1. En un país donde la historia se entrelaza con el olvido, Op cit se adentra en la primera década del siglo XX dominicano: un período marcado por las guerrillas y el genocidio bajo la dictadura de Ramón Cáceres. Más allá de un simple registro de hechos, la obra invita a reflexionar sobre cómo ese pasado sigue configurando las realidades del presente.
  2. Aunque la investigación histórica es vital, está limitada por lo comprobable y lo documentado. Op cit, sin embargo, explora lo que el escritor y luchador de la resistencia anti-franquista, Jorge Semprún, llamaba "verdad poética": una dimensión de la memoria que trasciende los datos verificables y nos conecta con la complejidad y ambigüedad del pasado. El libro pretende ser parte de un espacio donde lo conjetural y lo poético ofrecen una comprensión más rica y profunda de la historia, permitiendo una mirada crítica hacia las nociones de autoridad y los valores que sustentan nuestra sociedad.
  3. El relato "La casa del poder está temblando", que cierra el libro, utiliza la ficción como un vehículo para la memoria histórica. A través de la historia de un guerrillero que lucha por sobrevivir en medio de la represión militar, se revela una nueva subjetividad sobre eventos que han sido relegados al olvido colectivo.
  4. Como señala Rubén Darío Yepes, la estética forense busca "propiciar una conexión existencial -es decir, significativa pero también afectiva- con los hechos, las historias y las víctimas de la violencia". Este enfoque no solo narra, sino que también invita al lector a experimentar y comprender las implicaciones humanas de estos episodios.
  5. Op cit examina cómo las relaciones de poder autoritarias, heredadas y recreadas a lo largo del pasado dominicano, han permeado nuestra cultura hasta el día de hoy. Contrario a lo que expone el discurso historiográfico, estas dinámicas no se limitan a las figuras históricas que han detentado el poder político, sino que se infiltran en las prácticas cotidianas, moldeando la configuración del sujeto político actual.
  6. El fascismo cultural, esa construcción de sentido homogeneizante, basado en prejuicios que normalizan violencia en cualquiera de sus formas, sigue siendo una amenaza para la libertad. Como advierten Deleuze y Guattari, "los grupos y los individuos contienen microfascismos que siempre están dispuestos a cristalizar", y es contra estas tendencias que debemos estar en guardia. Por eso es esencial reconocer cómo estas influencias operan en el presente, tanto en nuestras vidas personales como en nuestras estructuras sociales.
  7. Tanto el ensayo “La muerte de los lagartos” como el relato “La casa del poder está temblando”, que componen el libro Op cit, pretenden avivar estas reflexiones en el presente. Pretenden subrayar la necesidad de una aproximación crítica hacia nuestro pasado, interrogando los elementos simbólicos en la memoria que conforman la herencia cultural del autoritarismo. Y es que es necesario revolver en los imaginarios colectivos e individuales para poder reenfocar nuestra cotidianidad hacia una perspectiva realmente democrática.
  8. Como expresa María Elena Walsh en su canción infantil, "En el país de no me acuerdo doy tres pasitos y me pierdo. Un pasito para atrás y no doy ninguno más. Porque yo ya me olvidé dónde puse el otro pie".