Es común en los círculos académico la queja de que niños y jóvenes abjuran de la lectura, pese a que se conocen sus beneficios, no solo para su desarrollo cognitivo, sino, para su formación como seres humanos íntegro y buenos ciudadanos.  ¿Qué padre no querría esto para sus hijos? ¿Qué maestro no lo querría para sus alumnos? Pero no basta con desearlo, hay que poner a los niños en contacto con los libros; porque no habrá jóvenes y adultos lectores si no se crea el hábito en la niñez.  Para estos fines, existe una gran riqueza en la literatura infantil, los textos van desde los clásicos, ya populares por lo antiguo de su existencia y sus diversas adaptaciones al cine y al teatro, hasta los que cuentan historias más reales y distantes de lo mágico y maravilloso. Dentro de este último grupo figuran algunos textos de César Sánchez Beras, como es el caso de Operación Ozama, que funge como centro de este artículo.

El libro cuenta la historia de un abuelo que logra interesar a sus nietos por el río Ozama, lo hace por medio de unas fotografías y la lectura de un poema escrito por él, sobre dicho río. Visita tras visita los niños piden al abuelo que repita la lectura y le expresan su deseo de visitarlo; pero el abuelo siente pena por las condiciones de abandono y contaminación del río, muy diferentes a como él lo conoció y rememoraba junto a sus nietos con ayuda de las fotografías. Dentro de los diálogos, una expresión del abuelo llama poderosamente la atención del nieto mayor: ¨ Los ríos se curan¨. A partir de la inspiradora oración el pequeña orquesta un plan junto a su maestra, su madre, hermanos y compañeros para plantar arbolitos en la cabecera de la montaña.

Esta lectura resultaría de gran interés para los niños, no solo, por la historia que cuenta, sino, por la riqueza de sus recursos. Contiene diálogos conmovedores del entorno familiar con los que cualquier niño podría identificarse. – ¡Abuelo ¡–dice Eva acercándose a don Iván –¿Puedo ver ese libro?  –¡Claro reina, todo lo que hay en esta casa es tuyo—responde con alegría el abuelo, pasándole la mano por el abundante y ensortijado pelo! Así como metáforas y analogías que despertarían la curiosidad. –Chicos, yo sé que prometí que iríamos a ver el río, pero sucede que el Ozama está enfermo. –¿Le dio catarro al río? Pregunta Eva –¿A los ríos le duele la cabeza? Pregunta Santiago – Los ríos se curan—explica el abuelo—sanando las heridas que le han hecho las personas insensatas y alimentándolo de nuevo para que recobre sus fuerzas. A todo esto, se le suman fotografías e ilustraciones que expresan emociones y sentimientos a través de los rasgos y trazados.

Otro recurso importantísimo para desarrollar la competencia dialógica, la escucha, la atención y la memoria es el poema que el abuelo lee a los nietos. Esto debido a los valores estéticos, humanos y culturales. Los primeros, la rima, el ritmo, la musicalidad; los segundos, la interacción entre el abuelo y sus nietos; los terceros, la sensibilidad y el interés por la naturaleza, su conocimiento y cuidado.

Muy largo, muy largo,

Parece serpiente.

Arriba los barcos,

Abajo los peces.

Desde la montaña

Muy rápidamente,

El Ozama baja,

Se vuelve corriente.

Cerca de la orilla,

Vestida de verde,

Hay miles de plantas,

bebiendo en el río,

como de una fuente,

Los recursos mencionados despertarían la imaginación, la alegría y agudizarían el sistema cognitivo en los pequeños; pero no solo eso, cada expresión, personaje y sus acciones revelan una serie de valores fundamentales en la formación del niño. Tales como el amor familiar, la empatía, amistad, el altruismo, cuidado y amor por el medio ambiente… entre otros. También les enseña a hacer un uso adecuado y beneficioso de su tiempo libre.

En fin, este cuento es recomendable tanto para el ámbito escolar como familiar, puesto que sus beneficios son innumerables. Más hoy, en un mundo cada vez más automatizado, en el que las pantallas han sustituido la interacción familiar y el entretenimiento la diversión. En otro orden, motiva el trabajo en equipo entre la escuela, la familia y la sociedad en su conjunto. Su lectura es recomendable para cualquier niño, pero en especial para los dominicanos.

 

 

 Andrea Teanni Cuesta Ramón en Acento.com.do