Mucho se ha escrito sobre “Morir en Bruselas”, novela ganadora del Premio Nacional de la Feria del Libro, Eduardo León Jimenes 2022, de la autoría de Pablo Gómez Borbón. En esta novela se mezclan ficción y realidad para recrear el proceso de investigación sobre las muertes de Maximiliano Gómez (El Moreno) y Miriam Pinedo Mejía,  la obra es un referente histórico para quienes no vivieron esa época o eran muy jóvenes para valorar conscientemente los hechos. Borbón utiliza una narrativa simple, de fácil comprensión y, un sin número de préstamos del francés como evidencia del contexto en que ocurren la mayoría de los hechos.

Se percibe la nostalgia, de quien se oculta en tierras extranjeras para preservar la vida, enfrentándose a penurias, un exilio obligado, lucha interna por el control de la agrupación a que pertenece, invisibilizarse para no ser alcanzado por el tirano, para quien sus ideas tienen más valor que su vida.

La novela está prologada por Tony Raful, los hechos inician con la aparición del cuerpo de Miriam Pinedo descuartizado, distribuido en dos maletas; Gossens y Hendrickx son los personajes principales, responsables de conducir al lector en el confuso laberinto que pretende ser la crónica sobre los asesinatos de Pinedo y Gómez, ocurridos en Bruselas; la trama se construye a partir de la  investigación que se hizo durante siete años en los archivos de ochos países y entrevistas a testigos (Borbón, 2022, P.11), el elenco lo forman hombres que fueron presos políticos y algunas mujeres amigas y colaboradoras de la causa por la que se luchaba durante los gobiernos del doctor Balaguer.

A penas era una niña, cuando ocurrieron los hechos que como hilo conductor entreje la intriga de la novela “Morir en Bruselas, gobernaba el doctor Joaquín Balaguer, y no estaba permitido disentir de sus ideas, lo que generó constantes enfrentamientos, detenciones y exilio de algunos de los miembros de los partidos opuestos al régimen.

La muerte del Moreno es la antítesis de lo ocurrido en Fuenteovejuna, de Lope de Vega que, a diferencia del ajusticiado del comendador, Maximiliano tenía el deseo de aprender, para lo que destinaba mucho tiempo a horas de lecturas, pese a tener la instrucción académica, como consecuencia de la extrema pobreza de donde procedía. Lo que no impidió que adquiriera la suficiente madurez y preparación de los verdaderos lideres; a tal punto que veían en él a un defensor de los oprimidos(Raful, 2022, P.14), por sus planteamientos y demandas sobre políticas públicas en favor de la mayoría.

Miriam Pinedo murió poco después que Maximiliano, acusada de ser la responsable de su muerte, confesión que dejó grabada, aunque probablemente no fuera su asesina, sino la necesidad de algunos miembros del grupo de tener un culpable y ella como mujer que no se había recuperado del estado depresivo que atravesaba por el asesinato de su marido, era vulnerable, no resistió la presión a que fue sometida por un hombre violento, acomplejado, resentido por el rechazo del pasado, vio la oportunidad de vengarse e hizo lo posible de que apareciera como culpable y él lavarse las manos como Pilato.

La novela Morir en Bruselas deja ver el accionar oscuro que implica asesinatos de líderes que descollaron en reclamos de reivindicaciones para el pueblo, que significa un peligro la difusión de ideario para los regímenes autócratas, por lo que, encarcelan, asesinan, a todo disidente. Probablemente el objetivo era el Moreno, pero Miriam le acompañaba por lo que resultó afectada, aunque no muriera en el instante, aunque terminó condenada, después de ser desacreditada, descuartizada física y moralmente, relegada al olvido, apenas sale su nombre cuando suele abordarse el tema, a pesar de que, ambos fueron crímenes horrendos.

Por otro lado, el secuestro del agregado militar de los Estados Unidos, por el Movimiento Popular Dominicano fue un hecho que Balaguer no perdonó, no le gustaba negociar con terroristas, aunque eso significara bajas humanas, y en esa oportunidad fue obligado a ceder para preservar la vida del estadounidense; que se intercambió por los presos políticos, entre los que estaba El Moreno. Todos fueron exiliados a distintos puntos geográficos, sin embargo, esto no fue suficiente para ocultarse de los tentáculos del régimen, que los fue cazando como presas en el oscuro bosque y de formas distintas, uno tras otros, sin dejar evidencias, los  ejecutó, pero antes infiltró su gente para crear conflictos a lo interno de la agrupación y enfrentarlos unos a otros, es decir, divide y vencerás, planeaba acciones en que los miembros del grupo se peleaban, olvidando el ideal que los había unido, terminando en ocasiones en peleas o asesinándose entre sí. Práctica que han seguido utilizando los gobiernos que le han sucedido.

Borbón plantea en una de sus tesis que el gran beneficiado del asesinato de El Moreno era el gobierno dominicano, porque era visto como un líder y, a estos el régimen de Balaguer los aniquilaba a como diera lugar, sin importar los daños colaterales. En ese momento la izquierda revolucionaria había perdido el miedo a enfrentar la dictadura y Balaguer así lo intuía, por lo que probablemente entre él y organizaciones internacionales se encargaron de asesinar a todo joven que surgía como líder, y quienes lograron salvar sus vidas, como Peña Gómez fue porque manos solidarias lo ocultaron el tiempo suficiente hasta que pasara el peligro.

En síntesis, Morir en Bruselas es una novela que recoge un pasado político doloroso, sanguinario, que se debe leer sin importar la nacionalidad, para impedir que se intente silenciar a jóvenes que quieran hacer una política nueva, con ideas progresistas, que riñen con las prácticas obsoletas de gobiernos pasados, que van en deterioro de la gran mayoría; en esta se exponen los hechos a través de la libertad que otorga la ficción de viajar en el tiempo y revivir los hechos sobre los crímenes de Miriam Pinedo y Maximiliano Gómez.