La palabra lema puede definirse desde el interés literario, lingüístico, filosófico, histórico, matemático y, recientemente, en provecho de la publicidad. En sus orígenes grecolatinos el lemma consistía en una premisa que facilitaba la inferencia del contenido de un discurso, de una obra literaria, una demanda social u otra situación particular. También buscaba que el receptor tomara acciones conectadas con la realidad que resumía. Esta orientación del uso de lemas provoca su ponderación como síntesis de procesos históricos universales, regionales o locales; sin confundirlos con la idea de marca país, que identifica a los países con eslóganes pensados por agencias publicitarias. Lejos de la corta vigencia de la mayoría de dichas consignas, los lemas históricos tienen mayor permanencia en el tiempo, como sucede con el de igualdad, fraternidad y libertad, de Francia; En Dios confiamos, de Estados Unidos; La patria es primero, planteado por Guerrero en México; y Orden y progreso, de Brasil, entre otros.
El lema de nuestro país fue planteado durante la lucha por la independencia nacional. Sus primeras señales están en el juramento trinitario presentado por Juan Pablo Duarte en julio de 1838. En dicho juramento, Duarte sintetiza con maestría su proyecto de separación de los haitianos y de la implantación de una república libre e independiente. Este documento inicia con la invocación de la Santísima Trinidad y, como reiteración de su fe, Duarte solicitó que, tras lograr la independencia, los trinitarios fueran reconocidos con las palabras: Dios, Patria y Libertad. Su deseo fue incorporado como lema en el escudo de armas por los constituyentes de 1844, y hoy se mantiene sin alteraciones. Apoyados en estas palabras ´sacrosantas´, impedimos el retorno del dominio de los haitianos, restauramos la soberanía al vencer a los españoles en 1865, enfrentamos la simpatía de Báez por los yanquis y dimos fin a las dictaduras de Ulises Heureaux (1899) y de Rafael Leónidas Trujillo (1961). La defensa de la dominicanidad también se expresó con la resistencia a las intervenciones militares norteamericanas de 1916 y 1965; y a la dictadura ilustrada que se instaló al año siguiente. Lo demás, es dominio de muchos, especialmente de los que rinden tributo a nuestro lema.