“Quemando” es un montaje minimalista[1], donde lo mínimo “Es” o debe ser lo máximo. Hay la intención de revelar o mostrar, que actuar también puede implicar no ilustrar el movimiento, sino “Ser” o estar presente desde lo estático. Sin saberlo, el actor se integra a un compromiso con la técnica. Sitúa su energía al servicio de una quietud metafórica; y es así como la teatralidad se ve sujeta a explorar en las posibilidades del texto oral y escrito. El actuante no tiene responsabilidad con la representación, más bien, tiene que preservar o defender el discurso hablado, siendo, desde una oralidad símil a un texto bien leído.  Contener y contener, donde actuar, más que un decir haciendo o revelando, es un impulso abstracto, una dificultad que facilita o abre un espacio orgánico entre el acto teatral y las posibles interpretaciones del espectador.

El montaje integra la acotación[2] al discurso oral. Lo que se “acota” es utilizado como un instrumento para amplificar (y evitar la lectura lineal del drama) o los supuestos sentidos de la puesta en escena. Se emplea como un puente para crear dicotomía simbólica entre lo que se ve y se escucha. Se establece el propósito de que el espectador amplíe los significados, y active “la 4ta. pared”[3]. Se busca conflictuar, crear dudas en el imaginario interpretativo; de esa forma, el espectáculo prosigue, inquieta y no concluye cuando se apagan las luces. La intención estética del espectáculo es crear un espectador vivo, no pasivo, comprometer su imaginación y su interés con lo que está sucediendo en el drama simbolizado.

“Quemando” no establece compromiso de concluir ningunos de los temas que aborda la teatralidad. Su designio es claro y lacónico: lo temático queda en territorio de “nadie”, porque la dramaturgia superpone temas de forma paralela y convergente y se cimenta en el absurdo y el humor. Ambos dispositivos se manejan para devaluar la presumida coherencia o sobriedad del “melodrama” y sus argumentos. Sus posibles significados establecen una especie de limbo semiótico[4] donde lo único que importa es la tensión entre espectador y puesta en escena.

[1] https://moovemag.com/2019/07/que-es-arte-minimalista-minimalismo-origen-y-caracteristicas/

[2] Acotar en el teatro, es describir la acción en tiempo y espacio. También se acotan detalles de iluminación y escenografía.

[3] “La cuarta pared es un término inventado por el francés André Antonie que define la pared invisible imaginaria que está al frente del escenario de un teatro…” O sea, la distancia que separa al espectador del escenario.

[4] “La consideración de una semiótica discursiva que apunta al estudio de los conjuntos significantes y de los discursos sociales, trae como consecuencia la posibilidad de estudio ya no tanto del signo y del texto, sino del actante y su acto, la relación con otros, las interacciones entre actantes…”

Nota al margen:

Este escrito narra la metodología del montaje, no necesariamente lo que el espectador percibió o interpretó.

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