Luis Ernesto Mejía, lingüista, educador, dibujante y escritor, es un gestor cultural incansable.
Desde hace más de veinte años viene luchando porque Piedra Blanca, municipio de la provincia Monseñor Nouel, tenga un local que albergue un centro cultural en donde los niños y jóvenes se eduquen en las artes: Dibujo, pintura, escultura, danza, música, teatro y literatura.
Luis Ernesto, contra viento y marea, junto a otros gestores y promotores culturales, enseñan y promueven las artes y la literatura en Piedra Blanca, pero carecen de un local y unos recursos económicos básicos para sustentar el centro cultural que merece ese municipio.
Si alguna institución gubernamental se decide a hacer lo necesario para que ese centro cultural cuente con el local, no tendría que hacer grandes inversiones esfuerzos, por dos razones:
1-Hay un local en Piedra Blanca, de propiedad estatal, que está abandonado, solo requiere reparación y hacerle algunos arreglos.
2-Hay recursos identificados. La provincia Monseñor recibe una parte del llamado fondo minero, proveniente de las acciones del Estado dominicano en Falcondo, y del porcentaje de la Barrick Gold.
Luis Ernesto Mejía, Germán Cabreja, y otros profesionales y activistas de Piedra Blanca, han denunciado que el uso de los recursos provenientes de las citadas fuentes se concentra en Bonao, el municipio principal de la provincia Monseñor Nouel. De ese fondo se podría invertir lo necesario para que Piedra Blanca cuente con ese centro cultural tan necesario e importante, que no se trata de una obra de alto costo ni de lujo.
Denuncian que la centralización, de la que se suelen quejar las autoridades de las provincias, también se practica en las cabeceras de provincias en perjuicio de los demás municipios.
Lo de la biblioteca estaría resuelto, porque ya fue constituido el Consejo Intersectorial para la Política del Libro, la Lectura y las Bibliotecas, que debió de constituirse por mandato de la Ley Ley núm. 502 de 2008, del Libro y Bibliotecas, no fue sino el pasado lunes, 24 de abril, cuando quedó formalmente constituido y puesto en vigencia.
Entre las primeras disposiciones del Conlibro están dirigidas a fortalecer la distribución de libros, la creación y el fortalecimiento de bibliotecas en todo el territorio nacional, la donación de libros y a crear un sistema para prestar libros a los lectores.
Es asunto de que a la gente de Piedra Blanca se le escuche. Una reunión con Luis Ernesto Mejía y otros educadores y gestores culturales del municipio despejaría el camino para dar los primeros pasos, pese a que se sienten un tanto decepcionados debido los lustros de promesas incumplidas.
Mejía define esta lucha como un “peregrinar” a favor de su pueblo, Piedra Blanca, y, por extensión, de “toda la periferia olvidada”.
Desde el año 2000 ha escrito cartas, informes, solicitudes a Corde (ya desaparecida); a la gobernación de Monseñor Nouel, a los legisladores de la provincia, al ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, a legisladores de los partidos progresistas.
“Además del sector llamado progresista, los populares, que tampoco responden. Es decir, tanto los derechosos como los izquierdosos de Bonao, al parecer, se sirven en el mismo plato. Es el fenómeno de la centralización, tanto arriba como abajo”, expresa Luis Ernesto Mejía.
Ojalá que alguien se decida a escuchar este justo clamor.