Ana Silvia Reynoso es nativa de la Villa de las Hortensias, Bonao. Ingresó a la Universidad de Santo Domingo, en 1957, se graduó de Licenciada en Filosofía, en 1960, Doctora en Ciencias de la Educación, en 1961, Doctora en medicina veterinaria en 1963, estudios de postgrado en Histopatología en La Ecole Nationale Veterinaire de la Université Libre de Bruxelles, en 1965 y en La Ecole Nationale Veterinaire d’Alfort, de la Université de Paris.
Inicia su carrera docente en el año 1966 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo – UASD, fue escalando desde profesora a directora del Departamento de Medicina Veterinaria y Decana de la Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias, destacable este hecho es quizás en América Latina la primera Decana de Facultad (Agronomía y Veterinaria de la UASD), por dos periodos consecutivos, en una gestión en la cual introduce asignaturas del área de las ciencias sociales que permiten una formación integral sobre la realidad socioeconómica del país y del mundo.
Es destacable que la maestra alcanzare esta posición en esos tiempos, cuando era muy difícil que una mujer ocupara cargos significativos en la sociedad, el año 1975 es el punto de partida, cuando las Naciones Unidas denominaron como Año de la Mujer y luego vieron la necesidad de dedicar una década de la Mujer, lo que produjo una verdadera ebullición con el surgimiento de Seminarios y debates sobre el tema del papel de la mujer en la sociedad, foros nacionales e internacionales.
En ese contexto, Ana Silvia se convierte en una verdadera líder por su nivel de compromiso y su conciencia social, elegida presidente del Comité Universitario de Mujeres de la UASD durante 10 años. Presidente de la Asociación Dominicana de Médicos Veterinarios.
La maestra – investigadora científica publico varias obras relacionadas con la Histología, Embriología y Patología Veterinaria, en los años 1964, 1966, 1969, 1973 y 1976.
Otras obras publicadas son:
Intimismo (1960), El despertar de las espigas (1970 y 1975), Criterios, artículos y análisis (1986); Pinceladas, Memorias tempranas (1989).
Juan Bosch decía que “Ana Silvia tiene las condiciones de todos los escritores de la lengua española que han dedicado su quehacer literario a la novela”.
Ana Silvia es poeta y escritora, dotada de una profunda sensibilidad humana y social a favor de los derechos fundamentales de todos los seres humanos, de la dignidad humana de las mujeres, expresada en plena dictadura en el año 1959 cuando en un recital a cargo de mujeres leyó un poema de abierta denuncia política:
“Tierra, se está abriendo tu vientre y brotan no las flores ni los tiernos capullos que en cada primavera solías presentarnos, sino una lava ardiente que todo lo destruye”.
El rector de la Universidad de Santo Domingo -UASD- requiere su presencia en su despacho y le pregunta el por qué las letras de ese poema, ella responde que:
“los poetas se inspiran, vienen las ideas y se dicen las cosas sin analizar a ciencia cierta el porqué de las mismas” *
La Maestra Ana Silvia Reynoso desplegó una larga trayectoria de trabajo que inició en la zona rural en Baní como médico veterinario donde vivió de cerca las condiciones miserables e indignas en que vivían los campesinos y su indefensión, veía a sus hijos cada semana y pudo comparar las diferencias entre el campo y la ciudad “comprendió el egoísmo humano”, escribía en la revista Ahora!
Visionaria e inagotable estudia idiomas y planifica su salida a Francia, quería adquirir conocimientos, conocer una nueva sociedad, mujer de grandes vuelos emprende viaje con sus dos hijos rumbo a Bruselas y con medio sueldo de entonces 125 pesos y una maleta cargada de sueños, se presentó una tarde lluviosa a la Universidad De Curemgheim, con un niño en cada mano y escasos conocimientos de francés, había tenido apenas un intensivo de tres meses.
En la ciudad de Gembloux, conoció a Iván Guzmán Klang (falleció en un trágico accidente) era hijo del presidente bueno Antonio Guzmán Fernández (1978-1982) fue su hermano y compañero solidario en sus penurias, en muchas ocasiones, le prestaba dinero para comer y pagar sus compromisos.
En Europa la Maestra tuvo una experiencia muy rica, era itinerante y armaba un viaje para conocer otros países: Alemania, Holanda, Francia dice que ‘recorría los campos llenos de tulipanes de Holanda, Paris ‘era su ciudad y hábitat ideal’.
Tuvo momentos de angustia cuando en la revolución de abril no era posible recibir el estipendio que era su única fuente de ingresos, en ocasiones no pudo ir a la universidad, lo poco que conseguía era para pagarles la merienda escolar a sus hijos, dice que “les daba espaguetis y los acostaba” …en una ocasión se desmayó gracias a que su madre estaba al lado de ella.
Francia le ofrece una beca que le permite realizar sus sueños de niña de vivir en la Ciudad Luz en Paris, dice que allí encontró afecto y amistades, es en ese tiempo cuando comienza un proceso de valorización de su persona y como profesional.
La beca del gobierno francés le ofrecía entrada libre a museos, conciertos, actividades culturales.
“Encontré en cada rincón un nuevo encanto y las hojas otoñales cayendo en los bulevares eran un deleite para mis ojos” dice la poeta.
Mujer valiente, consciente es delegada dominicana a una sesión del Tribunal Russell en Bruselas para denunciar los atropellos que se cometían en nuestro país en la época de Balaguer, es sometida a vigilancia policial, detenida en una ocasión e interrogada por los cuerpos de seguridad.
Ana Silvia Reynoso dice conservar como uno de los episodios más gratos de su existencia la noche que en cadena de brazos recorrían las calles y la Gran Plaza de Bruselas junto al Premio Nobel de Literatura colombiano “El Gabo”, el inmenso Julio Cortázar, Lil Despradel y Manuel Espinal, después de una velada con el presidente Juan Bosch.
Estas pinceladas de la vida de esta mujer historia, mujer líder, mujer abanderada de los derechos de todas nosotras, para la cual no hubo barreras, obstáculos que impidieran realizar sus sueños de estudiar, prepararse, viajar, ser una profesional competente, trabajadora… y ahora la vemos en tertulias de Café Macondo, octogenaria tan vital como en los años 70 del siglo pasado, lo cual nos llena de energía, de alegría, para disfrutar de las cosas bellas que nos ofrece la vida.
*Pinceladas: memorias tempranas (1989). UASD. Santo Domingo. Pág. 95.