La literatura abre caminos y borra fronteras, principalmente aquellas fronteras sociales que construimos para alejar a los demás o en su defecto, aislarnos. Significativamente las personas negras han sufrido esa distinción (o discriminación) en el curso de la historia, iniciando desde la colonización de América, pues estos eran traídos a trabajar como esclavos desde África.
Las personas negras han estado sin voz a través del tiempo. Sin embargo, la literatura (específicamente la poesía) le da su lugar y en cierto punto lo exalta, es lo que hace Nicolás Guillén en varios de sus poemas. Nicolás Guillén (1902-1989), extraordinario poeta conocido como el autor más sobresaliente de la poesía afroantillana plasma en sus escritos innumerables ideas sobre sus antepasados en Cuba, los negros africanos.
En estos narra historias sobre las personas negras y/o sus características, personalidades y vicisitudes, esto se puede evidenciar en sus poemas: “Canto negro”, “Canto de cuna para despertar a un negrito”, “Sudor y látigo”, “Ayé me dijeron negro” y “Negro bembóm”.
Guillén, a través del poema “Canto negro”, realiza un homenaje a la cultura afrocaribeña. Por medio del canto, el ritmo y el baile, este autor celebra la identidad afrodescendiente expresado en el mismo. Esto se refleja en las palabras y expresiones del lenguaje africano a través del escrito, desafiando para ese entonces la línea métrica de la poesía tradicional.
“¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Mamatomba,
serembe cuserembá.”
Este poema no es uno cualquiera, puesto que tiene una intención muy específica detrás: hacer política. Esta política trata de dar dignidad a la cultura negra que muchas veces es rechazada y discriminada únicamente por su color de piel por personas que poseen el pensamiento de que el color de piel hace superior o inferior a alguien. Guillén, a través de este poema trató de destruir ese juicio sobre la negritud, dándole visibilidad a una cultura que ha sido vulnerada por siglos.
En consonancia con la reivindicación, se encuentra el poema “Canción de cuna para despertar a un negrito”. Al principio de este poema se ve una simple canción de cuna, sin embargo, ahí se encuentra la voz de las comunidades afrocaribeñas proclamando un llamado a la acción para obtener su libertad.
“Negrón, negrito,
ciruela y pasa,
salga y despierte,
que el sol abrasa,
diga despierto
lo que le pasa…
¡Que muera el amo,
muera en la brasa!
Ya nadie duerme,
ni está en su casa:”
Los últimos versos de este poema enuncian el mensaje que quiere transmitir el autor por conducto de este, hacer conciencia social.
En este poema el “despertar” al negro simboliza la movilidad, es decir, el dejar el sometimiento y hacer vigilia, que en este caso representa la rebeldía o liberación de sus amos.
Es interesante la paradoja del autor puesta en este poema que se encuentra en el título de este “Canción de cuna para despertar a un negrito”, puesto que las canciones de cuna son para dormir, sin embargo, en este caso es para despertar, un despertar que no es solamente de los ojos, sino del alma.
En la misma línea se ubica el poema “Sudor y látigo”, escrito literario que aborda el tema de la esclavitud, la resistencia y la búsqueda de la libertad.
Este poema expone la opresión y el sufrimiento de los esclavos de parte de sus amos, tomando como simbología el sudor y el látigo. Los versos iniciales de este poema comienzan narrando la vida de sufrimiento que lleva un esclavo, la cual resume en el título de este: sudor y látigo.
“Látigo,
sudor y látigo.
El sol despertó temprano
y encontró al negro descalzo,
desnudo el cuerpo llagado,
sobre el campo.”
En el transcurso del poema se muestra el mal pesar de un negro esclavo, el maltrato físico y emocional, el cual, en su contexto, es necesario que pase para que pueda sobrevivir bajo la mano de su amo. Esto se observa en las estrofas finales, donde se muestra al esclavo el tener que trabajar malherido (sangrando y descalzo) en un cañaveral.
“El viento pasó gritando:
– ¡Qué flor negra en cada mano!
La sangre le dijo: ¡vamos!
Él dijo a la sangre: ¡vamos!
