Toda crítica es un texto evaluativo de otro texto, por tanto, se trata de un metatexto. Toda evaluación debe estar basada en criterios para no caer en subjetividades caprichosas y posturas deshonestas, y con mucho razón, cuando el objeto de evaluación es un texto. La libertad del crítico está limitada por el ejercicio del criterio (como postula José Martí) y por la honestidad intelectual. En el caso de la cuentística de Tony Rodríguez Labour, que es el motivo que nos convoca, he tomado como criterio de evaluación la originalidad; y como estándares de originalidad: el manejo peculiar de los personajes y el impacto de las estrategias discursivas.
En los relatos que componen el libro Hasta que un día nos damos cuenta, Tony Rodríguez Labour revela su osada originalidad. En realidad, su originalidad ya se había puesto de manifiesto en sus cuentos del libro El domingo que viene, pero en este volumen, la originalidad cobre ribetes de osadía. El manejo de los personajes, la intratextualidad, el humor, la picardía, la ironía, las metáforas, las hipérboles y las prosopopeyas en estos cuentos tienen usos muy peculiares como expondré más adelante.
Desde el primer cuento (El creador), el lector advierte que los personajes tienen vida autónoma: se revelan, se esconden, desaparecen, cruzan de un cuento a otro y hasta de un libro a otro, entre otras travesuras. Una pequeña muestra: «A la mañana siguiente, no di con Nelson por ningún párrafo. Lo busqué en el libro de génesis, en el disco duro, en el pendrive, y hasta en la nube. Nada (…) A partir de ese descalabro, se alejó de Yarisa y de su creador, yo. (p.20)». La rebeldía del personaje pone en jaque mate al autor, quien tiene que desdoblarse en personaje narrador y autor. Toda una trama polifónica con Augusto Pérez de la novela Niebla, de Miguel de Unamuno.
El autor echa mano de un recurso inédito en literatura: involucrar a un sujeto empírico, y por tanto, fuera de la ficción, en su negociación con un personaje. Le promete que el prologuista lo mencionaría en el prólogo, consciente de que dicho autor extra ficción (en este caso, quien les habla), no ignoraría ese recurso, cosa que obviamente se acaba de cumplir. Esta es una forma muy peculiar de Intratextualidad. Este manejo singular de los personajes desde el primer cuento va preparando el escenario para una intratextualidad abundante y original.
Desde su título (Hasta que un día nos damos cuenta), este libro establece lo que Jesús Camarero denomina una red temática o textual con el libro El domingo que viene, por la temática común que los vincula: Los dos libros están unidos por recurrencia a un punto futurista: uno preciso (el domingo que viene); y otro incierto (algún día). Si no se tratara de dos libros de un mismo autor, podríamos decir que solo se trata del eco de los cuentos entre sí. O sea, nos limitaríamos a estudiar lo que Bathin denomina polifonía. Pero se trata de personajes, lugares y estampas que se extrapolan en los mundos creados en los textos de un mismo autor, por lo que en el caso de Tony Rodríguez Labour estamos en presencia de la intratextualidad. (2)
En cincuenta y tres cuentos de los sesenta y tres que componen el libro (84.13%) se menciona explícitamente Verano Largo o interactúa un personaje de otro cuento. Verano Largo es el telón de fondo o ambiente físico especial del mundo ficcional de los cuentos. De manera que la alusión recurrente en cuentos distintos es un forma de intratextualidad que les dan sentido de continuidad y coherencia global a los cuentos de este libro, como si se tratara de una novela. Pero no es una novela porque le faltarían muchos otros elementos que caracterizan este subgénero discursivo.
En algunos cuentos, el ambiente de Verano Largo se percibe por las anécdotas que cuenta algún personaje narrador, como en Neyba sin uva, un relato cargado de realismo mágico.
El recurso más común de intratextualidad en estos cuentos es la aparición de los mismos personajes en cuentos distintos. El autor da una pista de que usará la Intratextualidad cuando anuncia en el primer cuento que al rebelde Nelson lo mandará al infierno: y que este primer relato sería el único en el que ningún personaje viviría para contarlo. Los personajes que más migran entre cuentos son Filipito (Mi calle larga; Alma libre; Pasión que rueda, Filipito a vapor, Te lo digo cantado, El hoyo, etc.); Ludovia (Como pétalos de mariposas, Camino al mar, La bailona, Duele la lluvia otra vez, etc.); Grifo (Camino al mar, Alma libre, Clara señal, etc.): y Conejo (Camino al mar, Alma libre, Clara señal, etc.). (3)
Otra forma muy original de intratextualidad es el diálogo del mismo personaje narrador con otro personaje sobre un libro del autor (Como si fuera en el mar, p. 51). Este personaje hace alusión del libro El domingo que viene y de dos cuentos en específico de ese libro: Chiga campeón y Bikini. El personaje aborda al narrador como si se tratara del mismo autor, con lo que se hace una superposición del plano virtual y el real.
