Minutos antes de  que lo apuntaran a la sien izquierda,  Tadeo  escuchaba el run run del cepillito de la Policía. No le hacía caso a ese sonido tan familiar y temible. Nunca pensó  en la posibilidad de morir por caminar hacia la 27 a coger la guagua que lo llevará al Parque Enriquillo, rumbo a la popular y destartalada playa de  Boca Chica.

Avenida Bolívar.

Un comando grasoso, sudado y turbio desde el asiento delantero de un cepillito de la Policía , lo acaba de apuntar con una pistola al tiempo que lo intimida  a enseñarle la cédula  y a extraer de la mochila todo su contenido.

La mochila no contiene nada del otro  mundo:  La Hojarasca del Gabo, una lata a medio enfriar de Pepsi Cola  y una toalla República Dominicana Inolvidable en letras azules y rojas.

El comando asqueroso ahora apunta al pecho de Tadeo.

-Recoge y vete pá tu casa

-Por qué

-Cómo que polque. Recoge y vete, te dije. Te entro a plomaso. Vete, ok?

No le queda de otra. Ingresa de nuevo la Pepsi, la toalla y el libro en la mochila. El cepillito de la Policía arranca lento. Tadeo lo ve subir la cuesta de Amarante. Un perro  se acerca, le mueve el rabo y le huele los zapatos.

Ambros le hace señas a Tomí.  El "diler" se acerca lento con las manos entre los bolsillos. La Plaza Real llena de gente  y es viernes de Sant Jordi, patrón de  flores y libros . Rápida la  estocada detrás del muslo derecho derrumba a Tomí. Nadie se percata , solo Ambros, cuchillo en mano,   se aleja como pantera en la selva. Sonriente, guarda el arma y se suma  al bullicio de un bar cercano a la carrer de vidre. No tiene miedo.

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Dalia descansa la nueve  milímetros entre sus piernas. Parquea bien la yipeta y espera que pase la patrulla que bebe café a sorbitos. Chófer y el superior a cargo .con las mascarillas bajo sus  barbillas. Pasa lenta la patrulla y se aleja con todo su pesado e inútil aburrimiento.

Pummmmmm , un disparo impacta en el balcón florido de cayenas rojas. Es Dalia que ha disparado al apartamento de la amante de su novia.  Prende el aire del vehículo y un cigarrillo mentolado y  deja pasar el tiempo, un minuto o dos. Nadie averigua. Acelera.