El gobierno dominicano ha enviado al Congreso una propuesta de reforma constitucional alegando que su principal objetivo es erradicar el caudillismo autoritario. La iniciativa busca la imposibilidad de modificar el límite establecido para la reelección presidencial.

Sin embargo, el impacto de la cultura autoritaria en la República Dominicana va mucho más allá del régimen electoral. A lo largo de su historia, cerca del 80% de los gobiernos dominicanos han sido autoritarios. Esta herencia cultural no solo se manifiesta en la política, sino que también permea nuestras relaciones interpersonales cotidianas, reflejando un legado profundo de poder y dominación.

Con la intención de explorar y desafiar esta huella cultural, inicié hace años el proyecto titulado "Artefacto Manigua". Se trata de una investigación creativa de dos años que culminó en un ensayo y un cuento, recogidos en el libro "Op cit", publicado el 15 de diciembre de 2023. Estos textos, a su vez, sirvieron de inspiración para la creación de más de dos decenas de piezas de arte visual, todas enfocadas en la crítica y el análisis del poder.

El título "Op cit" hace referencia al sistema formal de citas bibliográficas, que significa "Obra citada". En este contexto, simboliza cómo el ensayo es citado por el cuento, y este a su vez, es referenciado por las piezas de dibujo, grabado, escultura y arte-objeto. El número dos en el título indica que es la segunda obra intertextual, continuando la relación iniciada con mi primera exposición "Artefacto Dileke" en 2021.

Aunque pueda parecer un lugar común, considero que en la República Dominicana hemos estado condenados a repetir nuestra historia por desconocerla o por carecer de piezas clave para su comprensión. Esta repetición se da no solo en la política, sino también en la forma en que concebimos y vivimos nuestras relaciones de poder.

Michel Foucault argumenta que "la historia de las luchas por el poder sigue estando casi totalmente oculta". El conocimiento no entra en este ámbito porque, según él, no debe saberse. Consciente de esta dinámica, "Op cit" propone una mirada crítica a la naturaleza de las relaciones de poder que han constituido al ser dominicano, desentrañando los mecanismos que han sostenido una cultura autoritaria.

El libro es pequeño, breve y de fácil lectura. El ensayo titulado “La muerte de los lagartos” está dividido en doce capítulos que examinan la esencia del poder, sus características y las claves de su ejercicio en la primera década del siglo XX. Este análisis recorre hechos y datos que revelan la influencia del poder militar, machista y extractivo. Para cerrar, el relato “La casa del poder está temblando” ofrece una ficción histórica sobre los últimos días de la masacre perpetrada entre 1906 y 1909 por el presidente Ramón Cáceres y su “guardia de la muerte”, quienes, bajo el grito de “Vivos, ni los lagartos”, exterminaron a la oposición en la Línea Noroeste.

Según Hannah Arendt, "en la medida en que realmente pueda llegarse a ‘superar’ el pasado, esa superación consistiría en narrar lo que sucedió". Esta visión resuena profundamente con la intención de "Op cit", que busca precisamente relatar, explorar y cuestionar los eventos históricos que han moldeado la cultura política dominicana.

Para poder narrar y entender completamente lo que sucedió, fue necesario escarbar entre documentos, seguir huellas dispersas y conectar lecturas y versiones contradictorias, cuestionando el relato dominante que muchas veces oculta o distorsiona la realidad.

Cartografiar los dispositivos de la violencia simbólica y concreta en un período poco estudiado fue un desafío. La narrativa dominante sobre Mon Cáceres tiende a idealizar su figura y gestión gubernamental, ignorando hechos cruciales y minimizando las atrocidades cometidas bajo su régimen.

Julien Freund afirma que la exclusión es fundamental para la existencia del poder, ya que es a través de la exclusión que se establece una jerarquía social y se garantiza la continuidad de la dominación. Esta exclusión puede ser tanto física como simbólica, afectando a ciudadanos y hechos históricos que no se alinean con las normas impuestas por el poder dominante.

En la República Dominicana, el poder no solo ha actuado sobre los individuos, sino que también ha sido interiorizado, convirtiéndose en parte de la identidad del ser dominicano. Según Foucault, este poder internalizado es lo que perpetúa las relaciones autoritarias a través del tiempo.

Por esta razón, mi objetivo desde el principio fue agrietar las creencias que nos impiden imaginar un presente y un futuro fuera de los órdenes establecidos por esas relaciones de poder. Es necesario cuestionar y desafiar esas lógicas asumidas y normalizadas para abrir espacio a nuevas posibilidades.

Para superar nuestras carencias como individuos y como colectivo, es imprescindible reconocer los elementos que producen impotencia tanto en el pensamiento como en la acción. Solo al hacerlo podremos empezar a imaginar y construir una sociedad diferente.

En "Op cit" planteo preguntas esenciales para concienciar sobre la necesidad de cuestionar y modificar las conductas y creencias que sustentan la cultura de poder autoritario en nuestro presente. Si el libro tiene algún valor, reside en estas preguntas abiertas sobre la posibilidad de superar este legado. ¿Es posible construir una sociedad verdaderamente democrática cuando la historia del país ha estado tan marcada por la violencia y el control autoritario? ¿Qué papel juega la memoria histórica en la formación de un sujeto político capaz de resistir el autoritarismo?