesta original  contestaria de un proceso inédito de sobrevivencia,  de  adaptación y  de transformación social.

Los grupos canarios trajeron su cultura popular, su culinaria, expresiones como el gofio, la arepa, “el modo de colar café”, la poesía popular, pero  no los “Chuines”, creación original, inédita, resultado de la construcción protagónica de un proceso nuevo de identidad.

En estas comunidades rurales de Baní, los Chines se utilizaban para la animación en los Convites en las horas de descanso, como recreación colectiva en los grandes momentos de la comunidad como en las fiestas patronales, actividades artísticas culturales, etc. y encuentros de intercambios  culturales con otras comunidades o intercambio de grupos diversos de Chuineros del Cañafistol.

Los investigadores de la oralidad, de la poesía popular dominicana no se han puesto de acuerdo sobre el  significado de la palabra “Chuin”, como es el caso de Doña Edna Garrido de Boggs, Julio Alberto Hernández, Juan Francisco García, J. M. Coopersmith y el propio Ismael Díaz Melo.

Hay otros elementos a investigar interesantes.  De acuerdo con Ismael Díaz Melo, el centro original de los Chuines fue en Bocanasta, allí los campesinos del Cañafistol conocieron los Chuines y hoy es el espacio de sobrevivencia más importante de los mismos, en una comunidad que de acuerdo el periodista Luís Manuel Pimentel y la profesora Adys Pimentel, en las primeras diez familias fundadoras solo hay dos españolas  y  dos canarias, lo que significa que allí los canarios no tuvieron nada que ver con los Chuines.  Los chines son una creatividad criollisada de campesinos banilejos, que solamente existen en Baní.

Los Chines hoy languidecen, sin respuestas de salvaguarda oficial del Estado ni de la alcaldía de Baní, a pesar de ser un patrimonio nacional,  están de luto por la partida de Rafael, apasionado Chuineros hasta su muerte, que sencillamente nos dice hasta luego.  ¡Descansa en paz hermano!