Partió en su sangre, descalzo.
El cañaveral, temblando,
le abrió paso.”
Un rasgo que destacar de la poesía dedicada a negros de Guillén, es que el no solo expone las injusticias sociales y la discriminación de personas negras por parte de sus amos, sino que también lo muestra dentro de la misma comunidad negra. Este es el caso de su poema “ Ayé me dijeron negro".
Dicho escrito literario trata sobre el racismo interno y la percepción de la raza en una sociedad donde la “blancura” es altamente privilegiada por las mismas personas negras, esto se demuestra en la primera estrofa de este. El poema comienza con la voz poética narrando como alguien lo llama negro con una intención muy provocadora, esperando una reacción violenta ("pa que me fajara yo"). Sin embargo, surge una ironía cuando se revela que quien tuvo la intención de insultar era otra persona negra.
“Ayé me dijeron negro
pa que me fajara yo:
pero e que me lo desía
era un negro como yo.”
En el segundo verso se introduce con un comentario sarcástico acerca del mestizaje: aunque alguien pueda parecer más “blanco”, las raíces negras no se pueden ocultar. De esta forma, Guillén exhibe la hipocresía de las personas que niegan su herencia negra solo por tener una tez más clara de piel, ignorando que dicha herencia no solo se lleva en la piel sino en la sangre.
“Tan blanco como te ve
y tu abuela sé quién é.
¡Sácala de la cosina:
Mamá Iné!”
Ese aspecto retratado en ese poema es muy común en las comunidades americanas hoy en día, donde existe una fuerte discriminación entre las mismas personas negras. Tal es el caso de Estados Unidos, donde la mayoría de las personas afrodescendientes tienen diferentes estigmas acerca de su misma etnia, dividiéndose así, por familias o por la influencia externa del círculo social donde se desenvuelven.
Del mismo modo, se encuentra el poema "Negro bembóm ", que aborda temas como la autoaceptación y la dignidad racial. Esta pieza poética celebra las características físicas y culturales asociadas con las herencias africanas y al mismo tiempo, hace una crítica hacia el rechazo o la inseguridad de estas mismas características.
La intención comunicativa de este poema es la reivindicación de la identidad negra, principalmente con el atributo físico característicos de los negros: los labios gruesos, que en este caso con el dialecto coloquial es bembón.
“¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te dicen negro bembón,
si tiene la boca santa,
negro bembóm?”
Este poema marca un hito en las culturas afrodescendientes: la aceptación puesto que las características físicas de las personas afrodescendientes han sido de burla y discriminación a lo largo de la historia. Tanto el cabello como los rasgos físicos de los africanos han sido objeto de minimización por la sociedad, teniendo entendido que los blancos son una raza “pura”, por ende, las personas negras en cierto punto sienten esa baja autoestima por poseer estos rasgos. Sin embargo, este poema trata de evitar justamente eso, el sentimiento de menosprecio por poseer esos rasgos africanos.
Finalmente, se tiene por cliché la frase de “todos somos iguales”, sin embargo, la usamos cuando más nos conviene, olvidando que no es solo una frase, sino una realidad, todos los seres humanos somos iguales en igualdad de derechos. El color de piel no es un ente distintivo o razón discriminatoria, es más , no existe razón para discriminar a nadie.
Seamos más empáticos con los demás, no sabemos las cargas que tienen las personas para fijarnos por un simple color de piel, que no es malo, todo lo contrario, es hermoso y abarca una historia tan grandiosa que roza lo extraordinario.
Seamos como Guillén, un autor que con sus escritos le dio voz a aquellas personas que son marginadas únicamente por su color de piel.
Es de público conocimiento que la herencia africana tiene muchos legados hoy en día, el pelo afro, las trenzas, instrumentos musicales, comida y demás. Aprovechemos dicho legado cultural y exaltemos esa sangre africana que corre por nuestras venas, principalmente en los ciudadanos de Latinoamérica.
Recordemos que solo por medio del respeto y la empatía podemos construir una sociedad verdaderamente inclusiva y que a pesar de residir en diferentes países, somos uno.