Es otra de las jóvenes de nuestra universidad que ingresó al taller siendo estudiante de la carrera de Comunicación Social. Su integración le ofreció la oportunidad de adquirir una formación literaria a través de nuestro riguroso programa de estudios literarios de los martes e incluso incorporarse a las actividades y eventos culturales. De esa manera, comenzó a cultivar una cultura lectora y pulir su escritura, como la mayoría de los miembros del Taller Literario Virgilio Díaz Grullón, recinto Santiago, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde concluyó sus estudios.
En sus poemas, «Voces sin retorno», se nota a una poeta preocupada por algunas situaciones vitales: la permanencia, la transformación, la soledad, el tiempo, la nostalgia, el yo y el engaño. Arlyn quiere ser algo más que una simple materia de la existencia humana, por lo que se vale de la poesía: «[…] si solo buscamos la permanencia:/deseo de ser más que materia». Sabes que la vida es tan leve como ella, igual que «El engaño de nuestros ojos».
Estás cansado de oír la mudez de la soledad, del silencio y el lloro de sus tinieblas: «[…]/seguir escuchando este silencio/el llanto de las sombras». Su yo lírico la regresa al gemido de la espantosa soledad, del silencio, a la que anhela dejar sin existencia: «[…] llama infinita del espanto. /Déjalo sin aliento, este silencio, déjalo sin vida». Aunque casi no suele titular sus poemas, Desire es una poeta que se apodera de los recursos de la poesía para cantar sus angustias y sus desvelos.
Voces sin retorno
Que exista la conciencia de la recurrencia para cambiar lo inevitable… (enfrentar con otro rostro las miradas).
El peso de la levedad
Es difícil reconocerse leve
difícil no sentir el peso de saberse leve
si solo buscamos la permanencia:
deseo de ser más que materia
transformada en la circunferencia.
Caminar en el círculo vacío de la soledad
más humedad sobre el pensamiento
más tiempo sobre el tiempo inexistente.
Es acaso una luz recorrida de nostalgia
es acaso el otro yo: subsustancia del yo
es simplemente eternidad en los labios
en la mirada que deseamos
en el cálido aliento: energía,
solo energía en nuestro pensamiento.
El engaño de nuestros ojos.
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No quiero seguir escuchando este silencio
ya se ha de haber bañado
en las aguas cálidas de la soledad.
Está harto de su voz, y espera
el llanto de las sombras.
No pide el espíritu corto del lobo,
si no la llama infinita del espanto.
Cállalo o has de morir sin sombras,
sin dientes, sin memoria
Que sea como el niño santo y sabio,
olvidado y despido.
Que se calme y haga sonreír a los muertos.
Has que hable a otros huecos,
a otra oscuridad, a otra lluvia
Déjalo sin aliento, este silencio, déjalo sin vida.
Quién ha dicho que quiero hablar
Supe desde entonces que la planta
era un invento de mis sueños
un holocausto sin memoria
una espina sin aliento.
No tránsito en el ruido
si no en el viento nombrado de la espalda:
la suscitada alba de la espera.
Quitaré sus trapos a estas letras vueltas insomnios
construiré el puente del desierto
la inquieta llama de la esclava
vuelve al frío al desdén
a la marchita hoja del escándalo
que sufre los espasmos en el vientre.
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Parecemos esclavos
preferimos la recurrencia, a pesar del dolor
porque el cambio es pesado y duele
en la infinitud del silencio
porque esta voz sin retorno
es cuerpo sumergido en una tumba
bajo el agua
veo las especies que me miran
escucho el sordo ruido de mi respiración
aquietada; presa escuchando,
mirando la pantalla del orbe
que se despliega bajo mis ojos
no escucho tu voz
no encuentro el sosiego de un murmullo
anhelo el sonido que construye hechos.
Reflexión
La estancia de varios años (2002-2004) en el Taller Literario Virgilio Díaz Grullón dejó en mí el compromiso como escritora. El taller me dio otra visión: una visión de mayor responsabilidad con lo que estaba haciendo, lo que hago y vivo con pasión en exceso. Me hizo tomar en serio la escritura. El grupo literario permitió que me acercara a la literatura de una manera más formal y organizada. El método utilizado en aquella época era puramente histórico, y personalmente tenía un método distinto de lectura: el ímpetu por el tema de las historias, no tanto por el escritor. El taller literario me ubicó en el contexto de la literatura caribeña actual, permitiéndome tener una perspectiva distinta de la literatura que hasta el momento había leído.
Arlyn Desire Abreu Vásquez
Periodista, escritora, locutora, asesora de tesis y correctora de estilo. En la actualidad, realiza su primera maestría: Comunicación Estratégica y Relaciones Públicas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Perteneció durante muchos años a los Talleres Literarios Virgilio Díaz Grullón y al Centro de la Cultura Señorita «Ercilia Pepín».
Algunas de sus poesías se han publicado en el periódico El Caribe. Ha participado en diversos recitales, tanto en Santiago como en Santo Domingo, Jarabacoa y San Francisco de Macorís.
Premios: Primera Mención de Honor en Poesía en el Certamen de Talleres Literarios, Feria XI Regional del Libro Hermanas Mirabal, 2015. Mención de Honor en el género Cuento, categoría Universitaria, en el Certamen Literario Nacional para Talleristas 2010. Mención de Honor Honorífica en Poesía, en la categoría Universitaria, en el Certamen Literario Nacional para Talleristas 2007. Publicaciones: Libro de cuentos Jardines urbanos, 2008. Voces del Norte: Relatos y poemas del certamen para talleres literarios Región Norte.