Una novela de 71 páginas cuenta la historia de Carmen, una chica que está sumida en una depresión por el asesinato de su primo Estevan, pues decide tomar la ley en sus manos. Hay otros personajes que también complementan la diégesis, excepto Orlando, que es parte intertextual de la historia. Ambientada en la década del setenta nos presenta el derrotero de los crímenes perpetrado por el gobierno de Joaquín Balaguer.
La novela está técnicamente programada en capítulos-títulos sincronizados hasta llevarnos al desenlace final. El primer capítulo empieza por Estevan y finaliza en El día de la misión. Carmen es un personaje de experiencia cardinal, es decir, que entraña el impacto emocional de una persona (Estevan) ante una tragedia. Es una experiencia extraordinaria que subyuga su sensibilidad.
La autora, Roxanna Marte lo dispuso así para establecer un hilo conductor de principio a fin, es decir, es una novela lineal, donde las escaramuzas de la trama no son tan relevantes como nos tienen acostumbrado una novela común y corriente que quiera impresionar al lector o que lo quiera llevar por un laberinto de sucesos que lo mantengan atento.
Geográficamente la zona en que se desarrolla el personaje que cuenta la novela, Carmen, es el Santo Domingo Oriental donde vive. En cierta forma la novela es un homenaje limítrofe de la zona porque la autora es la parte que más describe dado que especifica sus vivencias a través de su personaje.
“Santo Domingo oriental no era más que líneas de parcelas repletas de árboles raquíticos, interrumpidos por pequeñas casas, que terminaban en alborotados puestos de frutas, víveres, pollo y pescado fresco de Boca Chica.” (Roxanna Marte, País imposible, p. 21. Chevy Nova, Parcelas y Ciudades Alborotadas).
Habíamos llegado a la calle Costa Rica, después de estar todos esos años en los Tres Brazos, porque con todo el asunto, no teníamos paz, Carme, (Roxanna Marte, País imposible, p. 26. Revolución y enfermedades).
Entiendo que Orlando M., es un personaje invitado o intertextualizado, que evoca la época de 1965 como un estigma del régimen Balaguerista.
El simbolismo icónico del El Divino Niño es un atenuante de la fe católica importada por los españoles en la conquista. Un símbolo iconográfico epocal. Por ende, las mariposas son un símbolo de libertad ante tanta tensión.
El personaje es de impetu romántico.
─Orlando, tenemos que matar a Balaguer ─le espetó.
Él se incorpora de la cama y me mira de frente.
─entiendo tu desesperación, Carmen ─dice─.
(Roxanna Marte, País imposible, p. 58. Cabarete).
En este diálogo uno de los personajes, Orlando, trata de persuadirla que no mancharse las manos de sangre ya que él desearía eliminarlo también. En toda la novela hay un tono anarquista por parte del complot de los personajes, que no define sus posiciones objetívales después del hecho consumado.
De Vueta a Los Mina, es una repetición de un sector de la Zona Oriental que la autora enaltece y homenajea.
Le pedí a Orlando que me llevara a casa. Los Mina ya no era el mismo lugar de antes. Las calles cada vez se ponían más insoportables debido al cúmulo de gente que comenzaba a llegar por esa parte de la ciudad. ¿Quién lo diría? Tanto que ignoraban a la gente por estos lados. Todo el ba-rrio comenzaba a convertirse en lugar de comercio activo y se sentía un nuevo aire de vida para todos. (Roxanna Marte, País imposible, p. 63. De vuelta a los Mina).
Sin duda hay una añoranza a través del paso ficcional de los años.
Por último, volviendo al romanticismo del personaje, al final, Carmen toma venganza y asesina al antagonista (Balaguer), con sus propias manos, ocurre de manera surrealista dado que la ficción no permite más que eso ante la historia real.