En 1916 ya entrado en la edad de treinta años, el intelectual, catedrático y trabajador de la cultura Pedro Henríquez Ureña (1884-1946) hizo pública su postura ante la primera ocupación militar norteamericana de la República Dominicana (1916-1924) en declaraciones a la prensa norteamericana.

Mientras tanto en Santo Domingo, la edición del 3 de Noviembre del 1916 del periodico Listín Diario resaltó el hecho y explicó a su público lector las posibles razones que motivaron a Henríquez Ureña a dar a conocer su rechazo a la atroz invasión yanqui:

“Nuestro estimado compatriota el Dr. Pedro Henríquez Ureña nombrado recientemente catedrático de la importante universidad de Minnesota en los Estados Unidos, acaba de hacer algunas aclaraciones que le honran y que demuestran su amor inquebrantable a la República Dominicana.

“Con motivo de dicho nombramiento, algunos periódicos americanos manifestaron su extrañeza de que el hijo del Presidente Henríquez fuera a ocupar su cátedra, en estos momentos, y expusieron la idea de que era porque prefería los Estados Unidos a su propia patria.”

En la breve nota del Listín aparecen publicadas las declaraciones que Henríquez Ureña ofreció al periodico[1] The Minneapolis Journal:

“Me veo obligado a rectificar la suposición de que yo pueda preferir ningún país al mío propio, a Santo Domingo. Me considero lo bastante cosmopolita para gustar de todos los países, —como en realidad gusto— pero el mío, pobre e infortunado como es, ES EL MÍO, para bien o para mal, right or wrong, cómo dirías vosotros mismos.” [2]

El matutino dominicano también informaba a sus lectores de una entrevista publicada en el The Minneapolis Tribune:

“Mr. Henríquez declaró no ser un hyphenate [hombre de dos patrias.]”

De acuerdo al Tribune, Henríquez Ureña se expresó en los siguientes términos:

“Vosotros sois un pueblo grande y feliz; nosotros, en Santo Domingo, somos un pueblo pobre e infortunado. PERO MI DEVOCIÓN ES TODA PARA MI PROPIO PAÍS. Se ha dicho que prefiero los Estados Unidos. NO ES VERDAD.”

Para concluir, el autor del artículo publicado en el Listín reflexiona de la siguiente manera:

“Digna de ser conocida es esa actitud del joven compatriota que ama a su patria por sobre todas las patrias.

“El Listín se complace en promulgar el gallardo gesto del Dr. Pedro Henríquez Ureña.”

Empleando la lupa crítica del presente para magnificar los detalles omitidos en el texto anterior se podría argumentar que en la nota periodística, y en cierta manera editorial, publicada en el Listín Diario se escondían dos objetivos a la hora de redactar el texto: primero, aclarar la posición política de Henríquez Ureña ante las tropas de ocupación estadounidenses en suelo dominicano. Y a la misma vez, recalcar la suma importancia de dar a conocer su postura política porque Henríquez Ureña era un intelectual reconocido fuera de las fronteras de la nueva nación  caribeña lo cual lo hacía portavoz internacional de un sentimiento generalizado en la sociedad dominicana y América Latina. También estaba la relación filial que influirá en su pensamiento y forma de actuar en aquellos momentos difíciles para el presidente interino dominicano, el intelectual Francisco Henríquez y Carvajal (1859-1935), quien sería depuesto por las tropas de ocupación a unas semanas luego de aparecer la  nota en el Listín Diario a razón de que Henríquez y Carvajal representaba un obstáculo en los planes de dominación de Washington.

El segundo objetivo del autor del breve artículo publicado en el Listín Diario era, sin duda alguna, la difusión de las posiciones antiimperialistas y nacionalistas de Henríquez Ureña, un escritor que mantenía lazos de índole académicos y fraternales en los Estados Unidos y aun así, se mantenía firme en sus posturas democráticas, panamericanistas, antillanistas independentistas y humanistas ante la vil injerencia de los Estados Unidos en la tierra que lo vio nacer.

Es incuestionable la digna actitud tomada por el intelectual dominicano de más renombre universal. Pero su postura no fue fruto de su tan mentado “genio” dentro de la historiografía tradicional en Santo Domingo o una simple decisión individual. Por el contrario, la toma de postura política ante la agresión militar de Washington ocurría en un contexto de sentimiento antiimperialista colectivo y en su caso, representaba la continuidad del activismo político y educativo en el que había tomado parte años atrás en México al frente del Ateneo de la Juventud dónde ejercicio el papel de“centro, conciencia y guia”. Alfonso Garcia Morales, autor de El Ateneo de México (1904-1914): Orígenes de la cultura mexicana contemporánea,

explica el rol fundamental de Henríquez Ureña en el Ateneo y la nueva cultura de avanzada:

“Su presencia en México entre 1906 y 1914 es la que marca el tiempo de vida del grupo […] Dentro del Ateneo debe concedérsele un  lugar protagonista:fue el centro, la conciencia y el guía. Seleccionó y educó a sus distintos miembros,

mientras  él mismo se iba educando, un paso adelante  de los demás.Y con la misma energía con que programó, impulsó, supervisó y dio publicidad a sus actividades, corrigió  lo que le parecían desviaciones. En buena medida, el Ateneo fue una realización o, mejor, un sueño suyo.” [3]

Henríquez Ureña, a pesar de sus silencios y contradicciones en torno a la negritud en Santo Domingo, como lo ha demostrado el investigador Juan R.Valdez, mantuvo una postura solidaria con el pueblo dominicano. [4]

En  resumen, en gran parte, la semilla plantada durante su estadía en el México revolucionario y reformador empujó a Pedro Henríquez Ureña a adoptar posiciones de izquierda y a pronunciarse en clara defensa del pueblo dominicano al rechazar tajantemente la presencia de tropas de ocupación militar estadounidenses en suelo quisqueyano. 

Notas

  1. Ver Zuleta Álvarez , Enrique. "Pedro Henríquez Ureña y los Estados Unidos", Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 442 (abril 1987), p.5, Madrid: Instituto de Cooperación Iberoamericana. Se puede acceder al texto visitando el portal Cielonaranja.

2.La ortografía del texto original, y en particular las letras mayúsculas, permanece intacta.

  1. Citado por Rosa Spada Suárez en un trabajo académico que rescata la historia del ambiente juvenil e intelectual en los círculos intelectuales del México pre-revolucionario. La imagen de Pedro Henríquez Ureña en México aparece en el articulo de la catedratica e investigadora Spada Suárez. Ver Spada Suárez, R. (2023). Pedro Henríquez Ureña y el Ateneo de la Juventud. Antropología. Revista Interdisciplinaria del INAH, (50), 39–44.
  2. Ver la ponencia de Juan R. Valdez en el Coloquio internacional "Los Henríquez Ureña y la constelación americana" organizado por el Colegio de México en el mes de marzo de este año.
Mis agradecimientos al equipo de La Biblioteca Digital de Periódicos Caribeños o The Caribbean Newspaper Digital Library (CNDL) de la Universidad de la Florida por digitalizar el ejemplar del Listin Diario citado en este artículo. También agradezco a Miguel D.Mena el haber puesto a disposición del público el artículo de Enrique Zuleta Álvarez en Cielonaranja.