La depresión económica en países en vía de desarrollo obliga a la clase marginada a aventurarse a cambios, con la finalidad de que los miembros más jóvenes de la familia tengan acceso a niveles educativos improbables en las comunidades que proceden. Fue la idea principal que plasmó Ángela Hernández en su novela Mudanzas de los sentidos, donde Beba motivada por el deseo de que sus hijos tuvieran la educación que le estaba negada en su contexto se traslada a la capital, en busca de oportunidad educativa para sus vástagos.
Mudanza de los Sentidos es una novela que muestra la idiosincrasia del dominicano, sus costumbres, tradiciones, problemática psicológica, social y gubernamental. Del mismo modo, describe cuadros que reflejan el rechazo a los actos viles cometidos durante la dictadura trujillista, igual que hechos ocurridos en la época de posguerra, denuncias de violaciones de los derechos humanos. La autora presenta el poco crecimiento que ocurre en las zonas rurales durante el régimen trujillista, la falta de inversión en el sistema educativo, el abuso de poder, lo recalcitrante que podía ser la disciplina en el entorno familiar, el machismo que campeaba en todos ámbitos y extractos sociales.
Por otro lado, lo importante que es la familia, sin importar el tipo, cuando se tiene claro su rol sobre todo para los más jóvenes que la forman, por lo que, aunque Beba fuera madre soltera, sus hijos modelan valores, tenían un buen comportamiento y el mayor protegía y era empático con sus hermanas, así lo evidencia Virgilio como hermano que tuvo experiencias que lo pusieron en contacto con la realidad política; juega un rol especial, pese a proceder de un ambiente muy humilde, carente de los recursos básicos.
Hernández describe la realidad de familias vulnerables, que tienen que sobrevivir a la extrema pobreza, enfrentar las calamidades que roban los sueños de sus vástagos, emigran a comunidades remotas en busca de estos. El fin es conseguir que los hijos estudien, aunque carezcan de los recursos económicos elementales, que su meta se convierta en un desafío para romper el círculo de la pobreza.
En definitiva, la literatura es un recurso que permite viajar sin hacer grandes inversiones, así se percibe en Mudanza de los sentidos; en que Ángela Hernández nos induce en un recorrido histórico que muestra la crudeza de entornos en extrema pobreza, en el que una madre soltera enfrenta el desafío de emigrar a la ciudad, con el propósito de sus hijos accedan al sistema educativo que le estaba negado en la comunidad que residen.
Minerva González Germosén en Acento.com.do