La expresión latina “non bis in idem”, nombre de un principio jurídico que prohíbe que una persona sea sancionada dos veces por el mismo hecho, se escribe con minúsculas iniciales, en cursivas y sin tilde, aclara Fundéu Guzmán Ariza.
Sin embargo, en los medios de comunicación se utiliza con frecuencia el latinismo escrito en formas incorrectas, como se muestra con estos ejemplos:
“La defensa de Díaz Rúa […] planteó de entrada el principio constitucional y legal del ‘Non Bis in Idem’, que establece que una persona no puede ser juzgada dos veces por los mismos hechos”, “Quienes alegan que un acuerdo de esa naturaleza protege a los ejecutivos de la empresa, olvidan el principio jurídico del ‘Non bis in idem’” o “Nueva investigación a Odebrecht pondría en debate el ‘non bis in ídem’”.
De acuerdo con la “Ortografía de la lengua española”, los extranjerismos y latinismos crudos, como son, por ejemplo, las locuciones jurídicas habeas corpus, habeas data y non bis in idem, deben escribirse en los textos en español con algún tipo de resalte, ‘preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas’; además, se debe respetar la escritura original en minúsculas, pues se trata de expresiones de uso común y no de nombres propios, y solo se escribirán con tilde cuando se hayan adaptado plenamente al español.
En vista de lo anterior, en los ejemplos citados habría sido más apropiado escribir “La defensa de Díaz Rúa […] planteó de entrada el principio constitucional y legal del non bis in idem, que establece que una persona no puede ser juzgada dos veces por los mismos hechos”, “Quienes alegan que un acuerdo de esa naturaleza protege a los ejecutivos de la empresa, olvidan el principio jurídico del non bis in idem” y “Nueva investigación a Odebrecht pondría en debate el non bis in idem”.
Fundéu Guzmán Ariza (www.fundeu.do) es una iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, institución sin fines de lucro entre cuyos objetivos se encuentra impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación de la República Dominicana. Cuenta con la asesoría de la Academia Dominicana de la Lengua, el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía y la FundéuRAE, así como con el patrocinio económico del bufete Guzmán Ariza.