A través del hermoso poemario Sudor de ángel, la poeta Marilyn Pichardo nos invita a adentrarnos en un mundo lleno de diversas emociones, sentimientos, reflexiones y experiencias humanas que encontramos en cada fibra de los versos bien expresados en cada poema.

El poema “No es mi culpa, vida” explora el tema de la soledad y su impacto en la vida de la persona que lo experimenta. A través de una serie de versos emotivos, la poeta expresa sus sentimientos y pensamientos sobre la soledad y cómo esta afecta su bienestar emocional.

El poema comienza con la afirmación “No me culpes, vida”, lo que indica que la protagonista está tratando de distanciarse de la responsabilidad de su estado emocional, atribuyéndolo a la soledad que siente. La soledad se presenta como un factor que la hace extrañar y la lleva a experimentar sensaciones de locura, asfixia, presión y sofocación.

Menciona haber amado su propia compañía durante mucho tiempo, lo que sugiere que en el pasado se sentía cómoda estando sola. Sin embargo, ahora percibe que la soledad ha cambiado y ha traído consigo una tristeza que no había experimentado antes. La soledad se convierte en algo doloroso y genera una necesidad de conectar con la vida y con otras personas.

En el tercer párrafo, la poeta agradece a la vida por evitar que otros sean testigos del “incesante torrente” que brotará de sus “diamantes cristalinos”. Aquí, los “diamantes cristalinos” pueden referirse a las lágrimas, indicando que la soledad le provoca un torrente de llanto. Agradece el anonimato de su dolor, quizás porque siente que no sería comprendida o apoyada por los demás.

El texto continúa mencionando que la vida evita responder a la inquietud desinteresada de una persona que probablemente no entendería su soledad o ni siquiera desearía comprenderla. Aquí, la protagonista señala la dificultad de explicar el sentimiento de soledad a alguien que no lo ha experimentado de la misma manera. Sugiere que la soledad es un estado interno y profundo que no puede ser fácilmente comunicado a otros.

El poema concluye con una repetición de los versos iniciales, reafirmando que la soledad es la culpable de sus sentimientos de añoranza, pensamientos intrusivos y la sensación de enloquecer y asfixiarse.

En el poema “Mil razones para amarte” está presente el amor y la cantidad de razones que la poeta encuentra para amar a alguien de manera intensa y profunda. El amor y la belleza son los temas principales del poema. La autora expresa su amor por alguien especial y destaca la incomparable belleza de esa persona. Además, se menciona la sensación de calidez y plenitud que siente en su presencia, así como la idea de que el amor verdadero va más allá de las palabras.

El texto poético transmite una profunda intensidad emocional y destaca la belleza y singularidad de la persona amada. Utiliza recursos literarios para enfatizar los sentimientos y expresar que el amor trasciende las palabras y se basa en experiencias y sensaciones únicas. El poema es una expresión profunda de autorreflexión. Se muestra un proceso de crecimiento y sanación interior al perdonarse a sí misma por acciones pasadas y por las veces en las que se negó la felicidad y la autenticidad. El perdón se presenta como una necesidad vital y como un acto liberador que permite restablecer la conexión entre la mente, el alma y el cuerpo. Es un canto que transmite la sensación de reconciliación y renovación. Reconoce que hubo momentos en los que se sintió insuficiente y dudó de sí misma, pero ahora elige dejar atrás esas actitudes negativas y abrirse a nuevas posibilidades. Hay un llamado a la aceptación personal y a retomar los sueños que se dejaron de lado.

En el poema “A los que no tienen voz”, la poeta Pichardo trata de la injusticia y el sufrimiento de aquellos que son silenciados y marginados en la sociedad. El poema comienza con el viento silbando, que representa el eco de los lamentos incesantes de aquellos a quienes se les niega una voz.

Se conecta con el hablante al decir “me ha susurrado”, lo que indica una sensibilidad hacia el sufrimiento de los demás. La expresión “unos cuantos” sugiere muchas personas afectadas por la injusticia y la opresión. Hace una solicitud de empatía al decir “quiero sellar en barro la mano extendida de una plegaria a la empatía”. Es el deseo de crear un lazo de solidaridad y comprensión con aquellos que sufren en silencio. Se menciona a aquellos que “viven más allá de muertos” y “mueren cada día en la plenitud de su eterno silencio”, lo cual alude a la falta de vida y expresión en sus vidas. Nos muestra la discriminación de género al mencionar a la mujer a quien se le ha reclamado ser “casta, nívea, virgen” y ser juzgada por un Dios impuro. Esto resalta la opresión patriarcal y la imposición de roles y expectativas restrictivas. “El nido de aves que destruyó el aire” y “la mesa vacía del hambriento” evoca la idea de pérdida y carencia, reforzando la realidad de aquellos que son privados de sus necesidades básicas. Hace una referencia personal al mencionar a Jennifer y sus dibujos, lo que sugiere una conexión íntima y personal con alguien que también ha experimentado el silencio y la opresión.

“A los que no tienen voz" es un llamado a la empatía y una denuncia de las injusticias y opresiones que enfrentan aquellos que son silenciados en la sociedad.  La poeta nos invita a reflexionar sobre estas realidades y a tomar conciencia de aquellos que carecen de una voz para expresar su sufrimiento.

El poema “Mujer” es breve pero poderoso en su mensaje. A través de una afirmación contundente, el texto reflexiona sobre el amor propio y su impacto en la percepción que los demás tienen de nosotros. Comienza estableciendo una situación en la que la protagonista se da cuenta de algo importante: que tal vez solo necesitaba amarse a sí misma. Esta afirmación sugiere una transformación personal y una toma de conciencia. La idea de amarse a uno mismo se presenta como una revelación que conduce a cambios significativos en la vida de la persona.

De esta autocomprensión y autocompasión, el resto del mundo, como si respondiera a un reflejo, comienzan a amarla, al amarse a sí misma, la poeta proyecta una confianza y un magnetismo que atraen a los demás, al verse a sí misma de manera más positiva, se abre a recibir y reconocer el amor que le ofrecen los demás.

Nos invita a reflexionar sobre la importancia del amor propio y cómo este puede influir en nuestras relaciones con los demás. Nos recuerda que al valorarnos y aceptarnos a nosotros mismos, podemos abrir las puertas al amor y la aceptación de los demás.                                          

En fin, sobre este poemario de la autoría de Marilyn Pichardo,  podemos observar la diversidad de recursos que utiliza en sus poemas, cómo nos expresa sus sentimientos,  sus emociones,  de alegría,  de perdón,  de tristezas, de amor,  de empatía, empoderamiento, de fuerza y confianza.

Nos lleva a ver múltiples interpretaciones y significados y nos enfrenta a ver nuestras propias realidades, aquellas que a veces están dormidas o desconocemos.

(La autora de este artículo es estudiante de la carrera de Educación Mención Filosofía y Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, recinto Barahona).