Luego de tres siglos de descubrimientos y conquistas de Europa occidental en África, Asia y América, la idea de la expansión colonial cayó en declive entre 1750 y 1870. Esto se debió a los efectos de la Revolución industrial, de las rivalidades políticas entre las potencias imperiales y al triunfo de la independencia de las colonias americanas. Harrison, Sullivan y Sherman sostienen que, por la los efectos de la industrialización de Europa, por el nacionalismo inspirado en el control del mar y de las armas, y por el complejo de que el destino de los imperios era civilizar a los pueblos indefensos, la fiebre del expansionismo fue revitalizada con el nombre de nuevo imperialismo. Desde 1870 hasta 1914, ingleses, franceses, alemanes, españoles, italianos y belgas, partiendo de razones geopolíticas, se repartieron las zonas de mayor influencia en China, en el Cercano y Medio Oriente, y en África. El reparto se dio, según los imperios, de manera ascendente.

En la fase del nuevo imperialismo, Estados Unidos salió vencedor en la guerra contra España, quitándole en 1898 el control de Filipinas y Guam, en Oriente; y de Cuba y Puerto Rico, en el Caribe. Su injerencia en la región se apoyó en la política de mano dura del presidente Roosevelt; en la diplomacia del dólar de William Taft y en la diplomacia moral de Woodrow Wilson. Al ser desplazada, España procuró la puesta en valor su legado cultural destacando el sello indeleble de la hispanidad en América, resumida, según sus intelectuales, en la religión, la lengua y la raza. Las iniciativas oficiales para mantener o rescatar dicho sello se concentraron en los ámbitos diplomáticos y académicos. Baste mencionar las conferencias del prestante historiador Rafael Altamira, dictadas entre 1909 y 1910 en Argentina, Uruguay, Chile, Perú, México, Cuba y Estados Unidos. Con ellas buscaba despertar el interés por los estudios americanistas, por la confirmación o desmentido de lo que se sabía de la conquista, y por la asunción de las huellas de España en América al conmemorar el 12 de octubre, fuera como Día de Colón, de la Raza o de la Hispanidad. Para España se trata de una fiesta nacional, ¿y para usted?