Pedro Méndez.

Las abstracciones conceptuales de la geometría fractal bien podrían ser el punto de partida para el análisis de la prolífera obra artística del maestro Pedro Méndez. Ello así, en virtud de que los mismos patrones repetitivos o recurrentes generados por los objetos fractales igualmente subyacen, intrínsecamente, en los objetos de arte creados por el conocido y destacado escultor dominicano.

En ese sentido, dicho modelo interpretativo, herramienta multidisciplinaria empleada por científicos,  músicos y economistas, entre otros, nos permite analizar y comprender también, bajo el criterio de la autosimilaridad, la producción estética del afamado artista, así como también la multitud de diferentes elementos de la creación, tales como las montañas, las nubes y los copos de nieve.  De hecho, los componentes de las esculturas incluidas en el presente texto representan estructuras iterativas que se asemejan entre sí, como las ramas de un árbol, para formar un todo en términos de orden y complejidad.

En ese tenor, las dimensiones fractales comprenderían, además, las estructuras pulmonares, neuronales y el sistema circulatorio, los cuales también exponen la recurrencia permanente de  patrones geométricos en diferentes escalas. De ahí que los elementos de la naturaleza orgánica y los componentes inorgánicos en los  diseños del escultor Pedro Méndez, se  articulen en el mismo ciclo o forma periódica de autosimilaridad. ¿Y qué de los detalles de un arreglo floral, las piezas de un collar, un texto, las notas de una partitura musical o el tronco de un árbol hasta las venas más recónditas de sus hojas?

Desde otra perspectiva, la fragmentación composicional formulada por el señalado artista azuano se construye en base a la aplicación técnica de la recursividad, fórmula iterativa mediante la cual también se fundamentan numerosos fenómenos naturales, experimentos científicos y tecnológicos. Precisamente,  la función recursiva en las imágenes del presente texto, configuran una representación visual cuyos elementos actúan de manera similar a las iteraciones de la geometría fractal. Así las cosas, podríamos imaginarnos, mediante un mismo mecanismo metafórico de la representación, las conexiones probables e improbables entre los objetos del cosmo y los artefactos del arte.

Y es que los objetos del universo están sujetos a los elementos repetitivos que son similares al todo, ya sea el cuerpo humano,  una pintura al óleo, los puntos en una hoja de papel, las puertas y ventanas de un edificio, o las líneas pesadas debajo de unas pilas de rocas.  En el artista Pedro Méndez, el proceso de abstracción de los elementos del mundo exterior arrastra una similaridad conceptual con los parámetros de la ciencia, tal como ocurrió con los postulados de la relatividad encarnados en los múltiples puntos de vista de los pintores cubistas, beneficiarios de la concepción del tiempo y espacio del arte “primitivo”. En gran medida, las categorías abstractas del arte se corresponden con las categorías abstractas de los objetos que existen en la totalidad planetaria. Y viceversa.

Luis Ernesto Mejía en Acento.com.do