El libro está salpicado de un fino humor que en ocasiones se funde con la picardía y la ironía, como en el cuento Mi calle Larga, pp 37-38): «Cuando la joven se levantó para buscar el formulario de crédito, el malvao de Filipito miró con ojo de carnicero, y dio un empate entre culo y teta». Otra situación graciosa es la que se narra en el cuento Clara señal. Conejo se ve en apuro fisiológico y decide entrar al patio de la casa de doña Pariona a deponer. La dueña siente ruido, y pegunta: «¿Quien está ahí?» el hombre en apuro responde: «Es Conejo, mi doña. Orinando». Doña Pariona responde: «…y por qué puja?» (p.114). Los ejemplos humorísticos son muy abundantes, como se puede verificar en los cuentos Como pétalos de mariposas; Como en algunos boleros; La celda, Mi calle Larga, Obra al mérito, etc.
Las metáforas, las hipérboles y la prosopopeyas son recursos recurrentes en toda la cuentística de este libro. Estos tres recursos tienen en común su alto poder de estímulo a la imaginación. En la mayoría de los cuentos de este volumen, el autor echa mano de estos recursos para aumentar el (4) dinamismo de su narración. Las metáforas ponen en contacto dos campos (uno de origen y otro meta) para crear semejanza o relación que no existían a priori; las hipérboles hacen que los lectores comparen sus representaciones mentales con las que suscitan y concitan las narraciones; y las prosopopeyas les dan vida y trascendencia a muchos de los actantes de estos cuentos. El autor logra un uso tan peculiar de estos tres recursos que a veces se hace difícil distinguirlos. A modo de ilustración, transcribo algunos ejemplos, sin clasificarlos: «Al Grifo se le encandilaron los recuerdos que hibernaban acurrucados en su corazón…» (Camino al mar P. 47). «En el patio de Lalano, las lagrimas se filtran a raudales por las pupilas del tiempo» . (Camino al mar, P.48). «Ahora mordía el adiós. (Negro feliz. P.53). «Comenzó a imaginarse la vida sin él: Las mañanas vacías, las tardes transparentes, las noches espesas». (Hasta que un día nos damos cuenta, P. 149). «Como contrapeso, llenaba sus silencios de recuerdos, hasta quedar vencidos por esa nostalgia que deja el peso de extrañar sin futuro en recámara». (Como en algunos boleros, P.75).
Las metáforas, las hipérboles y la prosopopeyas asaltan por doquier al lector. A veces en serie, como en este fragmento del cuento (La bailona, P. 109): «La joven se encaminada presurosa hacia su casa con la madrugada pisándole los talones y las ganas mutiladas, por haber abandonado la discoteca con más luces que un crucero en alta mar. Su furia fue tan aguda, que dejó la noche sin más sonido que la rudeza de su reprimendas».(5)
Otra novedad de este libro es la inserción de minirrelatos, algunos muy bien logrados. Ejemplos: Rostrados y Como en algunos boleros. La densidad de los minirrelatos sorprende al lector que se va acostumbrando al desenfado de algunos personajes. El contraste que introduce el autor con la densidad narrativa de los minirrelatos hace que el lector reflexione y quiera seguir leyendo los relatos con las tramas con sus desenlace explícitos. Justamente, después del cuento más extenso (Camino al mar) viene un minirrelato (Aurora). Al principio, el lector cree que va a descansar, pero luego descubre que la densidad del minirrelato lo hace desear que el autor desarrolle la trama trunca.
Los cuentos de este libro se destacan por su originalidad en muchos aspectos, no solo por la incursión del autor en su obra, la intratextualidad, el uso exquisito del humor, la picardía, la ironía, la metáfora, la hipérbole, la prosopopeya, etc. Por ejemplo se podría destacar la valoración de la lealtad, de la amistad, las estampas graciosas de personajes de Verano Largo, la nostalgia y estilo peculiar de narrar que caracteriza al autor. Sin embargo, lo más notable de estos cuentos es la singular originalidad que muestra Tony Rodríguez Labour para desarrollar la trama de cada uno de sus relatos; y el contraste que logra entre las narraciones explícitas de los cuentos y las tramas truncas de los minirrelatos que inserta de manera deliberada.
Dr. Bartolo García Molina
Abril de 2023